Capitulo 17

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Subí en el ascensor hasta el piso 12 del hotel de San Francisco. Era un hotel elegantísimo, yo nunca había estado en uno de estos en mi vida. Mientras subía mi corazón iba a mil por hora, y estaba empezando a temblar de nervios. "Solo es una cena Amy, puedes hacerlo, déjate llevar", me repetía una y otra vez a mí misma como un mantra. Cuando sonó la campanita del ascensor anunciando mi llegada al piso 12, mi pulso se aceleró aún más si era posible. "Puedes hacerlo, puedes hacerlo", me decía mientras inhalaba y expiraba. Una señora muy estirada que pasó a mi lado para adentrarse en el ascensor me miró como si yo fuera una lunática, le di una débil sonrisa y me encaminé hacia la terraza.

Cuando salí por las puertas de cristal, un viento fresco me sopló en la cara, y empecé a temblar aún más, aunque creo que esta vez fue de frío. ¿En serio íbamos a cenar aquí a la intemperie? Me iba a dar un pasmo, "quizás deba bajar a por un abrigo más gordo", pensé. "No intentes escaquearte" me dijo la otra parte de mi consciencia que siempre tenía razón. Así que decidí quedarme. Miré hacia todas partes buscando a Kyle y de pronto lo vi. Él estaba sentado en una mesa perfectamente colocada en mitad de la terraza.

La mesa tenía un montón de platos tapados con unas campanas de acero, velas, y por encima había una especie de carpa que parecía que resguardaba la mesa del viento. Kyle estaba sentado enfrente de mí con una camisa sin corbata y un poco desabrochada por el cuello, y un traje oscuro. Estaba un poco despeinado, con un toque más informal que cuando iba al trabajo, lo que lo hacía aún más atractivo. Me sonrió y me hizo un gesto con la mano para que me acercara. Mis pies se movieron solos y cuando estuve frente a él me dijo:

- Pensaba que ya no vendrías y me ibas a dejar plantado- dijo ajeno a que precisamente eso es lo que había estado a punto de hacer. Sonreí de forma débil y me senté en mi silla frente a él.

- Lo siento, se me hizo un poco tarde- me disculpé

- Estás muy guapa- me dijo haciendo que me sonrojara. Él se río, creo que le hacía demasiada gracia saber que con una palabra podía avergonzarme- ¿La temperatura está bien, puedo pedir que suban un poco más el calefactor?

- ¿Eh?- pregunté como una tonta. ¿De qué calefactor estaba hablando?, yo seguía congelada. Cuando me giré a ambos lados de nuestra mesa había una especie de farola que radiaba calor- Ah sí, ¿podemos subirlo un poco más?- pregunté mientras intentaba concentrarme y tranquilizarme. Él llamó a un camarero para que lo subiera.

- Así está mejor- dijo él sonriendo. Yo le devolví la sonrisa y continúo- Espero que no te importe que haya pedido ya, este es el menú degustación del restaurante y créeme es de los mejores que he probado.

- Prefiero que hayas pedido, yo nunca he estado en un lugar igual, estoy segura que no habría sabido qué elegir- añadí con una sonrisa.

- No había McPollo lo siento, espero que todo esto sea de tu gusto- dijo con un deje de risa en su voz. La verdad es que hablar con él era tan fácil... Siempre sabía qué decir para hacerme sentir cómoda, y se lo agradecía porque poco a poco mis nervios habían empezado a desparecer.

- Una pena... McPollo era justo lo que me apetecía- continúe con la broma. Pero él se quedó parado cuando estaba a punto de servirme unos fideos con verduras que tenían muy buena pinta.

- ¿De verdad? ¿Quieres que vayamos a McDonalds? Hay uno a unos minutos de aquí- dijo con preocupación en el rostro. Pensé en continuar con la broma y decirle que sí, pero no quería fastidiar esta cena, parecía que había puesto mucho esfuerzo en que todo estuviese perfecto.

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