Draco Busca Enamorarse

Cuidala

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Cuídala

No sabía cuánto tiempo llevaba llorando, pero lo que si sabía era que estar entre sus brazos era reconfortante. Se separo un poco buscando esos ojos grises que la cautivaban y le sonrió apenas mientras limpiaba los últimos rastros de lagrimas saladas.

-Lamento arruinar tu camisa. -Se disculpo.

Levanto la ceja contrariado -¿Estás bien?

-Ya estoy mejor gracias.

-Vas a contarme que paso.

-No creo que sea algo que te interese saber. -Dijo con calma

-Como quieras. -Contesto molesto y se aparto de ella.

-Disculpa. -Lo detuvo. -No quise ser grosera. Es que a sido un día muy difícil.

-Supongo que has tenido días peores y  no por eso lloras ¿O sí?

La leona sonrió ante el sarcasmo del rubio. -supongo que es cierto, pero no todos los días peleo con uno de mis mejores amigos y este reniega de conocerme. -Aclara.

-¿Quien?

-Ron.

-Tienes amigos demasiado estúpidos.

-Lo que pasa es que es un tanto rencoroso.

-¿Qué te han dicho los demás? -Pregunto curioso

-Que me apoyan

-¿En verdad? -Dijo con sorpresa

-Si, Les pedí una oportunidad para que demostraras que habías cambiado.

-Sabes que no es cierto, esto es solo parte de la mentira, yo sigo siendo el mismo.

-No lo creo.

-Pues deberías, no pienses que por que te defendí en el comedor las cosas han cambiado, esto solo es parte del trato.

-Lo sé, pero aun así en verdad creo que estas cambiando.

-No sé  a qué te refieres.

-Quizás sigas siendo el mismo arrogante de siempre, un tanto altanero y soberbio, pero ya no encuentro en ti esas miradas cargadas de odio y desprecio hacia los demás, sigues siendo duro y frio, pero no eres malo o al menos no tan malo como pretendes ser.

-No sé como tomarme eso, no se si me estas ofendiendo o alagando.

-Solo señalo los hechos. Además cuando este trato termine contaras con la oportunidad de reivindicarte.

-¿De qué hablas?

-Te siguen teniendo miedo y eso no está bien.

-Pues eso es lo que quiero.

-¿En verdad quieres eso? -Pregunto mirándole a los ojos. -Yo pensaba que deseabas que te respetaran por quien eres y no por quien aparentas ser, además hay una gran diferencia entre infundir miedo y ganarse el respeto de las personas.

-Esas son patrañas Granger, no puedo cambiar lo que soy y no me interesa congraciarme con gente de su clase. -Dijo ofensivo.

-Ya veo. -Dijo seria, limpio los últimos vestigios de las lagrimas y sonrió con tristeza. -Ese en mi error, creo que espero demasiado de las personas. Hasta mañana.

La leona se fue a su habitación sintiendo un nudo en la garganta y unas inmensas ganas de continuar llorando, pero ya bastantes lagrimas había derramado y era completamente cierto lo que le decía el hurón, era muy tonta al pensar que lo haría cambiar, después de todo solo pretendía utilizarla para satisfacerse.