Capítulo 28. "No es cierto."

2.2K 175 24
                                    

Narra _____: 

"¿Estás segura de esto?" Me pregunta Beth mientras vamos en su coche a mi 'cita', porque no sé como demonios llamar a eso, con Dylan.

"Elisabeth." Digo en un tono seco, con signos de advertencia para que no empiece.

"No, _____, me da igual, regáñame, pero eso de que si dices algo tu sola te lo has buscado, no me gusta nada." Hace una pausa con la boca llena de aire, como si fuese a explotar. "¡QUE ME LLAMEN LOCA SI ESO NO SUENA A AMENAZA!" Revienta.

Río en bajo mientras me entretengo mirando dentro de mi bolso. "Bueno, cuando me lo cuente y sepa, te lo contaré, lo discutiremos y ya veremos si es amenaza o no." Intento razonar.

"Si te va a pasar algo malo, prefiero que no me lo cuentes. No me apetece sentirme culpable." Dice mientras se apra el coche. Alzo la vista y veo que ya estamos. "En realidad, cuéntame. Estaré dando vueltas, llámame y vendré a por ti."

"Vale." Digo riendo y abriendo la puerta. "Si Justin pregunta por mi... mejor dile que estoy en casa de mi abuela, no me apetece que haya problemas."

"De acuerdo, ten cuidado." Dice con una mirada fija y seria.

Ruedo los ojos y cierro la puerta del coche, girándome para entrar a la cafetería. Antes de que coja el mango, alguien abre hacia dentro y se aparta. Es un chico alto, moreno y guapo, me sonríe y murmulla un 'Las señoritas primero'.

A lo que le respondo. "Más como, 'déjame que te vea el culo', ¿no?" Río seguidamente para que vea que es una broma.

El chico sonríe y se tapa los ojos con la mano libre, abriendo los dedos para asomar un ojo y ambos reir. Le agradezco que me sujete la puerta y hace un movimiento con la cabeza, insinuando que no es problema y se marcha.

Me quedo quieta unos segundos, buscando Dylan y lo encuentro finalmente al fondo de la cafetería, en una esquina, leyendo unos cuantos folios.

No soy una gangster, ni malota, ni traficante, ni nada relacionado con el lado oscuro de la vida, pero algo que si sé sobre esa vida es que si no quieres llamar la atención, sea lo que sea que tengas que hacer, no lo hagas a escondidas, hazlo en mitad de todo el mundo.

No hay que ser Al Capone para saber que entre la multitud no llamarás la atención porque hay cientos de personas en la calle que quizas se reunen como tu y no están haciendo nada malo.

Me acerco a la mesa con una leve sacudida de cabeza en desaprobación a la actitud de Dylan, pero llego y me siento sin más. Dylan levanta la cabeza y me mira, sin decirme hola, sin expresión en la cara, solo recoge sus folios seguidamente y los guarda en su mochila.

"¿Y bien?" Pregunto entrelazando mis propios dedos y mirándole.

"¿Qué es lo que quieres saber?" Dice cruzándose de brazos y apoyándose en la meas.

"¿Por qué me ha tratado así? ¿Por qué si abro la boca tengo que tener cuidado? ¿Qué demonios pasa con eso del manicomio?" Pregunto.

"Psiquiátrico, ¿vale?" Dice mirando la mesa con algo de rabia. "Manicomio es despectivo y me ofende."

"Psiquiátrico, perdón." Rectifico sin muchas ganas. Tampoco es que haya sido él el que ha estado en el aquel lugar, pero no me importa ese dato. Siendo sincera y algo cruel, Dylan no me importa.

"Stacy estuvo en secreto enamorada de Justin, ya sabes, lo típico." Me mira y lo miro sin saber qué dice. "Chica quiere a chico, pero chico no quiere a chica." Explica rodando los ojos.

"¿Justin lo sabía?" Pregunto.

"No, está claro." Ríe como si fuese algo normal.

"Entonces, ¿cómo demonios se enamora de él? No lo conoce, no sabe de él, no puede enamorarse." Susurro agobiada.

UnexpectedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora