Aula 301, Clase A-3 / 2:30 pm
—Un día tenebroso era aquel, me encontraba sólo con mi espada, ¡eran 50! ¡No! ¡Miento! ¡Eran 100! Con sus grandes garras afiladas y esas mandíbulas gigantescas, sin mencionar su mirada que pedía sangre... Para ser más específico, pedían la mía... Y de pronto...
De manera ininterrumpida, se anunciaba el final de las clases por el día de hoy. Todos los estudiantes guardaban sus cosas, y el profesor en turno se despedía de cada uno conforme iban saliendo. La joven de la capucha blanca se acercó con amabilidad a este...
—¡Cielos, profesor Port!, su historia fue maravillosa, es una lástima que se terminara la clase, me hubiera gustado escuchar cómo derrotaba a esa enorme cantidad de Grimms.
—JoJoJo, gracias por prestar atención señorita Rose, se ve que usted tiene un ojo para este tipo de cosas, honestamente, si sigue así de atenta, pienso que será alguien de gran jerarquía para esta academia.
—¡Gracias, profesor! Me alegra mucho el que diga esas palabras, me esfuerzo mucho en lo que hago. Espero podamos escuchar el final en la próxima clase.
—Por supuesto, señorita Rose, que tenga buen día.
—Adiós, profesor.Summer iba saliendo del salón, Qrow le perseguía a paso lento detrás de ella. Una vez en el pasillo, la joven ubicó su casillero y poco a poco colocó sus útiles. En ese momento, Qrow se armó de valor para poder ofrecerle una disculpa...
—Oye, oye, chica nueva...
—H-hola, Q-qrow ¿cierto? ¿Ocurre algo?
—Emmm sí, bueno no... Lo que pasa es que...
—¿Sí? Dime...
—Esto es tan díficil, a buena hora te quieres arrepentir ¿eh, Qrow?—pensaba el joven ante la mirada desconcertante de la chica.
—Sí es por lo de ayer... Te dije que no es necesario, no quiero obligar a nadie a hacer algo que no quiera— Agregaba la chica interrumpiendo los pensamientos de este.
Qrow se irritaba poco a poco, pues sus palabras le hacían las cosas más difíciles. Se calmó lo más que pudo y dijo a la chica...
—Oye, solamente quiero disculparme ¿está bien? ¡Deja de hablar tanto, que me irritas!
—... —En silencio quedó Summer, quien dio un paso atrás desviando la mirada pues no sabía que decirle a su compañero.
—Sólo... Sólo lo siento por lo de ayer ¿sí? Eso es todo...
—De acuerdo...
—De acuerdo ¿qué?
—A-acepto tus disculpas...
—Ok...
—B-bueno, debo irme...— finalizaba la chica quien salió a paso lento y aumentó la velocidad una vez cerca de la primera esquina del pasillo para después doblar.
Qrow se marchaba resignado ante su fatal intento de interacción, y de repente, escuchó el leve grito de Summer. Este volteó y la observó tirada en el suelo de la esquina donde esta dobló. Posteriormente escuchó...
—Oye, ¿qué te pasa? ¿Crees que puedes andar corriendo por los pasillos sin fijarte con quien tropiezas?
—Y-yo... Lo siento, debí fijarme.
—¿Esta no es la lamebotas que hablaba con el aburrido de Port?
—¡Sí! Es ella, amigo, démosle su primera lección del día... ¡No toleramos a los lamebotas!
—No, no... E-esperen, por favor... —Con temor tartamudeaba la joven, quien con su mano izquierda intentó encontrar su arma, la cual, para su mayor desgracia, había olvidado en su cuarto. Summer cerró los ojos en un inútil intento por apaciguar el inminente dolor que los golpes le ocasionarían. Los demás estudiantes, ante el temor que les generaban los bravucones, no movieron ni un solo dedo en su auxilio. Sin embargo, antes de poder rozar algún centímetro de la chica, los puños de los individuos fueron detenidos...
—Esta chica tiene un sólo idiota... y soy yo. Oye niña, lamento haber iniciado con el pie izquierdo... Déjame ofrecerte disculpas a mi estilo...—Exclamaba Qrow, quien con su enorme espada bloqueó los puños que tenían como objetivo a la alumna nueva.
—¿Qué crees que haces, Qrow?
—¡Sí, viejo! ¡Esa chica es molesta, a ti también te cae mal! ¡no juegues con nosotros!
—No tan molesta como ustedes...En no más de 3 min, el joven empuñando su espada, tumbó a los agresores de Summer con una sola ráfaga de su arma. Los bravucones se encontraban tumbados en el suelo, no tenían ánimos de hacerle frente al conocido gemelo Branwen. Poco a poco se fueron retirando con excepción de uno. Este último se levantó y se acercó a Qrow. El gemelo, con una sonrisa triunfante, se preparaba para dar el golpe final y de repente escuchó gritar su nombre...
—!QROW BRANWEN! ¿QUÉ CREE QUE ESTÁ HACIENDO? —Gritaba con euforia la señorita Goodwitch. Qrow en una desconcertante sorpresa, volteó mientras simultaneamente guardaba su espada. De pronto, escuchó el delicado tono de summer pronunciar:
—¡Cuidado, Qrow!Este recibió un fuerte golpe, el cual poco a poco hizo que dejara de vizualizar correctamente su entorno hasta finalmente perder el conocimiento.
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Amores dañinos sobre una rosa blanca
RomanceTaiyang se ha enamorado de una nueva estudiante y junto a Qrow intentan acercarse a ella para formar un vínculo y poder invitarla a salir. Raven Branwen, una mujer sin escrúpulos, se da cuenta de una situación que llama su atención en particular y b...