° R É Q U I E M ° | Yuri On Ice | Au Vampiros

ℭonfuso

–Conque Otabek uhh...

Mi mente viajó de inmediato a esa noche en que entré a la casa de esa familia, la noche en que Viktor me regresó a rastras a casa.
El aroma era el mismo, y habían pasado los años suficientes para que ese chico que había encontrado dormido mientras yo huía de su aroma creciera hasta convertirse en aquel joven con el que me encontraba sentado. Era una probabilidad, ya que nunca había vuelto a mí ese aroma, pero no había manera de saberlo ya que ese chico no supo jamás que estuve ahí.

—Así es. ¿Ahora si me dirás tu nombre? — Soltó con una cálida sonrisa que me molestaba de alguna manera.

—Soy Yuri... Plisetsky.

Estaba bien si le decía ese nombre. Era el nombre que había decidido adoptar al estar bajo el cuidado de Alice, y aquel era su apellido. Después de todo, nunca había tenido alguno antes.

—Y bien Yuri... ¿No te gusta el kskd? Apenas y lo has probado.

"Por supuesto que no puedo disfrutarlo tanto como ustedes malditos humanos"

Sin quererlo, al darme cuenta que había pronunciado mi nombre me estremecí. Seguramente era por el aroma que fluía y se iba de nuevo, si, seguramente era eso.

-No es eso... En realidad comí hace poco.

Sonaba como un estúpido niño tímido e indefenso. Entendía perfectamente que me hubiera visto tan torpe para pensar que estaba en peligro si continuaba con esa actitud.

—Si te parece bien puedes llevarlo a tu casa y comerlo más tarde. Pensé que te sentirías mal si no te tranquilizaba un rato y creí que, si comías algo, se te pasaría.

—¡No! ¡No estaba asustado! —Por fin lo dije

—Lo lamento. Hace unos minutos estabas en shock y temblando.

"¡Eso es por tu estúpido aroma imbécil!"

De repente, ante mis propios pensamientos, me di cuenta que su aroma se había diluido lo suficiente como para tranquilizarme. Por eso podía pensar más claramente y responder como quería.

—Solo me iré a casa.

Estaba muy confuso por lo que había pasado y decidí alejarme de ese tipo lo más rápido posible. Si volvía a activarse ese fuerte aroma me terminaría controlando. Eso era inaceptable.

—No deberías... —Me puse de pie de la silla y me dirigí había la entrada que daba a la calle para correr a la mansión sin que nada me detuviera cuando sin percatarme de ello, un ruido estridente sonó justo detrás de mí, y al voltear a ver que ocurría, noté la mano de Otabek sosteniendo la mía con la mitad del cuerpo en el piso junto con la mesa donde hace unos momentos estábamos ambos sentados —... Ir solo...