Capitulo 15

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Estaba decidido, intentaría evitar a Kyle en el trabajo tanto como pudiera. Tenía que olvidarme de él. No podía ser tan difícil ¿no?

Cuando llegue esa mañana a la empresa, él ya había llegado y se encontraba trabajando en su despacho. Emily, su asistenta, me dijo que había preguntado por mí, y que me avisase para que fuera a su despacho. No quería que pareciese que Emily no era competente en su trabajo y no me había dado el recado, pero no pensaba subir de ninguna de las maneras.

A mitad de mañana tocaron la puerta del departamento, y yo me escondí lo más que pude detrás de la pantalla de mi ordenador, pero sólo era Gabe preguntándome si bajaba al café a desayunar como todos los días. Le dije que tenía mucho trabajo y se marchó. Debía concentrarme en lo que estaba haciendo, pero el beso que compartimos Kyle y yo estaba continuamente en mi memoria. De repente se empezó a oír como un rugido que me despertó de mis ensoñaciones. Era mi tripa... estaba totalmente hambrienta. No había dejado mi puesto de trabajo desde esta mañana por no encontrarme con Kyle en el camino, ni siquiera había ido al baño. De pronto un sándwich se estrelló contra mi mesa.

- Cómete esto, anda. Haznos un favor a todos y calla a esa tripa de una vez. Parece que tienes un gremlin dentro queriendo salir- me dijo con cara de pocos amigos Miranda que se sentó encima de mi mesa.

- G-gracias- murmuré yo. Aunque fuese porque mis tripas eran molestas, era el primer gesto bueno que había tenido conmigo. Y de verdad lo agradecía.

- Kyle me ha preguntado por ti esta mañana. Tres veces- me dijo contando tres también con los dedos. Estaba molesta. Muy molesta.

- ¿Y qué le dijiste?- pregunté con la boca llena de sándwich. Era de la máquina de fuera, pero en estos momentos cualquier cosa sabía como un manjar.

- La primera vez que no tenía ni idea, porque realmente no tenía idea de dónde estabas, me ha avasallado nada más salir del ascensor. La segunda vez le he dicho que en tu puesto como todos los días. Pero cuando ha venido a preguntarme una tercera vez si todavía seguías aquí he empezado a mosquearme. ¿Por qué quiere Kyle saber dónde estás con tanta insistencia?- me dijo susurrando, pero con un tono bastante enfadado, y no la culpaba. Se supone que yo debía ayudarle a que el chico del que estaba enamorada la notara, no que solo la buscase para encontrarme.

- No lo sé, quizá ¿quiere algo de trabajo?- pregunté con una sonrisa insegura.

- O quizá solo quiere verte después de vuestra cita del viernes- propuso ella. Y juro que vi chispas saltar de sus ojos.

- No fue una cita, estábamos allí con amigos... sólo que se fueron pronto- dije la verdad. Aunque sonaba más como una disculpa. Menos mal que no sabía nada sobre lo que pasó el sábado sino a estas alturas ya estaría escupiendo fuego por la boca.

- Mira, me da igual si fue una cita o no- dijo acercándose a mí en tono amenazador- Lo único que sé, es que tú eres una casamentera y yo soy tu cliente. Tienes que hacer lo que yo te pida, por eso te pago. Si te has enamorado de Kyle, está bien lo acepto, porque al final las dos sabemos que él será mío. Tú eres la que tiene más que perder en esta historia. Lo vuestro no tiene ningún futuro. Él está destinado a mí, tú misma lo dijiste. Y como casamentera, tu único trabajo es ayudarme a conseguir a Kyle. Y si por algún motivo os creéis que podéis ser más listos que el destino y saliros con la vuestra saliendo juntos... ¿Crees que al resto de casamenteras les interesará conocer como tú aprovechaste tu don para arrebatarle el amor de su vida a una pobre chica que acudió a ti por consejo? ¿Crees que a Kyle le gustará conocer cómo le has tenido engañado todo este tiempo?- preguntó con una falsa voz de niña inocente que no le pegaba nada. Yo tragué consternada, eso no era lo que había pasado. Yo no había planeado enamorarme de Kyle, y además él no me correspondía. Pero nadie iba a creerme, las amigas casamenteras de mi abuela me repudiarían, y mi abuela... no creo que pudiese mirarme a la cara nunca más. Pero lo que más me asustó fue que Kyle pudiese pensar que yo le había engañado. ¿De verdad lo había hecho? No podía decir a todo el mundo que soy casamentera, pero mis mejores amigos lo saben. Él... podía considerarse algo así como un amigo, ¿debería habérselo contado también? No podía dejar que esto creciese más y más. Tenía que pararlo, iba a pararlo.

I am CupidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora