—¿Por qué tus padres biológicos te pusieron como nombre Agua Santa?
No tengo ni la menor idea, pero siempre me ha gustado mi nombre, creo que fue lo único bueno que hicieron por mi.
—¿Y que paso con los señores Schmidt?
Bueno su tía Sophia y yo eramos unas niñas con mucho dinero, tomamos clases de piano, teníamos un instructor de baile, fuimos a una academia de canto, nos enseñaron a usar correctamente los cubiertos, como poner los dedos al tomar té, también nos dieron clases de oratoria en fin, nos educaron como ellos habían sido educados.
Paul era un hombre sensible, carismático, de buen corazón y con un coeficiente intelectual alto.
Diana era una mujer radiante, exuberante, atractiva, inteligente, hilarante, divertida, sarcástica y muy hermosa. Me quedo corta para describirla era muy buena con Sophia y conmigo, la verdad le teníamos mucho cariño.
Los abogados y administradores de los Schmidt les hicieron una mala jugada, en menos de dos años los dejaron en bancarrota, perdieron hasta el ultimo centavo, les quitaron todo. Perdieron toda su fortuna, todos sus bienes, absolutamente todo.
Paul y Diana no lo soportaron, al perder todo lo que habían logrado en tantos años se echaron al abandono, Diana dejo de comer, ni siquiera se duchaba y comenzó a tomar pastillas antidepresivas hasta que al poco tiempo murió y Paul se pego un tiro en la frente.
Su tía y yo ya teníamos 14 años pero al ellos fallecer nuevamente volvimos a la casa hogar, cuando regresamos habían muchos niños nuevos y los otros ya eran conocidos. Teníamos apellidos de gente adinerada pero sin un centavo en el bolsillo.
¿Se dan cuenta que la vida cambia de un momento a otro?
Eso es a lo que yo llamo misterios del universo.
Me toco vivir una vida difícil en un mundo difícil.
