Confrontación

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¿Cómo era posible que formulará esa clase de pregunta así de fácil? con esa seguridad en sus palabras; esa vocecilla tierna y a la vez cargada de ironía, que tenía la desfachatez de enfrentarse a él, al tirano Tatsumi.

Pero lo más curioso era, que se sintió más seguro después de escuchar esa pregunta, cómo si por fin, después de tantas sorpresas, finalmente alguien parecía ofrecerle respuestas.

- Tú no eres mi papá ¿Verdad? -

Era como le había enfrentado, y en conjunto a esta pregunta su ceño fruncido se dejó ver. No podía negar lo evidente, no podían negar su participación en ese hecho... Esa nena era suya y llevaba tatuado su carácter y el dulce angel de su kohai.

- Pero cómo demonios es... eso posible... - se entristeció un poco, porque la realidad lo golpeó, un deje de nostalgia apareció, sabía que la realidad era otra... La realidad de su vida no había sido así...

Porque en la realidad, estaba solo...

Se quedaron viendo; se enfrentaron en un duelo silencioso de miradas que solamente ellos supieron confrontar, pero que a Yura le aburrió. Empezó a llorar, clamando atención y que le pusieran un pañal; comenzaba a darle frío y ya no estaba cómodo siendo atendido por el pelilargo.

- Mmmmmghhhgg... BUAAAAAA -

Comenzó la tortura; el llanto de un niño siempre es molesto y no es fácil de calmar, menos cuando has olvidado cómo tratar con cuidado a otro ser humano y más a un bebé tirano como el pequeño ojo castaño.

Souichi entró en pánico, no sabia que hacer, pero no sabía cómo hacerlo parar; ese llanto atraería a Morinaga, creando sospechas y no sabía porqué, pero no estaba listo para enfrentarlo, no todavía.

- Ya niño... Calma... ¿Qué te tiene tan molesto? - pero nada sucedía, el bebé lloraba cada vez más fuerte, al grado de que el pelilargo estaba pensando en llamar él mismo al peliazul. Sin embargo...

- Ya... Ya hermano, calma... Ahora te atiendo ... - Himawari-chan acudía a su rescate.

Sutilmente hizo a un lado al hombre mayor, acercando un banquito y posicionándose frente a su todavía medio desnudo hermano.

En un santiamén el bebé estaba con pañal limpio y su pijama estaría finalmente colocada en un momento. Mientras tanto empezaba su relato:

- No, tu no eres mi papá ... - dijo tristemente la pequeña - Mi papá es torpe... Pero nunca fue frío, nunca nos hizo a un lado, nunca deja de darnos amor ... muy a su manera -

- ... - no fue capaz de refutar nada.

- Mamá quizá no es capaz de decírlo de frente, pero también lo ha notado... supongo se está deteniendo por nosotros, él es muy sensible y más tratándose de papá ... el cambio es tan obvio que sería tonto no darse cuenta... - expresaba triste aquella pequeña castaña - La forma de hablarnos, tu falta de recuerdos y cosas obvias ... Tú nerviosismo para tratar a Yura... Tú mirada confusa ... Tú cara dura... -

Se le quedó viendo al mayor, quería saber si diría al respecto ... pero nada pasó.

- Mirá a mi hermano... - comenzó de nuevo - esta todo inquieto, muere de sueño pero no puede dormir, sí fueras nuestro papá se hubiera dormido en tus brazos desde las escaleras ... esta preocupado y es tu culpa... -

Souichi sintió algo debido a aquel reproche... no supo como describirlo, pero le dolió.

- ¿Eres un alien? - preguntaba aquella inocente sosteniendo a su zombie hermanito de la mano ya limpio y listo para la cuna.

Un hombre exitosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora