Una triste vida solo puede acabar en tragedia. Nada importa si siempre fue así.
Sin embargo... ¿Si tan solo hubiera una esperanza de ser feliz, destrozarías esa esperanza o dejarías que ella terminara contigo?
La historia de un hermoso chico llamado...
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— ¡YURI! ¡YURIII!— Por mucho que usara toda mi fuerza, las manos y el cuerpo de esa chica que me tenía contra la cama, me hacían sentir que estaba intentando mover una estatua. No podía empujarla ni moverla, solo retorcer un poco mi cuerpo, pero por más que lo intentara, era inutil.
—¡¡¡Espera!!! ¡NO!
Escuché la voz de Yuri asustada y por impulso pude deshacerme de la mano que cubría mi visión solo para encontrarme con una imagen horrible.
"YURI"
Sin dudarlo y como por instinto mi cuerpo tembló, se sintió como un fuerte estremecimiento en un solo latido, pude reincorporarme aventando a la mujer que estaba encima de mí y sin darme cuenta ya estaba protegiendo a Yuri que sangraba de su muñeca izquierda.
—NO TE ATREVAS A HACERLE NADA— Rugí conteniendo las ganas de arrancarle la cabeza a ese imbécil.
— O... Otabek— La voz de Yuri tembló detrás de mí y sentí que ese golpe de fuerza y frenesí se iba, sin embargo, la ira seguía manteniéndome ahí mirando a esa basura que se encontraba enfrente, esa basura que le había hecho daño.
—Vaya vaya... parece que hemos encontrado algo interesante— Masculló esa asquerosa basura de hombre mientras reía complacido, sin embargo se alejó de nosotros permitiéndome así relajar la postura aún sin apartarle la mirada de encima.
Yuri puso una mano sobre mi hombro lo que provocó que me calmara un poco más y, en cuanto me tranquilicé, sentí cómo todos mis músculos dolían increíblemente. Como si hubiera corrido una maratón o algo. No entendí porqué y me desplomé sobre mis rodillas quedando tirado y vulnerable frente a esas amenazantes personas.
—No te preocupes, solo quería asegurarme de que hubiese encontrado un perfecto espécimen— miró a Yuri y de nuevo la furia corrió dentro de mí pero no pude hacer más que darle una mirada de odio. Mi cuerpo... me era imposible moverlo —Sin embargo, creo que encontramos un premio doble— prosiguió esta vez mirándome a mí.
— Yakov, preocúpate un poco más por tus ayudantes— Se quejó la chica pelirroja que recién se incorporaba de "mi ataque", con el cuerpo, al parece,r un poco adolorido —De haber sabido que aquel chico resultaría tan problemático se lo hubiera dejado a Georgie.
— ¿¡Ustedes qué quieren malditos!? — Yuri saltó esta vez enfrente de mí cubriendo la muñeca que seguía escurriendo de sangre con la otra mano.
—Ya les dije que no les haré daño— Esta vez, la voz que salió de aquel hombre fue aún más fría que las veces anteriores, en las que finjía severidad pero con una chispa de burla—Yuri, deseo que tú te unas a mi clan. Eres todo lo que he buscado y mucho más...— Volteó su mirada de nuevo a mí pero se acercó con paso firme a Yuri que ya lo esperaba para atacar, sin embargo, su cuerpo no se movió ni un centímetro mientras ese hombre le acarició la mejilla.
