Capítulo 34.

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Siento muchísimo el no haber actualizado!! Pero ha sido mi cumple y además me he cogido unos días de relax. Pero ahora... ¡¡VUELVO CON LAS PILAS CARGADAS Y A TOPE!!

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-¿Qué tal estás hijo?- Preguntó el Jeque Mohammed mientras se escondía detrás de su ordenador.

-Bien, gracias padre- Dijo Hamdan mientras se sentaba en uno de los cómodos y costosos sillones que había en la oficina de su padre.

-¿Necesitas consejo, información o datos sobre algún asunto burocrático o algo?- Preguntó Mohammed mientras veía a su hijo algo inquieto.

Ser nervioso no era uno de los rasgos que caracterizaban a su hijo, entonces supuso que algo no andaba bien.

-No padre, sólo vengo a hablar, pero no es nada relacionado con mi cargo, economía... sino asuntos personales- Dijo Hamdan mientras se tocaba la barba.

-¿Qué te ocurre pues?- Preguntó Sheikh Mohammed mientras dejaba a un lado su ordenador y ponía sus ojos en su hijo.

-Pues... verás... ¿Te acuerdas de la chica que conocimos, a la cual invitaste a comer?

-Sí, sí, Irina, me acuerdo de ella, una chica muy guapa, ¿Qué ocurre con ella?- Preguntó Mohammed volviendo su atención al ordenador, pero al no recibir respuesta volvió a mirar a su hijo. - ¿Te atrae? ¿Quieres casarte con ella?

-¿¿Qué?? No no padre, no saquemos las cosas de contexto, simplemente que me parece muy...

-Es una muchacha muy atractiva, eso es innegable, pensaba hablarte de ella, pero dentro de un tiempo

-¿A si?- Dijo Hamdan dudoso. Esa respuesta no se la esperaba.

-Sí, la verdad es que la vi muy buena chica, concentrada, inteligente, responsable, segura... No se la pasaba ni una.-Dijo Sheikh Mohammed mientras seguía tecleando en su ordenador, cosa que ponía nervioso a Hamdan.

-Padre, ¿a que se refiere?- Pero su padre no le hacía caso. Hamdan estaba empezando a ponerse aún más nervioso que cuando entró. -¡Padre!

-Que si te quieres casar con ella, no le pongo ningún problema.

Creo que si Hamdan no se desmayó fue porque la emoción y sorpresa que le recorrían por dentro eran más grandes que ninguna otra cosa. Sí es cierto que nunca se le había visto con mujeres en público. A sus 35 años se moría de ganas por sentirse querido y querer a alguien. Estuvo comprometido con su prima, pero la cosa no fluía y se canceló.

Todo el estrés que le suponía su vida hacía que hacer deporte fuera su mejor manera de escape. Sin embargo, necesitaba más. Que quisiera volver a casa sólo para poder verla, que los despertares no fueran solo en una cama de matrimonio gigante, compartir risas, sueños y confidencias. Necesitaba una mujer.

Pero... ¿Pedir matrimonio a una chica de 22 años no musulmana y 100% Occidentalizada? ¿Sería eso posible?

-Padre, ¿Me lo está diciendo enserio?- Hamdan no podía salir de ese pequeño trance en el que había entrado, imaginándose su vida ideal al lado de una mujer.

-Sí hijo sí, sabes que yo siempre hablo en serio. Ha llegado el momento de que añadas a alguien a tu vida, que formes una familia, que hagas tus pequeños planes y los combines con tus responsabilidades de futuro heredero-

Su padre parecía muy convencido de lo que decía. ¿Se habrá parado a pensar que la chica de la que están hablando tiene 22 años?

-Tiene 22 años padre- Dijo Hamdan.

-Es joven, y como es occidental sus pensamientos son diferentes. Pero podrás esperarla.

-No es musulmana.

-Sabes que Dubai es pionera en cuanto a la convivencia entre diferentes religiones. No te voy a decir que la obligues a convertirse. Además, si la gente ve la buena relación entre un musulmán y una católica, las cosas serán más positivas para nosotros.

-Pero, ¿Tú crees que aceptará? ¿Y si no la gusto?- Hamdan nervioso casi se iba a subir por las paredes.

-Hijo mío, no haces mas que ponerme pegas. El si acepta o no es tarea tuya. Todavía la quedan muchas semanas en Dubai, haz que ella quiera aceptar.

-No se padre, lo veo difícil.- Se sinceró Hamdan.

-Ella te gusta, lo noto. Ahora sólo haz que le gustes a ella. Si ya habéis quedado un día, invítala más, llévatela al desierto, de pesca, invítala más veces a los establos...

El teléfono del Jeque Mohammed empezó a sonar.

-Dame un segundo hijo- Dijo mientras empezaba a conversar.

Hamdan tenía mil dudas. Irina le gustaba, ¿A quién no le gustaría una chica joven, rubia, ojos verdes y alta, modelo, cantante y amazona? Tenía muchas cosas que le gustaban a Hamdan. Pero para ser sinceros el tema edad y religión le asustaban bastante.

-Perdona hijo, hay un pequeño problema que debo resolver- Dijo Jeque Mohammed mientras se levantaba con intención de irse.

Pero antes de salir por la puerta volvió a mirar a su hijo, que seguía sentado en el sillón.

-Hijo... yo te he dado la llave, ahora tú abres la puerta- Y dejó a su hijo con aún más nervios y cosas en las que pensar.

Debía hacer que ella se enamorara de él. Pero estaba seguro de que no sería tarea fácil.

Piezas de puzzle (Fazza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora