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Le había hecho daño, mas allá del los cardenales morados de su brazo que se empeñaba en ocultar, no deseaba dar explicaciones de ese trago amargo por el que acaba de pasar.

El hecho era que Draco seguía siento el mismo muchacho desconfiado y temeroso a pesar de que se empeñaba en mostrar lo contrario, pero a pesar de saberlo, dolía, dolía mucho encontrarse con su desconfianza con sus celos infundados, porque ella no podía querer a nadie como lo quería a él.

Como podía ser tan ciego, como no podía darse cuenta que en su mundo no había otro hombre, quizás era un fenómeno extraño el que se enamorara de su enemigo, pero así era y ella no podía hacer nada para remediarlo, cuanto hubiera querido pedirle a su corazón que no se enamorara, así ahora no se encontraría en esa banca solitaria en uno de los jardines del colegio llorando como una magdalena.

Se frotaba el brazo con fuerza, quizás tratando de borrar la marca que le había hecho, como si quisiera engañarse y creer que el no le había hecho nada, pero lo cierto era que esa no era la primera vez que la lastimaba de esa manera, no era la primera vez que la tomaba con fuerza y la estrujaba para desquitar su frustración.

Pero que culpa tenia ella, Blaiser se había convertido en un buen amigo que le apoyaba, quizás el único con el que podía hablar de los cambios de Draco, porque si bien hablaba mucho con el, no siempre era de las materias, le gustaba mucho que el moreno le contara de la infancia de Draco, esa era la manera que empleaba Blaiser para llamar su atención, le contaba de sus recuerdos, de la infancia que pasaron ambos, siendo amigos desde muy pequeños tenían mucho que contar.

Draco no se imaginaba de los temas de los que hablaba, sin duda Zabini era astuto, se aprovechaba de los sentimientos de la leona para acercarse a ella, para narrarle pasajes de esa infancia que Malfoy no compartía con nadie. Hermione solo deseaba conocerlo más,  no tenía otra intención que saber más de su amor.

El blondo no lo sabía y la castaña no podía contarle nada sin miedo a que se molestara mas con ella o con el mismo Zabini por revelarle cosas de esa infancia que nadie más que el sabia.

-¿Qué haces tan tarde aquí? -Le pregunto con frialdad una voz a sus espaldas haciéndola brincar sobresaltada.

Giro para ver quien le hablaba. -Tomando un poco el fresco. -Contesto limpiándose el rostro con el dorso de la mano.

-Y por eso lloras. -Dijo San con cierta diversión.

Hermione no se encontraba en su mejor momento, estaba cansada de los malos tratos de la rubia. -¿Qué te he hecho Samanta? -Pregunto de repente

La pregunta la tomo desprevenida.

-¿A qué te refieres?

-Tuve que hacerte algo muy malo para que te portes así conmigo, no te entiendo y no sé que pude hacer que te molestaras tanto al punto de ser tan odiosa conmigo.

Sam se sentó de manera despreocupada a su lado con una sonrisa triste en los labios.

-Por dónde empezar. -Dijo con sarcasmo. -La lista es larga Granger.

-Pues empieza porque sencillamente cada vez te comprendo menos, es como si siempre estuvieras a la defensiva conmigo, si tienes algo en mi contra deberías decírmelo y dejarte de tonterías. -Harta por esa situación la castaña esperaba una respuesta.

-Simplemente eres una odiosa, siendo tan inteligente como presumes tu misma deberías saber mis razones.

-Yo no presumo de nada y no soy adivina para saber que te ocurre, pero si eres tan valiente y tan directa deberías decirme de una buena vez que te pasa.

Draco Busca EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora