CAPITULO 3: La Venganza

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Ese... ese chico... es el Carlos... ¡¡es el!!

-¿Quién? ¿Qué es?

-Es el colorado, el tipo que choco mi coche...  daaa ... el coche de Kirk da lo mismo...

-¿Quién? ¿El que está arreglando los cables?

-¡No, el que tiene la guitarra!

-¡¿El guitarrista de Panic?!

-¿Guitarrista?... – en ese momento, como un rayo, se vino a mi mente la imagen del colorado con su guitarra en el hombro, tal como el día que lo conocí- ... ¡Carlos ese hijo de puta casi me mata! ¡Me aventó el coche y casi me estampo en la banqueta!...

-¿Es él? ¡No jodas!

- ¡Siii!... ¡¡Pero ahora me va oír!!

-¿Qué? ¿que haces? ¿A dónde vas Sam? ¿Qué vas a hacer?

-Ahora veras....

-No... Samanta no hagas un escándalo aquí... no lo arruines...

-Suéltame... - me sujeto del brazo y me safe con un brusco movimiento- te prometo que no voy a hacer nada que no se merezca.

Camine hacia el escenario que no estaba totalmente montado, había un par de tarimas simulando dos escalones, por algún extraño motivo mientras me iba acercando al colorado, en mi estómago se iba armando una revolución.

-¡Oye! – Grite mientras subía las tarimas, pero el colorado no me hizo caso - ¡oye tu colorado, te estoy hablado!

El chico parecía estar muy concentrado en la guitarra, pues no volteaba a verme, o tal vez me estaba ignorando... Me pare enfrente de él y cruce mis brazos... era más alto que yo, bueno en realidad todo mundo era más alto que yo, mis 1.56 metros de altura no me hacían exactamente una persona de buena altura...

-¿Eres sordo o me estas ignorando?

El colorado alzo la vista, ahora me estaba mirando. Lo hizo unos segundos y después miro a su alrededor con cara de desconcierto.

-¿Me estás hablando a mí?

-¿Ves a otro colorado por aquí?

Quito las manos de la guitarra y se enderezo, eso significaba que ahora tenía  su atención, con la plumilla en su mano izquierda se acomodó su cabello chino y rojizo hacia atrás, y me dijo:

- ¿Tú y yo nos conocemos?

-¿No te acuerdas de mí? ¿Enserio?

-Mmmm – dijo mientras movía su cabeza izquierda derecha-  ¿tuve sexo contigo anoche y no te pague?

-¡Pffff! ¿Qué estupideces dices?... ¿Acaso tengo cara de piruja?

-Pues...

-¡CALLATE! ¿Enserio no te acuerdas de mí? ¿Ya se te olvido que casi me matas golpeando mi coche?

-¿Coche?

-¡Siiii! ¡Tú chocaste mi coche y saliste huyendo como un vil cobarde!

-¡¿Tú eres la loca de Stanford?!... y  ¿Qué  diablos estás haciendo aquí? ¿Vienes a cobrarme tu carcacha? o ¿A insistirme para que tome un curso en tu escuelita de mierda?

-No, fíjate que ha sido una coincidencia encontrarte aquí... pero me alegro por que me quede con muchas ganas de decirte muchas cosas ese día...

-¿Ah sí? ¿Qué cosas?

-Pues como que eres un cobarde y un hijo de puerca por golpear el coche dos veces y echarte a correr...

-Sí, ¿ya es todo? – pregunto muy indiferente, como si no le importara lo que yo le estaba diciendo

The Killing RoadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora