11

5 2 0
                                    


Esa misma noche Maya nos invitó a comer a un restaurante que habían inaugurado esa semana muy cerca de la casa, yo no tenia ánimos de salir pero Sophia estaba muy entusiasmada, solo salimos nosotras tres. Nuestro padre adoptivo se quedó en la comodidad de su hogar descansando.

Recuerdo perfectamente que llegamos al lugar y Maya pidió una mesa para tres, era un local muy pintoresco había una pared con las banderas de todos los países latinos, era un restaurante muy acogedor, se sentía bien estar allí. Había mucha gente ese día, familias que se notaban muy felices, incluso esa misma noche un hombre le pidió matrimonio a su novia y ella emocionada y me imagino que enamorada dijo que si, yo solo pensaba "Cuando tengan hijos ojalá no los traten como me trataron mis padres"

Un mesero muy bien parecido se acercó a nuestra mesa a tomar nuestro pedido, yo la verdad no tenía apetito. Todo se había esfumado al leer aquella carta.
Sophia pidió el plato del día que se trataba de arroz, ensalada de lechuga y una pieza enorme de chuleta de cerdo, Maya pidió un cóctel de camarones junto a unas galletas saladas y yo solo me tomé un batido de fresas.

Era primera vez que tratábamos con Maya de esa manera, esa noche se portó muy bien con nosotras, nos hizo reír como nunca y aunque no lo crean en ese momento me sentí en familia, sentí que podía confiar en aquella mujer. Nos hablo de su vida cuando era una niña, nos contó de su descendía indígena.
Resulta ser que su madre pertenecía a un grupo étnico llamado piaroas que es una tribu del Amazonas Venezolano y su padre era un citadino español, un viajero del mundo, un explorador que en un viaje junto a unos amigos y compañeros de estudios, en busca de conocimientos sobre otras culturas llegó al territorio Venezolano.

Según lo que nos contó esa noche, su padre al ver por primera vez a Piñerua, la madre de Maya, se enamoró inmediatamente. Pero había un problema y es que Piñerua era hija del líder de su tribu y ella solo se acercaría al hombre que su padre escogiera.
Pero Aquiles el padre de Maya no se dio por vencido, y aunque ya sabía que era cultura y el estilo de vida de su enamorada quería sacarla de ese lugar, ya que él mismo no soporto mucho tiempo verla vivir en aquellas condiciones que para ella eran completamente normales.

-¿Cuáles condiciones mamá?

Por lo que nos contó Maya era que su madre vivía en una churuata o vivienda colectiva, que tiene base circular y forma cónica. En la población aborigen es muy común ese tipo de casas por así decirlo. Su estructura económica y social fue colectivista sin propiedad privada ni clases sociales. Sus relaciones de producción eran sencillas, basadas en la propiedad común. Lo que obtenían del trabajo era muy escaso, apenas alcanzaba para cubrir las necesidades del grupo, no había excedentes, su religión era animista y espiritualista y por eso Aquiles quería llevarse a Piñerua muy lejos de ese lugar y así enseñarle finos modales y ofrecerle una vida mejor.

Y lo logró, Maya no nos quiso dar muchos detalles sobre la huida de su madre de los piaroas, pero al parecer en medio de un ritual para un sacrificio humano lograron huir.

-¿Sacrificios humanos?

Si Lehiana, sacrificios humanos. Yo creo y por lo que he escuchado eso era normal en la población indígena. También Maya nos contó que habían otros grupos étnicos donde prácticaban el canibalismo con los prisioneros de guerra, creían que al comer la carne de un enemigo valeroso adquirían sus virtudes guerreras.

Así pasaron las horas en aquel restaurante, nos divertimos mucho y conocimos más sobre el orígen de Maya, en algún momento nos picó el gusanito de la curiosidad y queríamos preguntarle sobre el inusual espectáculo que vimos la noche anterior pero no quisimos arruinar ese momento tan agradable.
Al salir del restaurante Maya nos tomo a ambas por las manos, yo iba a su lado derecho y Sophia al izquierdo y fuimos caminando por las calles como si éramos una verdadera familia feliz.
A mí me pareció una noche mágica a pesar de estar pensando a cada momento sobre la carta que había recibido de mi padre.

AGUA SANTA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora