Capitulo 24

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Hacía un rato que estaba en mi habitación dándole vueltas a como podía recuperar a Kyle. Seguramente el no querría volver a verme, habían pasado 4 meses desde que no nos veíamos y no me había atrevido a llamarle para preguntarle cómo estaba o saber algo de él, pero él tampoco lo había hecho. Estaba segura de que me odiaba.

Hasta hace unos días ese pensamiento me hacía sentir fatal, pero ahora que sabía que los dos estábamos destinados a estar juntos no había ningún motivo para estar así. Tenía que enfrentar mis sentimientos, necesitaba verle y decirle todo lo que pensaba y sentía por él. Nunca me había confesado a un chico, pero para todo había una primera vez.

Justo en ese momento me llegó un mensaje al móvil de Ellen preguntándome si quería quedar para contarme todo sobre su cita. Se le veía tan emocionada que no pude negarme. Me dijo que quedásemos es las escaleras del Horton Plaza. Al principio me sorprendió porque hacía mucho que no íbamos allí, pero me dijo que era para recordar viejos tiempos.

Cuando éramos pequeñas pasábamos largos ratos a la salida del colegio comiendo patatas fritas y chucherías en las escaleras del Horton Plaza. Por ese entonces veíamos una serie de adolescentes que nos encantaba, y allí fue donde se grabó el romántico final. Ellen soñaba con que el chico que le gustaba se le declarase en esas escaleras, yo solo me reía de sus ocurrencias. Pero en el fondo también deseaba que yo no fuera una casamentera, sino una chica normal, y que algún día el chico que me gustara se me declarase allí. Era un sitio muy bonito y romántico para una declaración. Eso me dio una idea...

- ¡Eh! ¡Podría hacer una especie de guía de lugares románticos en San Diego donde declararse! Eso ayudaría a mis clientes... ¡Genial! le pediré a Jake que me ayude a escribirla- dije en voz alta para mí misma, emocionada con la nueva idea para mi negocio.

Así que me vestí rápidamente, me despedí de mi madre y mi abuela, y salí en dirección a las escaleras del Horton Plaza. Tenía ganas de que Ellen me contase todo sobre su cita, pero sobre todo tenía ganas de contarle la verdad, que ambos eran almas gemelas. No había querido decírselo a ninguno de los dos hasta que no diesen el paso de reconocer que se gustaban.

Estaba tan ensimismada en mis pensamientos que no me di cuenta que ya había llegado a las escaleras, pero ella todavía no estaba allí. "Siempre tarde" pensé. De repente mi móvil empezó a sonar. Me quedé inmóvil mirando a la pantalla, como si hubiese visto un fantasma. En la pantalla ponía Kyle. "Responde, tonta", me dijo una parte de mi subconsciente, pero mis dedos temblaban demasiado como para acertar a deslizar el botón de descolgar. Finalmente lo hice y pregunté con un hilo de voz.

- ¿Hola?

- Amy- dijo él con su voz grave. Sonaba aliviado de que hubiese contestado la llamada, ¿habría pasado algo?

- ¿Kyle?- pregunté insegura. Estar hablando con él después de tanto tiempo me daba una sensación de cosquilleo por el cuerpo. Oír su voz diciendo mi nombre era algo que había deseado desde la última vez que le vi alejarse en su coche bajo la lluvia.

- Gírate- dijo él.

¿Que me gire? ¿Acaso él me estaba viendo? Abrí los ojos como platos, ¿Él estaba aquí? Hice lo que me pidió rápidamente y lo encontré. Yo estaba en la parte baja de las escaleras y él en la parte alta, a 19 escaleras exactamente de distancia. Lo sabía porque Ellen y yo las habíamos contado en innumerables ocasiones cuando pasábamos las tardes aquí. Pero a pesar de esos 19 escalones, podía verle perfectamente, brillaba aún más que la última vez que le vi. Llevaba una camisa que le quedaba fantásticamente bien, y el pelo un poco despeinado. Estaba mucho más guapo de lo que recordaba. Él ya había bajado su teléfono y cortado la llamada, así que hice lo mismo para no parecer una tonta que se había quedado embobada mirándole. No sabía qué hacer, ¿qué se supone que iba a decirle? Hace un rato había decidido que debía encontrarme con él y confesarle lo que sentía, pero no me había preparado todavía. Estaba de los nervios, por suerte él empezó a hablar.

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