Omake 2

580 27 87
                                    

Una mariposa batió sus alas en algún lugar del mundo... y el mundo sucumbió.

Así es como Tatsumi Souichi se sintió después de haber vívido en carne propia una vida que nunca jamás soño...
.
.
.

Hace tan sólo algunos meses atrás, el científico de lentes se encontraba sumido en su propio mundo de papeles y proyectos laborales, alejado por voluntad propia de todo y todos aquellos que pudieran recordarle y reprocharle, las malas (por no decir pésimas) decisiones que había tomado años atrás.

Un loco sueño, unos aliens acosadores y la insistencia y paciencia de su Kohai, le habían permitido contemplar esa realidad en la qué sus decisiones, lo llevaron por un exitoso camino alejado de la soledad y la frustración que predominaba en aquello que él conocía como: realidad.

Algunas veces la rueda del destino obra de formas extrañas y acomoda las circunstancias de tal forma que nos brinda una segunda oportunidad.

Sin embargo, no siempre se está listo para afrontar el peso de pedir perdón y encarar las consecuencias de lo que se vendrá a raíz del cambio que se dará a raíz de aquella nueva elección.

A veces, saltar al vacío es la única opción que tienes... Y la elección de saltar o no, es totalmente nuestra.

~|~

Era más de mediodía.

Los molestos rayos de sol entraban por la ventana; era tarde, lo bastante tarde como para que cualquier persona responsable siguiera en la cama, pero era domingo y la idea no parecía tan descabellada, ya no; un día de pronto se valora lo importante que es darse pequeños lujos como ese.

Acostado en su cama, Tatsumi Souichi fue abriendo los ojos poco a poco; cediendo y no, a la conciencia; y esque no era fácil abandonar esa sensación que lo anestesiaba; era agradable y relajante a su cuerpo; algo muy dentro de él le hacía querer estar así para siempre.

El silencio que dominaba aquel recinto, era únicamente alterado por la suave respiración de otro cuerpo entrelazado al suyo; ambos cubiertos apenas por una desordenada sábana que estaba al borde de la cama en la que se encontraban.

Hacía calor y tener aquel enorme cuerpo encima suyo emitiendo más calor no ayudaba en nada... Pero curiosamente, tampoco lo alejaba.

Se dejó llevar de nuevo por la somnolencia y empezó a rememorar los viejos tiempos; se acordó de lo idiota he insensible que fue con la gente que lo rodeaba, recordó lo idiota corazón de piedra que fue al haber usado a su ingenua secretaria para que le amueblara su casa... Aunque en realidad, el más abusivo había sido el vejete de Mizuno, quién fue el que la embauco en tal abusiva encomienda:
.
.
.

- ¡Tatsumi - San... Tatsumi- San! - gritaba una pequeña señorita entre los trabajadores científicos del área de microbiología de la empresa en la que Souichi trabajaba; la muchacha buscaba sin mucho afán pues ya había recorrido cada recóndito lugar sin mucho éxito; perdía las esperanzas de encontrarlo cuando de pronto escuchó a lo lejos unos alaridos muy conocidos:

- ... Eres idiota, esa colonia tenía que haber crecido desde ayer... Y no tiene porqué estar de ese color... Además los cortes son de principiante, son muestras muy pobres... -

Matsuka Momoko, era la secretaria de Souichi hace apenas medio año; era la decimoquinta asistente que había aceptado el reto de tener a ese hombre que se había ganado la fama de ser demonio. En este momento, la joven se encontraba en la importante tarea de localizarlo y, de ser posible, llevarlo con el director en jefe Mizuno, quién en persona le pidió localizarlo (y amarrarlo de ser necesario) para que asistiera a una reunión muy importante.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 17, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un hombre exitosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora