¿Qué era eso?
Esa cálida sensación que acogía su cuerpo y sanaba su corazón; se sentía flotando entre nubes, ligero como pluma y rodeado por un aura de serenidad.
Por primera vez en mucho tiempo, sentía que nada le faltaba, sentía que ese "algo" que no sabia que había perdido, por fin lo había recuperado. Sentía paz, sentía tranquilidad... se sentía en el hogar.
Estaba cómodo, protegido por suaves sábanas y almohadones que le daban confort a su cuerpo cansado y estresado; pero eso no era lo que le hacía sentirse completo, había algo más, un aroma conocido, uno añorado, uno que creía perdido.
Antes no era capaz de admitir que lo extrañaba al punto del colapso, y tuvo que esperar años para entenderlo, años de autoengaño; todo ese tiempo fingiendo que nada pasaba, le pasó factura; su pecho dolía por el alivio que sentía, era como volver a respirar, y era gratificante inhalar de nuevo aquel aroma que le daba paz.
"La luz de una tenue estrella se convierte en el resplandor de miles de soles cuando vives en tinieblas".
Escuchaba murmullos a lo lejos, nada entendible, nada lógico, nada tangible; no podía abrir sus ojos, sus párpados pesaban y no quería enfrentar la verdad, se sentía tan bien que no quería que esa sensación desapareciera tan fugazmente como llegó; deseaba seguir en ese mundo de sueños y placenteras sensaciones.
Estar en ese lugar, le impedía volver a ser el mismo ente vacío en el que se había convertido y disfrutar un poco más de esa falsa plenitud que le podría hacer llorar de felicidad."La felicidad, real o ficticia, no dura para siempre... No sin trabajar arduamente por ella".
Se sentía tan seguro en ese lugar; su cuerpo estaba tranquilamente durmiendo, como hace tanto no podía. Pero su mente viajaba, volvía a ese mundo oscuro y frío, del que huyó años atrás, dándose cuenta de que nunca huyó, solo le evadió.
Una luminosa figura apareció frente a él y le repitió lo que ya antes había escuchado:
- Tienes una oportunidad... No lo eches a perder... -
Ahora era una cálida y amorosa voz la que salía de aquella brillante figura; no le tuvo miedo, pero le inquietaron sus palabras: "¿Oportunidad?... ¿Para qué?".
Frente a sus ojos, una tenue luz en el horizonte de aquel mundo oscuro, empezó su transformación; cual explosión estelar, se expandió hasta iluminar el lugar; aquel era un sitio donde el cielo y el mar se unían, cual espejo se reflejaban uno al otro y la tierra no existía.
Una pequeña estrella en la oscuridad fue capaz de iluminar el lugar y dejó ver tres figuras más... Una grande y dos pequeñas a sus costados, envueltas entre las nubes, acercándose lentamente.- Amalos... - decía aquella primera figura.
Y después de esas palabras, en un destello todo desapareció.
~∆~
Sus sueños nunca habían sido tan vívidos y mucho menos tan concurridos; siempre se veía a sí mismo, pero ahora más personas aparecían y no entendía nada.
Su mente regresaba lentamente a esa tranquilidad; quería seguir disfrutando de las sensaciones que percibía; se dejó envolver fácilmente por la calidez que le recibía.
Pero ahora se sentía más real, sentía los almohadones en su rostro, suaves y con esa fragancia que lo desquiciaba y lo tranquilizaba al mismo tiempo, ahora sentía más vívida la suave superficie del colchón bajo su cuerpo y sonidos comunes mucho más reconocibles: pasos, movimiento de muebles y puertas abrir y cerrar, leves y cariñosas conversaciones susurrando a lo lejos.

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Un hombre exitoso
Fiksi PenggemarSouichi Tatsumi, es un hombre exitoso... Socio de una empresa farmacéutica, jefe de miles de trabajadores; su rígido carácter y orgullo lo han hecho distante, intolerante y hasta cruel a la vista de todo el mundo. Un hombre con mirada de hielo y dec...