Comenzaba a cansarme la actitud de Eren, cuando me veía sonreía volteando a ver donde yo estaba, cruzaba mi mirada con la de él pero, él rápido la quitaba y corría a platicar con alguna chica, por desgracia nadie de ellas lo apartaba.
Estaba sentado en un árbol arriba de la rama fingiendo leer, ¿cómo llegue aquí? ni yo lo sé
-Maldito seas... pero aún así te...--¡Hey Armin deja de maldecir y baja de ahí!.- Gritó Jean con una enorme sonrisa que me dio un cosquilleo ¿pero cómo supo que estaba aquí? Nadie me vio es imposible. Juraría que nadie me miraba ni seguían. Afirmo el lugar esta lejos yyy nadie de ellos viene aquí.
-No quiero, vete a con Sasha.-
-¿Qué celos? pero sí oficialmente puedes ser "mi novio" todos lo saben.- Su sonrisa se volvió a una mirada coqueta y pícara haciendo comillas con sus dedos al decir novio. Mis mejillas automáticamente se volvieron rojas casi me caigo por su comentario.
-¡Qué claro que no!.-Le di la espalda cubriendome con el libro.-Ahora te maldigo a ti por mis mejillas ay.- Murmure sólo para mi.
-Incluso tú también lo sabes. Baja ya o hoy no habrá comida.- ¡Me amenaza!, jajaja si como no, ¿yo bajar? ¿por eso? Pobre niño.
-No como y ya.- reí con malicia ya que no hay forma de arruinarme nada.
-Haré tu día un asco.- Ok cuando se lo propone lo cumple, ya sea asiendote humillar u ofender.
-¡¡¡Ay!!! Bien.- mire a los lados pero cómo bajó ¿de cara?. De sólo imaginarlo me dolió.
-Cae así como estas o sea de espaldas.-
-No sea a ingenuo no te hare caso.-Reproche mirando a los lados.
-¡¡¡Bien baja pero rápido!!!.- Y así se molestó, me hice bola cubriendo mis ojos los apreté por miedo he me deje caer. No sentí caer al piso sino como caí arriba de algo, al abrír los ojos encontrandome con los de Jean. Por desgracia me cargaba pero le dolió el peso ¿qué se cree?.
-Que obediente. Por eso te quiero Armin.- Sonrió tan cariñoso, ay bien si sus sentimientos son reales le haré caso. Le abrace escondiendo mi rostro.
-Como sea... sólo espero no equivocarme.- Respire profundo. Levanté la mirada en un rápido movimiento lo abracé dándole un besó en los labios. Él se tambaleo hasta caer de espalda por la impresión.
-Que lindo ¿así empezamos?. Quiero ver una risa sincera sólo para mi.-Reí ante su comentario ni gracia tiene pero bueno. Este se posicionó arriba de mi en estómago para ser sincero esto no es muy normal bueno nadie es muy normal es pasable.Comenzó haciendo cosquillas y gestos raros. A lo cual yo sólo me cubría pues no quería reír tanto. Que desgracia comencé a reír hasta quedar rojo de la cara y un odioso dolor en el estómago. Me queda claro nadie nos ve no podría pasar algo como comentarios típicos de ellos.
-Jean...quítate ¡pesas maldición!... ¡¿Qué te crees pluma?!- Hice un puchero con los ojos cerrados, pero no obtuve respuestas... sólo un besó en los labios y caricias en la parte más alta de mí cabeza. Sus piernas hicieron presión en mí cintura. Mordió ligeramente mis labios provocando un cosquilleo. Mis manos se pasaron a las mejillas de él dedicándole una sonrisa tan extraña, no es normal en mi ¿qué me sucede?. ¡Seguro porque no he comido! o el calor..., pero hace frío.
-Ahh que...¡bi-en!... ¡ahh!...- Abrí los ojos apartandome de Jean ¿qué fue eso?. Busqué entre los arbustos y sólo estaba Reiner, Bertholdt, Sasha, Connie y ahora ¿¡Ymir!?. -Oh... sigan chicos, es que esto me emociona.- Comentó Reiner moridiendose su labio inferior, mientras que los demás nos veían sorprendidos. Mis ojos se agrandaron formándose ese toqué carmín en mis mejillas tan delatadoras que empiezo a odiar. ¿Alguien lleva el conteo de cuántas veces he dicho qué lo odio?. Nadie ingenuo, si nadie me escucha. Como sea me haré como dicen dos lados alguien que me escuché empezando por ahora ¿alguien del otro mundo me escucha?, sí. Bien dicho, tengo admitir que decir que de sólo imaginar sentí los vellos de mi cuerpo erizarse. Igual seguiré mi otra vocecita que rara la vez escuchó.
Sin decir ni ver a nadie me levanté y fui. ¿¡Qué mierda iba a hacer o hice!?.
Escuché la voz de Jean gritarles si acaso no tienen nada bueno que hacer además de mirarnos. Eren caminaba unos pasos en frentes que yo pero donde estábamos no hay nada, sólo los árboles, y él parece salir de ahí. ¿Acaso él también ¡miró!?.