Infortunio

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Cuando llego a casa encontró el establecimiento vacío, algo que se le pudo hacer extraño si hubiera tomada la suficiente atención, pero en ese momento tenía en mente otra cosa, algo mucho más importante a su parecer. Entro a la habitación de su hermano mayor sin pedir permiso y la encontró solitaria como el resto del lugar, pero aun así no quiso rendirse, regresó sobre sus pasos para buscar en otro lado pero oyó a su hermano hablar.

_ ¿Me buscabas, Ototo?_ Sorpresivamente el pelinegro mayor reposaba cerca del estanque, donde él y su hermano solían platicar y jugar las mayoría de las veces, solo que ahora el ambiente no era precisamente el más óptimo. Sentado le nombró mientras estaba de espalda a él viendo el jardín.

_ ¡Eres un canalla!, Itachi-ni_ Resultaba cómico que a pesar de insultarlo todavía le hablara con el sufijo de respeto y cariño._ Nunca creí que fueras capaz de hacer algo así.

_ ¿Y de que se supone que soy culpable?_ Su apaciguad arrogante rectificaba su culpa, pero tenía razón en preguntar con ese tono de déspota, porque él no especifico de que lo acusaba y no evitó sentirse estúpido.

_ Hablo de lo que le hiciste a Naruto, de que otra cosa podría molestarme.

_ no lo sé, últimamente ha sido difícil complacer a los residentes de esta casa._ Sabía de lo que hablaba y por un momento Sasuke vaciló, entrecerrando un poco los ojos en gesto de seria tristeza por lo que estaba pasando en su casa, con su familia.

_ No puedes complacer a todos, al menos no de la forma que quieren, Yo no te pido mucho, al menos creo que casi no te pido nada, pero si es así, entonces perdona, no te molestare más, jamás te pediré otra cosa en el mundo ... solo remídete con Naruto, por favor._ Pidió esta vez más tranquilo y con su voz de hermano menor que revelaba el amor por su hermano mayor._ No sé qué le dijiste al dobe aquella vez pero él está muy triste, no puede levantarse de la cama ni siquiera habla, será lo último que te pida en la vida, así que hazlo por mí._ Agachó la cabeza , provocando que una sombra ocultara el sentir de su ojos.

_ Naruto-kun...

_ ¿Qué?_ Levanto de nuevo la barbilla al oír el nombre de su compañero, Itachi tenía la envidiable particularidad de decir el nombre de Naruto con una delicia barítono que nadie nunca podría igualar, era el único que podía nombrar al doncel rubio con ese acento tan singular y calientito. Esa manera tan característica, tan elegante era sin duda una de las virtudes de las que el niño de ojos azules estaba enamorado.

_ Naruto-kun... no es más que un doncel consentido, piensa que es intocable por el Hokage, pero es un chico común, solo está teniendo una rabieta._ Escuchó esas palabras tan... como decirlo, tan indiferentes, ni siquiera lo decía con ambición, era como si considerara a su amigo rubio un don nadie, incluso escuchar las frases que no eran para él lo hirieron, porque venían de Itachi, ahora entendía un poco mejor como se debió sentir Naruto si su Aniki le dijo cosas parecidas o peores.

_ ¡¿Cómo puedes decir eso?! Naruto está en su casa, enfermo y dolido._ Frunció levemente el ceño al ver la despotricad de su hermano hacia el doncel hijo del Hokage.

_ Fue por el berrinche que seguramente hizo. _Cerró los ojos calmo, sin voltear a ver a su ototo-baka._ Cuando supere el capricho que tiene por mí se sentirá mejor._ Sasuke no lo toleró más, pero contuvo su fuerza, toda esa descarga de chakra y rabia estaba contenida en sus manos que en ese momento hacían un puño muy fruncido porque las venas del dorso se notaban mucho, incluso la sangre se le acumulo en el cuello.

_ No es una simple gripe lo que él tiene, Naruto está enfermo de amor, enfermó de amor por ti, él llora por ti, reza por ti, ¡¿Es que no entiendes lo importante que eres!?

Rubí SangranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora