Rubí Sangrante

Amor en la Brisa

El enamoramiento de Naruto era genuino y aunque deseaba el afecto de Itachi más que nada reconocía que también era algo imposible, era menor que el azabache, Sasuke arruinaba sus intentos por pasar tiempo con su hermano mayor, Itachi tenía misiones todo el tiempo. ¿Qué tal sí sus padres eran igual y no aceptaban los sentimientos que poseía hacia su hijo?.

Lo peor del asunto era que no veía a Itachi por un buen tiempo, según Sasuke estaba en una misión ultra secreta de los ambu y no lo habían visto en casi dos semanas, ¡¿Qué clase de vida es esa!? Sin ver al amor de tu vida, el hombre de tu sueños y padre de tus futuros hijos.

Su madre fue consciente de su mal humor, una vez mientras hacia las compras vio a su hijo con su equipo Gennin y de cómo su chamaco se peleaba con el Uchiha, ¿eran celos? ¿Por qué o de quién?, A su hijo se le había zafado la lengua un par de veces y decía que un familiar de su querido interrumpía siempre que podía porque no creía a Naruto adecuado para el Uchiha. ¿Sería Mikoto? No, imposible ella era tan amable, había dicho que su Naruto era un doncel precioso, aunque la actitud de su retoño cuando fueron a ver Sasuke dejo mucho que desear, pero también estaba Fugaku, él era taaaan serio y enojón. Y por último el hermano; quizá estaba celoso de Naruto y hacia maniobras para cebarle a su bello hijo sus flirteos, sin embargo no lo creía, ambos muchachos eran muy educados. Como madre y mujer impulsiva que era decidió tomar al toro por los cuernos y sin que Mikoto fuera consciente invitó a Kushina y su familia a almorzar a su casa porque la pelirroja dijo que había un tema complicado que tratar entre las dos familias.

Por esa razón una hermosa tarde, luego de acabar una misión, Sasuke le comentó a Naruto que su mamá los había invitado a platicar. Obviamente ninguno sabia de que iba la cosa, por alguna razón el rubio no quería ir, uno, porque seguía enojado con su compañero, dos, no quería quedar mal con su suegro como lo hizo con la señora Mikoto, tres y más importante, Itachi no estaría en su casa porque estaba ocupado, eso le cabreaba, no lo había podido ver desde su cita fallida, para agradecerle por la paleta y quizás dar el siguiente paso.

Su padre se veía tan fantoche en la forma que iba vestido, su mamá, pues... ella iba arreglada como cuando entró a estudiar a la academia, por eso, aunque su padre se viera bien en su ropa informal a lado de su madre vestida casi de ejecutiva no daba tan buena imagen, eso le incomodaba, pero no era como si pudiera decirle a su mami así de fácil "ve a cambiarte, se van a burlar de nosotros", no! Sería capaz de tumbarle los dientes y si le decía a su padre que se arreglara igual a su mamacita harían más ridículo. Así que suspiró de resignación.

Tan pronto llegaron a la casa de su compañero de equipo dio inicio a la situación incómoda, Naruto con un tic en cada ojo, la boca ancha como sapo veía a los demás en silencio, sobre todo a su papi suegro Fugaku que no le quitaba la mirada de encima con esa boquita tan seria que se cargaba, los labios inferiores eran tan gruesos en cada esquina de su boca que le daba una expresión dura, se preguntó si Itachi heredaría esa boca cuando tuviera la edad de su padre, esperaba que no, se veía más del estilo de Sasuke, que por el contrario era un niño más gruñón. A lado del patriarca estaba su esposa que sonreía tranquila viendo a su mamá beber el té que le sirvió enfrente de ella, y en los lados angostos de la mesa rectangular estaban Minato en medio de las damas y en el otro extremo Sasuke, a lado de su papá. Todos en armonioso e incómodo silencio esperando a que llegara el chico de honor, con todo y pena, más que nada por el pesar en el corazón, preguntó:

_ Ah-mno... ¿Itachi-san, donde esta?_ Cuestionó directamente al jefe de familia con tono sutil, Sasuke lo consideró algo insultante pero no dijo nada porque su padre pareció tomárselo bien.

_ Debe estar por llegar, hay que aguardar unos momentos más_ dijo con calma y los brazos cruzados.

_ ¿P-por que deberíamos esperarlo? ¡Digo! ¿Esperarlo para qué?