Capítulo 17. "Altruismo..."

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Narra Justin:

Acabo de llegar a mi nuevo hogar por primera vez, o sea, a la casa que me ha prestado el padre de _____ sin que su madre lo sepa, cosa que me da que jamás lo sabrá hasta el día que le de por querer usarlo o venir a por algo.

"Quién iba a decir que tu primera estancia fuese así, ¿verdad?" Me dice el padre de Justin cerrando detrás de él la puerta de la calle.

Me ha costado una barbaridad llegar hasta le piso de arriba, tengo que subir unas escaleras en espiral porque el pequeño ascensor que hay, que sube desde el almacén, no funciona. Según él, mañana llamará para que vengan a arreglarlo y pueda usarlo si quiero salir a la calle.

Donde me hospedaré de hoy en adelante es un lugar... un tanto peculiar. Entras por la puerta de una antigua tienda de comestibles, la cuál no era ni grande ni pequeña, pero lo suficientemente grande como para tener muchos tipos de comida, especias, étc. Luego, al lado del mostrador, hay unas puertas grandes, que da un almacén inmenso, bueno, vacío lo parece, pero lleno seguro que sigue pareciendo grande. Al otro lado del mostrador, estás las maditas escaleras.

Si entras al almacén y andas hasta el fondo, en una esquina verás un ascensor, ése es el que se supone que van a arreglar. Si lo cojes, da a pleno salón del apartamento. Haciendonos una idea del almacén y la tienda juntos, sale un piso muy grande, realmente grande, demasiado para una sola persona diría yo. Una pena que no me deje dar fiestas.

El piso está lleno de polvo, menos el dormitorio y el baño, que fue lo único que nos dio tiempo a acomodar y apurar para que yo pasase la noche aquí, el resto del apartamento hay que limpiarlo. Tiene muebles modernos, parece un piso de adolescentes de Nueva York, como los que salen en las series. Me da la sensación de que estaba pensado para alguien ya.

"Lleva razón." Respondo empujandome con la silla al centro del salón.

"Bueno, ¿te la apañarás? Nosotros ya es hora de que nos vayamos." Dice el comisario.

"¿Papá?" Pregunta _____ mirándole con los ojos abiertos.

"¿Qué?" Responde tan tranquilo. Sonrío y niego conla cabeza.

"¿Esperas que vaya solo al baño? No se puede quedar sólo, ¿qué clase de corazón tienes?" Le dice con incredulidad.

"Bueno, pues me quedaré yo." Responde él. Mi cara se vuelve pálida.

"Oh, no, no, no es necesario, podré solo." Digo rápidamente para que no se quede. No quiero dormir en esa cama de matrominio con el comisario de Stratford y el padre de mi pareja. Muy tentador, pero no, gracias.

"Está claro que no vas a poder sólo, ¡deja de hacerte el macho! ¿Has visto como has subido las escaleras? Eran las tres y veinte de la mañana cuando has puesto el culo en el primer escalón y son ya las cuatro menos diez, ¿te ves capaz de estar solo?" Me dice _____. Bueno, viendolo así, normal, hasta yo me llamo estúpido, pero ese razonamiento es ofensivo.

"Tampoco creo que sea necesario que el comisario duerma conmigo en la cama y todo está lleno de polvo, incluido el sofá." Digo encogiendo mis hombros.

"Entonces ya se sabe la respuesta." Dice _____ timidamente y cruzándose de brazos.

Su padre la mira y alza una ceja, sabiendo perfectamente lo que ella quiere y lo que a mi no me importa aceptar, ya que ambos llevamos deseandolo desde que nos lo prohibió, porque somos así, rebeldes, porque las vida nos ha hecho así y nos gusta hacer lo contrario a lo que nos dicen, ¿por qué no? Pues eso digo yo.

"Tu lo que quieres es quedarte aquí." Le dice. Vaya hombre, para ser el comisario, muy merecido no tiene el puesto, porque le ha llevado un rato pillar la indirecta. Pienso que si lo ponemos en la calle, cerramos la puerta y le mandamos un mensaje diciendo que cada uno está dónde le conviene, aún no lo pilla.

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