Piezas de puzzle (Fazza)

Capítulo 1.

"IRIINAA POR FAVOR MIRA A CÁMARAA"

"¿CUANDO SALDRÁ LA PORTADA DE TU REPORTAJE CON VOGUE INGLATERRA?"

"¿DONDE PASARÁS TUS VACACIONES DE VERANO?"

"¿ES CIERTO QUE SALES CON JAVIER PLAZA?"

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Irina se despertó en su gran cama de matrimonio de un golpe. Estaba cansada y algo agobiada. 

"Ayer fue un dia duro" pensó mientras se incorporaba de su cama y miraba por la ventana que tenía a su derecha, la cual daba a la gran entrada de la finca donde había crecido y donde había pasado la mayor parte de su infancia, y que ahora, a sus 21 años usaba como un lugar para relajarse, para alejarse de todo el precio de la fama, donde no iban ni periodistas ni curiosos y donde de verdad, se sentía cómoda. 

La finca había pertenecido durante 3 o 4 generaciones a su familia, desde su tatarabuelo hasta su propio padre. Lógicamente su padre decidió renovarla cuando llegó a vivir allí hace 30 años: endureció las paredes, arregló las fachadas de piedra y demolió la casa por dentro, dándole una nueva distribución y nueva decoración mezclando lo nuevo y un pequeño toque clásico.

Pero dejémonos de terceras personas, ahora me gustaría poder narrar a mí. 

Me llamo Irina García, tengo 21 años y sí, si habéis podido entender algo al principio podemos decir que soy bastante conocida. Resumiendo en pocas palabras: cantante, bailarina, amazona, gestiono mis redes sociales y recientemente gracias a la influencia de Instagram: modelo. 

Quizás penseis: ¡Qué vida tan guay! y no digo que no lo sea, pero es una auténtica locura, un no parar, es el precio de la fama. Un día me levanto en Londres, al siguiente tengo una sesión de fotos en París y otro día desfilo para grandes marcas en Italia. 

Pero finalmente mis vacaciones han llegado, al fin es Navidad y puedo tomarme unos días de relax en mi casa. 

Me encantaría  poder enseñárosla en fotos, pero mejor os la describo: es grande, muy grande, enorme. A las afueras de una pequeña y no muy conocida ciudad de España. Atravesando 30 kilómetros de carretera y por un camino de tierra con pinos y árboles silvestres está mi maravillosa casita, en la entrada un gran portón de 4 metros de altura con una figura de caballo en lo alto tallado en metal, si entramos tenemos que pasar por unos 2 kilómetros de manzanos, arbustos y flores, pero he de reconocer que muy bien cuidados, hasta que divisamos la casa pasamos por unas cercas bastante grandes donde tenemos caballos. 

Mi finca también es una hípica, damos clases a gente y tienen aquí sus caballos. Montar a caballo es mi gran pasión, y una genial manera de relajarme. A los 3 años ya estaba subida encima de un caballo, con lo cual lo llevo en la sangre.

Al fin llegamos a mi casa, de tres pisos, rodeada por árboles pero no muy agobiada. Más tarde os la enseñaré por dentro, pero por ahora sigamos con nuestro tour. Si giramos a la izquierda llegamos a las cuadras, tenemos alrededor de 40 caballos, nuestros y de los clientes que vienen a montar. Las cuadras son amplias, muy cuidadas y acogedoras, aquí he pasado más de la mitad de mi vida. 

Cuando salimos encontramos la pista cubierta, donde se monta cuando el tiempo no nos acompaña o cuando hace demasiado calor en verano. 

Seguimos andando hasta que llegamos a un recinto bastante grande también, las perreras. Son casetas de piedra y rejas, aclimatadas para los animales, cada una con una zona externa y una zona interna para por la noche. Aquí mi padre guarda a los perros de caza, la cacería es otra de mis aficiones aunque sufra viendo morir a los animales. Hay alrededor de 35 perros de caza, y 8 perros de protección que dejamos sueltos por la finca durante las noches.

Saliendo llegamos al llamado "Rincón de las plumas". Donde hay aves rapaces: Halcones. la cetrería es otra de mis pasiones. 

En total la finca alcanza unos 60 kilómetros cuadrados incluyendo a los cotos de caza y más arriba por las montañas, que se me ha olvidado decir que la finca está en las montañas junto a un río.

Y ya está, externamente es lo que os puedo describir para que os hagáis una idea de mi dulce hogar, de dónde he crecido y he pasado muchas horas de mi vida. Mi casa.  Mi refugio.