Capítulo 30.

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El olor a caballo impregnó rápidamente mis fosas nasales. Varios trabajadores pasaron delante de mí con caballos que seguro no eran baratos.

-Eh, avisa al Sheikh Hamdan- Dijo Zayed a un hombre acompañado de un precioso caballo árabe.

A los pocos segundos vi a un pequeño niño venir montado en un caballo blanco a trote rápido. ¡Y sin caerse! Pero parecía que algo no iba bien.

-¡Mohammed frena!- Gritaba... ¿Sheikh Hamdan corriendo detrás?

¿Debía hacer algo? El pequeño parecía no saber cómo frenar o que el caballo era un rebelde.

"Espero que frene y no se asuste..."

Me planté delante por donde iba a pasar el caballo y poco a poco vi como hacía transición de trote a paso, justo para pararse delante de mí. Rápidamente lo cogí por las riendas y miré hacia el pequeño niño que respiraba agitadamente.

Me miró. Yo lo miré. Hubo choque de miradas y empezó a reir.

-¡¡¡Tito Hamdan!!! Alah ha enviado a una chica muy guapa para salvarme la vida- Y me empecé a reir.

-Yo.... Hola Irina.... Te pro....prometo que... esto no suele pasar...- Dijo Hamdan tomando aire.

Venía vestido con camiseta negra, bermudas y zapatillas. Hubiera sido cómico haberlo visto corriendo con la khandura.

-Hola, no te preocupes, ha sido raro, pero menos mal que no le ha pasado nada a...- Dije mirando al niño que seguía encima del caballo con una sonrisa en la cara.

-Mohammed- Dijo Hamdan recuperándose de la carrerilla.

-Vaya manera de conocernos chica guapa enviada por Alah para salvarme la vida, ¿Cómo te llamas?- Dijo el pequeño.

-Me llamo Irina.

-Un placer, Irina guapa enviada por Alah pa...

-Baja del caballo antes de que me des más disgusto- Dijo Hamdan cogiendo al pequeño Mohammed y colocándolo en el suelo. Salió corriendo hacia unos sofás que había en el suelo y se medio tiró en ellos- Este niño acabará conmigo.

-Es muy simpático- Dije mirando hacia Hamdan.

"¿Porqué eres tan jodidamente atractivo?"

-Ya le irás conociendo, es muy loco e inquieto- Dijo Hamdan colocando las riendas al caballo.- Si quieres tener un poco de paz y tranquilidad será mejor que te vayas de la Tierra, porque allá estará el pequeño Mohammed para molestarte, pero también es un amor. Bueno, que estamos hablando mucho, vente, que voy a dejar a Flipflop en su cuadra y te enseño esto.

Empezó a andar hacia los establos y yo lo seguí.

-Es muy grande todo, y está muy bien cuidado- Dije mirando cada lugar. Si había un trozo de paja en el suelo, detrás iba un hombre quitándola.

-Nuestra filosofía es tener en cuenta cada pequeño detalle, porque con casi nada se puede hacer algo muy grande. Le dedico mucho a este lugar, quiero que todo sea perfecto- Dijo mientras me miraba y entrabamos a las cuadras.

Este lugar era como el paraíso para todos los amantes de los caballos. De todos los colores, tamaños y razas.

-Me he enamorado- Dije en voz alta, lo que hizo que Hamdan me mirara. -Del lugar, es increíble.

-Espero que no tengas prisa, te invito a que comas con nosotros. Comemos pronto por si tienes que irte o algo. ¿No tendrás prisa no?- Dijo Hamdan mientras dejaba al caballo en su lugar.

-No, la verdad es que no tenía muchos planes para esta mañana.

-Siento que todo haya sido tan rápido, pero me hizo ilusión cuando dijiste que montabas a caballo. La verdad es que me encantaría verte montar.

-No... no tengo el vestuario apropiado- Me estaba poniendo nerviosa.

Este hombre me ponía nerviosa. Me miraba y dentro mía se revolvían mariposas. Pero, ¿Porqué? No me gusta, es muy atractivo, pero quedémonos sólo en eso.

-Tenemos pantalones de mujer y botas. Por eso no hay problema, yo busco solución rápido- Dijo sonriendo.

"Qué sonrisa por favor..."

-Primero te enseño esto y luego montas. Ven, empezaremos por ver las pistas de fuera.

El sitio era igual de imponente que el dueño. Grandes pasillos con caballos a ambos lados. Todo súper mega hiper limpio y gente amable por todos lados. El dineral que había aquí invertido era evidente y extravagante.

-Háblame de ti- Dijo Hamdan tras enseñarme todos los exteriores y el caballo más caro de sus establos, un precioso semental árabe del cual estoy enamoradísima.

"¿Estaba intentando conocerme? ¿No se supone que los Jeques, sobretodo el futuro heredero de Dubai tiene restricciones con respecto a las mujeres?"

"Siéntete afortunada, no se le suele ver con mujeres" Las palabras de Mohammed entraron en mi cabeza como si de un torbellino se tratara.

¿Qué quería decir con eso? A lo mejor está casado y nadie lo sabe, o no quiere compromisos o a saber lo que se le pasa por la cabeza a un hombre de tal calibre: millonario y con tanto poder y responsabilidad sobre sus hombros. Unos hombros muy definidos he de añadir.

Piezas de puzzle (Fazza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora