Capitulo 14

322 34 9
                                    


Aunque ya era noviembre y el clima era frío, esa mañana de domingo lucía el sol haciendo que fuese agradable pasear. No sabía qué hacer ni dónde ir. Tenía que ir a casa y disculparme con mamá y la abuela, eso seguro. Pero tenía que desahogarme, y la única que iba a entenderme era Ellen. Así que me dirigí hasta su casa.

- Amy, ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo has estado?- me preguntó la madre de Ellen dándome un fuerte abrazo.

- Bien ¿y usted?- le pregunté sonriendo. Ella también sabía de mi don, y le encantaba el hecho de que su hija tuviese una amiga casamentera. Siempre me estaba preguntando acerca de amuletos de la suerte y cosas por el estilo.

- Muy bien, iba a hacer pasteles, ¿Te apetecerá llevarte alguno? Y así le llevas a tu madre y tu abuela- me preguntó

- Sí, claro. ¿Ellen sigue durmiendo verdad?- le pregunté. Mi amiga no madrugaba nada los domingos. Es más podría pegarse en la cama hasta mediodía. Era una pequeña marmota.

- Cómo lo sabes...- río ella- Pero vete a despertarla, que ya es hora.

En otra ocasión le hubiese dejado dormir y me habría ido, pero hoy no. Hoy necesitaba a mi mejor amiga. Así que me dirigí hacia su habitación. Pensé en tocar la puerta, pero no iba a abrirme de todas maneras, así que entré directamente. Su habitación era un caos, ropa tirada por todas partes, papeles y libros revueltos por el escritorio... Ella estaba tapada con su edredón hasta arriba. Así que me acerque y me senté en la cama.

- Ellen- susurré- Despierta dormilona. Tengo que hablar contigo.

- No... 5 minutitos más- respondió ella con voz adormilada.

- Vamos por favor. Te necesito. Despierta- le dije otra vez un poco más fuerte.

- ¿Por qué tanta prisa?- dijo todavía intentando abrir los ojos, incorporándose en la cama- ¡Amy! ¡Dios mío! ¿Qué ha pasado, por qué estás aquí? Por cierto tienes alguna idea de lo preocupados que hemos estado por ti, señorita- me reprendió.

- Lo sé, lo siento- dije cabizbaja

- Eso no es propio de ti. Escaparte sin decir nada a nadie, no contestar el teléfono...- en ese momento no pude aguantarlo más y las lágrimas empezaron a picar en mis ojos. Ellen debió notarlo porque en seguida me abrazo- ¡Oh no Amy! Has estado muy al límite estos días ¿verdad?

- Lo siento. Lo siento de verdad por la encerrona que te hice en el restaurante aquel con Gabe Oliver...- dije sollozando. No había hablado con mi amiga desde entonces. Iba a hacerlo el sábado, pero entonces todo se torció.

- ¿Estás así por eso?- dijo escéptica mientras se separaba un poco de mí para mirarme a los ojos- Porque si es así, eres tonta. No estoy enfadada por eso.

- Estuvo mal- dije yo

- Estuvo fatal- concordó ella- Y como vuelvas a hacerme otra encerrona te mataré. Pero sospecho que no estás así por eso solo... ¿Es por lo de tu padre? ¿Cómo fue? Jake me contó algo, pero no me enteré muy bien. Te llamé pero ya habías apagado tu teléfono, llamé a tu casa, pero tu abuela y tu madre no sabían dónde estabas tampoco. Entonces empezamos a preocuparnos, te buscamos durante horas por todas partes. Incluso llamé a Kyle- con sólo la mención de su nombre me estremecí- Por suerte él te encontró a salvo.

- Sí...- solo pude decir.

- Y tu madre y tu abuela ¿qué te han dicho? Estaban como locas- dijo Ellen.

I am CupidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora