Una triste vida solo puede acabar en tragedia. Nada importa si siempre fue así.
Sin embargo... ¿Si tan solo hubiera una esperanza de ser feliz, destrozarías esa esperanza o dejarías que ella terminara contigo?
La historia de un hermoso chico llamado...
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Toda la oscuridad me había consumido lentamente. Había perdido mi humanidad y con ello el placer de querer vivir. Durante mucho tiempo fui un cuerpo sin vida que servía de refugio a Viktor, un ser idéntico a mí y con eso me había bastado, en ese tiempo no necesitaba ser feliz, pero ahora me encontraba completamente solo.
Apenas faltaron unas palabras y una mirada para que yo perdiera mi identidad y jurara estar junto a él para lo que durara la eternidad... Toda la existencia se reducía al ser que se encontraba frente a mí y yo no sabía por qué.
¿Qué tenía él que inmolaba cada rastro de la servilidad que ya había entregado y me hacía rechazar el destino que me había sido impuesto?
Todo mi ser lo sentía y yo solo podía querer... Ansiar algo.
Yo estaba seguro. Estaba completa y absolutamente seguro de que la respuesta estaba en su sangre. Seguro de que con tan solo una gota de ella podría expiar mis pecados y entregarme al eterno descanso.
Pero yo no podía... No me perdonaría si algo tan preciado fuera derramado para el simple perdón de lo que consideraba completamente perdido. Mi alma.
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