ℬaile para tres

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Hacía algunas semanas una extraña idea había alcanzado mi mente

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Hacía algunas semanas una extraña idea había alcanzado mi mente. Una idea que de había transformado en una ligera obsesión. Mirar a Yurio con esa inquebrantable y cruda expresión se había convertido en un hábito. Quizás sentía pena por él. Su aflicción había mellado dentro de mi mente y no dejaba de pensar en qué hacer para poder quitar esa tristeza de él. Ni siquiera sabía de dónde venía ese impulso, quizás... ¿Lástima?

Yurio. Vamos a la plaza.
—No cerdo.
— Entonces vamos a pasear a algún lado que tú quieras.
— No.
—Podemos intentar ir a algún parque, o si gustas a la costa...
—¿ESTÁS COMPLETAMENTE SORDO?...— Yurio se calmó un momento mientras volvía a desviar la mirada que por apenas segundos me había dirigido por causa de la exaltación — No puedo salir de aquí. ¿Acaso no lo entiendes?— Su mirada de nuevo era vacía y sin vida.
Podemos preguntarle a Viktor. Si es conmigo es posible que puedas salir.

Yurio no volvió a responderme ni a dirigirme la mirada y yo solo esperaba algún ligero cambio en su expresión.
Desde hace ya varios meses había adquirido ese rostro pesado de mármol que simulaba el de una estatua. No sonreía, pero tampoco lloraba. Los únicos cambios en este eran cuando Viktor y yo aparecíamos ante su presencia y un rastro de exasperación y enojo lo marcaban, pero tarde o temprano sus facciones volvían al mismo sitio.

Desde que me uní a Viktor no había tenido oportunidad verdadera de conocer a Yurio.
Solía pasar horas enteras... Días enteros hablando con Viktor, compartiendo ideas, historias. Sabía mi vida por completo y yo cada vez descubría algo nuevo de él. Pero Yurio era todo lo contrario.
Desde un inicio él no estaba de acuerdo con mi transformación, yo lo sabía pues lo demostraba en cada actitud suya.

Sin embargo, el verlo así de triste, tan... Desgraciado... Solo me hacía querer acercarme más a él.
No conocía nada de su vida y sabía que él no me quería en ella, pero... Si tan solo me dejara. Era una necesidad muy irracional.

Si de verdad quieres acercarte a él, le permitiré salir contigo Yuuri.

Una vez le expresé mi preocupación, Viktor había escuchado mi petición y había aceptado sin siquiera pensarlo. No estaba seguro de la verdadera razón, si era porque yo se lo pedía o porque también consideraba que Yurio necesitaba ayuda, pero para el fin era necesario.

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Te dije que no quería hacer esto cerdo.
—Yurio yo... — caminamos por la oscuridad de las calles cercanas a la mansión cuando aún había un poco de gente y algunos locales abiertos. Yurio había rechazado cada una de mis ideas y se había limitado a seguirme por órdenes de Viktor. No había podido hacer nada porque se abriera ante mí y no sabía cómo hacerlo reaccionar — Yo me siento terrible — susurré.

—¿Por qué lo dices?— preguntó apenas con interés.
Sé que tú me odias, y yo... Yo odio el hecho de que no me puedas ser indiferente... No sé, por qué... No te puedo dejar solo— mis palabras eran apenas audibles para cualquier persona que pasara junto a nosotros por la calle, pero sabía que él las había escuchado muy claramente.

° R É Q U I E M ° | Yuri On Ice | Au VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora