Epílogo

770 32 163
                                    

- Bueno Senpai... Nos vemos... pronto -

- Hai - dijo secamente en un gruñido tranquilo.

- Senpai... ¿Tú me vas...? - pregunto temeroso por la respuesta que podría recibir.

El pelilargo no lo dejo terminar la frase que intentaba decir, cuando él ya se le había acercado, silenciando sus titubeantes palabras colocando sus manos a ambos lados de sus mejillas:

- Te extrañaré... Baka -

- Senpai - se notaba la alegría que su corazón desbordo con tan sólo escuchar aquellas sencillas palabras.

- Recuerda que tienes que terminar adecuadamente, así que ahora ve y esfuérzate... Además no es como si no me fueras a volver a ver... -

- ¿Lo dices en serio? -

Comenzaba a saltarse la vena en su sien, ¿cuántas veces tenía que demostrarle a ese idiota lo serio que estaba siendo?; sin embargo el de lentes sabía que todo aquello tenía un fundamento y no le quedaba más que ser paciente, solo por esta vez...

Por fin, y a pesar de años de separación, estaban juntos de nuevo y nada iba a estropear aquel glorioso momento, ni él mismo con su carácter tan poco tolerante.

Respiro profundamente una vez más y se preparó para la reacción del menor:

- No iré a ningún lado... Estaré aquí esperando tu regreso y más te vale que regreses porque ya te está esperando un montón de trabajo pendiente -

Morinaga seguía pensando que aquello debía ser un sueño, uno demasiado maravilloso, pero sin duda fue mejor de lo que jamás pudo imaginar. Y se dedicaría a disfrutarlo todo lo que se pudiera.

Estaban tan juntos, que poco esfuerzo fue necesario para que con tan sólo estirar sus brazos Morinaga logro aprisionar el delgado cuerpo del Senpai, dando uno sugestivos roces a su trasero.

- Volveré pronto y te compensare... - le dió un beso en el borde de sus labios: - ... Te lo prometo -

- Baka - le dijo en un débil susurro que hizo sonreír ladinamente al peliazul.

Souichi lo alejo de un certero codazo que lo dejó sin aire, pero ya nada era como solía ser, y Souichi lo entendía: los golpes ya no eran tan duros, ni tampoco tan frecuentes; los enojos ya no duraban tanto y las charlas estaban más pensadas a un futuro próximo en conjunto, y bajo la nueva perspectiva del Senpai, no parecía tan malo.

Morinaga se sentía pleno, finalmente después de mucho tiempo estaba tranquilo de irse; puesto que está partida daría inicio a una nueva parte de su vida...

Una vida junto a su Senpai.
.
.
.

Contrario a lo que pudiera pensarse, los cinco años que Morinaga estuvo lejos de Souichi no fueron cualquier cosa, menos sencillos. Siguió siendo un chico amable y con facilidad de hacer amigos, pero su corazón se negaba a cooperar; fue muy difícil que su cuerpo y su corazón se acostumbran a la ausencia física de su Senpai, agregando a eso sus propios remordimientos.

Se dedicó a trabajar, se obligó a dejar de pensar en esa persona que le hacía falta y que por su infantil comportamiento no podía regresar ni siquiera a saludar. Sabía que el haber huido de la forma que lo hizo, había ofendido el orgullo de su Senpai y que jamás le permitiría volver siquiera a hablarle.

El primer año fue el más difícil, se sentía como un adicto en plena desintoxicación, y aunque tuvo muchas oportunidades nunca hubo nadie que llenara el espacio en su cama, ni mucho menos en sí corazón.

Un hombre exitosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora