Han pasado casi dos semanas desde que sucedió aquella conversación con Eren en el comedor. Eren se volvió alguien muy distante conmigo, Marco y Jean. Con este último no lo puede ver ni un minuto por que ya lo quiere golpear. Así es cuando los dos se ven parece como si vieras dos gatos adultos peleando por su territorio, lo más gracioso es que siempre llega alguien a detenerlos pero ambos golpean al tercero, como Connie que se acerco a separarlor y por desgracia se llevo sus golpes.
Actualmente ya la pareja de Jean intenta tranquilizarlo pero, Jean es caso perdido. En fin mi querido amigo (Marco), siempre... bueno no siempre sólo estas semanas se le ve muy preocupado, ya que Jean y Eren fueron enviados los dos a la habitación de castigos.
Suena muy simple pero en esa habitación sólo aquellos que fueron enviados y los que están adentro saben lo que pasa ahí. ¿Por qué fueron enviados?, los muy torpes empezaron a discutir en una reunión, que trataba sobre los nuevos cambios que iban a hacer, posiblemente el cambio que se rumoreaba, en el que nos iban a enviar en plena nevada para volver nuestros cuerpos más fuertes ante cualquier cambio.Por otro lado nosotros nos encontrabamos aburridos descansando en los dormitorios, todos estaban nuevamente en sus grupitos u otros durmiendo por mero placer, ya era casi de noche sólo faltaban unas cuántas horas para que oscureciera. Yo sólo estaba sentado en mi cama, por el momento la cual compartía con Marco. Él hablaba y hablaba y yo veía el techo, como si está fuera la cosa más importante. Y hablando de él (Marco) se puede decir que estaba sentado moviéndose de un lado a otro, casi en una expresión algo preocupada, y para nuestra desgracia la cama de cierto rubio que odia Jean quedaba cerca de está, y él estaba acompañado. Que lástima por Jean o Marco que tengan que desconfiar de él, aunque yo también desconfiaria. De igual forma ellos seguían siendo los mismo, no vi ningún cambio en sus formas de ser, es más se podría decir que se volvieron solamente más tranquilos. Claro en algunos sentidos no todos.
-¡No puedo!.-Gritó Marco arrojando un libro tras otro, provocando un molesto ruido tan repetitivo ya que no había ruido sólo murmullos nada más. ¿De dónde habrá sacado eso?, se supone que no nos dejan sacarlos de las bibliotecas. -¡Por qué nunca me escucha!.- Aquello no sonó a pregunta, sino más bien a queja, baje la mirada ya que seguro se la traería contra mí, para desquitarse más que nada. Y dicho y hecho me tomó de los hombros girandome con fuerza para verlo de frente, con un movimiento brusco de adelante hacia atrás consiguiendo que me mordiera la boca con los movimientos que hacía. ¡Tch! que insoportable llega ser aveces.-¿¡Por qué soy el único preocupado!?, ¡acaso se debe a mi instinto...-Me miró con esa típica expresión que uno pone cuando está preocupado y a la vez molesto. Le desvíe la mirada entrecerrando los ojos con una obvia expresión.
Que exagerado sólo lo iban a castigar no matar. Justo cuando iba a hablar me interrumpió una personita que no esperaba que hablará.-Maternal.- Habló Reiner quitándose las botas para luego subír sus piernas en la cama. Marco sólo negó soltandome. Al parecer sí han cambiado al menos esos dos. No sé como describirlo pero sus miradas tan profundas llenas de complicidad, aveces rechazó, aveces aprecio es tan difícil comprender lo que piensan esos dos. Tanto que me producen miedo.
-Marco no seas tonto, sabes que esos ilusos sólo se la viven así, son como perro y gato.-Explicó Connie levantando un libro para seguido pasarmelo. Ni me había percatado de su presencia. Marco asintió con una sonrisa de esas que te duelen aceptar lo que otros dicen.
-Lo sé pero...
-Ya dejalos Marquito. . . ellos ya están lo bastante grandecitos como para saber lo que les iba a suceder, una no prestar atención, y dos por discutir en un discurso.-Aquella voz era de Reiner quien felizmente abrazaba a cierto castaño avergonzado, y luego besarle su mejilla. Marco sólo se mordio el labio inferior tornando su piel de carmín. Aunque no comprendo por que sus mejillas cambiaron de color. Mientras yo, sólo negué por sus comportamientos, al parecer se les pasa muy rápido una preocupación. Aunque me duela admitir Eren me sigue importando y mucho.