Remordimientos

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—Souichi - kun, tanto tiempo —

—...— silencio absoluto.

Una conocida voz hacía aparición en el auricular de su teléfono; susurrando en su oído cuál conciencia.
¿Porqué tenía que pasarle ésto?... ¿No era suficiente tener la cabeza llena de recuerdos innecesarios?... ¿Qué el mundo estaba en su contra?

— Eres malo Souichi-kun, por alejarte tanto tiempo... Yo que tanto te quiero...— canturreo — Kana-chan te estuvo llamando, cortaste la llamada sin decir nada y  se quedó  preocupada y triste... sabes que no me gusta ver así a mi  querida esposa, fue por eso que decidí intervenir...—

De todas las personas, tenía que ser él, ese idiota, degenerado y roba hermanas: Isogai Taichirou, su segundo gran enemigo.

—Estaba ocupado— mentía

Pese a sus objeciones, a sus intentos y sus rabietas, una vez entrada en edad de cortejo y con el permiso de Souji San, Isogai se hizo novio y posteriormente esposo de Kanako; sin embargo a Souichi no le gustaba ese tipo para su hermanita, "demasiado mayor y pervertido" decía el científico; menos le agradaba porque ese astuto"zorro" parecía siempre estar un paso adelante de él mismo.
Al final, no pudo evitar tenerlo en la familia, pero lo evadía lo más que podía; su sonrisa acusadora lo sacaba de quicio, su astuta mente lo hacía rabiar y por si fuera poco, siempre que perdía con las palabras y se hacían de golpes, también así perdía, terminaba contra el suelo, con una llave de lucha en su cuello y un Isogai triunfante casi rompiendole una pierna.

Sempai se sentía expuesto, su cerebro y su carácter siempre habían sido suficiente para enfrentar a cualquiera, pero no contra él, Isogai era un tipo listo e intuitivo, fue capaz de entender muchísimas cosas simplemente de ver las reacciones del pelilargo. La realidad es que, se portaba con él como un amigo, consejero y confidente, era el único al que no podía refutar nada y más de una vez lo sacó de aprietos y le ayudó a aclarar sus pensamientos.

Su mente dispersa como estaba, le hacia cometer errores básicos, como por ejemplo no ver  la pantalla del móvil y así evitar "personas indeseables"; al estar sumido en sus recuerdos, tomó el aparato y respondió; arrepintiendose de inmediato del desafortunado encuentro telefónico.

Escuchar la voz de Isogai y sus reclamos, lo ponían de peor humor, eran reproches que ya conocía y a los que no quería responder, no quería ni pensar en ellos.

—¿Solo llamas para eso pervertido? ... No tengo tiempo para tus idiot...—

—Vi a Morninaga hace unas horas...— y solo con eso, Isogai obtuvo la atención de Souichi.

~\\~

Ahí estaba de nuevo, el pasado haciéndose presente y torturando su corazón. No pudo decir nada, cómo tampoco fue capaz de cortar la llamada, necesitaba saber, necesitaba entender... ¿por qué ahora?

Isogai entendió el silencio entre ambos y decidió romperlo, conocía tan bien al tirano de cabellos largos que hasta sin ver su cara o decir una palabra, sabía que le estaba escuchando y que lo haría sin objetar nada.

—Sabes, esta igual que siempre... Sonríe y es amable con todos... — hizo una pausa, sin embargo no esperaba respuesta; a veces sentía tristeza por ese chico, arisco y necio, todo un caso, incapaz de expresar sus sentimientos; decidió seguir con su relato, sí seguían en línea era porque Souichi estaba interesado; e Isogai lo sabía, el joven de azules cabellos era un tema que aún no estaba cerrado para su cuñado.

— Lo ví hoy en el aeropuerto... Al parecer, viajará al extranjero por tiempo indefinido debido a su trabajo — Isogai hablaba casualmente, cómo si sólo fueran conocidos, sin lazos tan profundos en común — ... Se le ve bien y con ánimos de emprender esa aventura, se veía contento y apurado, dejamos de hablar presisamente porque tuvo que arreglar unos asuntos con su vuelo y su equipaje, al parecer estaba excedido en el peso permitido por pasajero — Isogai reía divertido con eso último, no fue para nada raro para él que el peso estuviera excedido, para cómo él lo veía, ese chico podía cargar con el departamento entero sí eso fuera posible.

Un hombre exitosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora