Capítulo 25. "Hay toque de queda."

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Muy importante la nota final.

Narra _____: 

Separo mis labios de los de Justin y no apoyo mi frente contra la suya, ya que él se aleja unos centímetros y sonríe. Creo que ha llorado del beso, porque tiene las mejillas mojadas, aun que podría ser mis propias lágrimas.

"Pensaba que la noche iba a acabar de otra manera." Dice él, mordiéndose el labio inferior y entrelazando sus dedos con los míos.

"Para mal, ¿verdad?" Digo mirándole con una sonrisa divertida.

"Sí, sí." Dice riendo y me río al verlo tan contento.

Justin se intenta levantar, pero le cuesta, así que me levanto y tiro de su brazo. Se hace el flojo y cuando se levantan 'cae' sobre mi, abrazándome y hundiéndome en su pecho. Me río y él también se ríe.

"Creo que es hora de que me vaya yendo." Dice separándose de mi, lo miro algo confusa.

"Pero si son como las once y media o doce." Digo riendo.

"Supongo que tendrás que pensar y pensar muchas cosas." Se encoje de hombros. "No es que me quiera ir, pero tengo la sensación de que se va a hacer incómodo."

"Antes de nada quería pedirte perdón." Digo agachando la cabeza un poco, pero Justin me la levanta y niega con la cabeza. "Sí, porque sé que soy complicada y por hacerte creer que no eres suficientemente bueno para mí, la verdad creo que eres el único que va a poder entenderme en esta vida y Cory no lo tenía más fácil... Cory pasaba de como era."

"Pues no lo parecía..." Dice incómodo.

Agarro una mano suya y me la llevo al pecho, dónde está el corazón. "Te prometo que como tu me aceleras el corazón, no lo ha hecho nadie nunca." Susurro mientras le miro. Bajo la mano y las dejamos colgando en el aire. "A él le daba todo igual y yo me amoldaba a él, no hay más." Me encojo de hombros.

Justin sonríe y está dispuesto a decir algo pero varios pitidos por la calle y sirenas de policías nos hacen mirarnos algo asustados. Me agarra del brazo y me mete dentro del porche, escondiéndome en la oscuridad de él. Estoy agachada detrás de un bando de éste.

Las luces de las casas se empiezan a encender y los vecinos se asoman por las puertas. Varios coches estacionan en frente de varias casas y veo a mi padre salir del que justo ha parado frente a mi casa.

Salimos de detrás de mi banco y bajo las escaleras corriendo hasta encontrarme con mi padre. Justin baja con más cuidado las escaleras y se acerca a nosotros. "¿Qué pasa?" Pregunta.

"Hay toque de queda." Dice mi padre. "Las bandas han salido a hacer barricadas y ya han apuñalado a dos chicos en el norte del pueblo. Son bandas amigas de Eric, para que lo pongamos en libertad."

"¿Qué?" Digo con los ojos abiertos. "¿Y mamá? ¿Dónde está?" Pregunto nerviosa. Mi padre no lleva el uniforme, sino la ropa con la que ha salido con mi madre.

"En casa de tu abuela, no pasa nada, ¿vale? Todo va a ir bien, dije que vendría a por ti, pero es tarde para cruzar incluso esta zona del pueblo, encerraos en casa y no salgáis." Dice dándome un beso en la frente con fuerza.

"Lo siento, mi hermano está solo en casa." Dice Justin rodeándonos.

Mi padre le agarra del brazo y lo frena. "Os llevaré con él, eso es mas seguro que mi casa." Dice.

Mi padre saltándose las reglas que él mismo impuso, bueeeeeeno, ya es serio esto eh. Veo la angustia de mi padre en sus ojos y la preocupación de Justin en los de él. Yo no sé que pasa cuando hay bandas así formando barricadas, lo he oído de pequeña, cuando el hermano más mayor de Beth, que tiene ahora 27 años, formaba parte de una. Mi madre apagaba las luces de casa y nos escondíamos en el cuarto de la lavadora y la secadora. La última vez tenía yo unos ocho años, murió un chico por un navajazo en el abdomen, pero desde ahí no hubo mas.

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