Capítulo 19 Traiciones (Parte 3)

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Teníamos el dinero justo para viajar en autobús a España. El viaje fue de una día entero y llegamos a Burgos con el trasero plano. Ahora entendía como se había sentido Dave cuando regreso de Nueva York a California. Nos costó trabajo dar con el lugar donde se llevaría a cabo el festival, pero nos deleitamos durante ese tiempo con las hermosas calles y casas de Burgos.

Cuando por fin dimos con el estadio los cuatro sentimos una emoción inmensa en el estómago de estar de nuevo entre jóvenes furiosos que, buscaban un momento de catarsis con la música que otros jóvenes furiosos creaban, para de igual manera sacar todo su enojo y frustraciones, como nosotros lo hacíamos. Había un montón de variedad, suficiente para darnos cuenta que no éramos los únicos en el mundo con ciertos gustos e ideas.

-Bien, yo hablo algo de Español - les dije a mis amigos - Sam me enseño un poco. Emmm yo quiero cuatro tickets para aquello...

El tipo en la taquilla me miro y por un momento pensé que me reconocería como el baterista de la banda más grande de metal, sin embargo, después de unos segundos me imagine que mi español estaba de la mierda y que en realidad no tenía ni idea de que quien era yo ni de lo que quería decir. Eso me decepciono por dos razones: no éramos lo suficientemente famosos y no había aprendido ni una mierda de español...

-Eres un tonto Lars... déjame hablar a mi... - me dijo James y comenzó con un extraño idioma que no estaba muy seguro si era español, en realidad ni siquiera si era un idioma.
-Well... I can speak English... do you want four tickets for the show, right? - nos dijo el joven y de inmediato se nos dibujó una sonrisa en la cara
- ohhhh, that's funcking great! - dijo James - Yeah man, we want four.... Please -y sonrio ampliamente

Habiendo solucionado el problema de los boletos y del idioma, entramos al estadio. Era un lugar muy grande donde parecía que se llevaban a cabo juegos de futbol americano... y otros eventos. El lugar estaba tapizado de pasto y se habían montado tres escenarios, se rodeaban por una gran barda para evitar que el público se abalanzara sobre las bandas. Había una enorme pantalla entre el escenario 1 y 2 y otra entre el 2 y el 3. Eran las once de la mañana y ya había suficiente gente, cerveza y cigarrillos. Las gradas no estaban disponibles, todo sería en el campo.

-Mira... saben que vienen extranjeros - Me dijo Kirk - Las reglas del festival también están en ingles... ingles de Inglaterra - dijo un poco desilusionado.

El festival consistía en lo siguiente: Participarían 15 bandas. Se había sorteado el turno en que cada una saldría el escenario. Se presentarían tres al mismo tiempo (es por eso que había tres escenarios montados) La primer banda saldría en el escenario número uno, inmediatamente después de terminar su primer canción seguiría la segunda en el escenario número dos y lo mismo pasaría con la tres. Cada banda tenía derecho a tocar cinco rolas por turno si no es que el público decidía bajarlos del escenario antes. Así como se escucha, el festival era un tanto cruel. El público era el juez de cada banda, si su muisca no gustaba tenían todo el derecho de abuchear a los integrantes e incluso lanzarles cosas bajándolos del escenario y dejándolos fuera del concurso, de hecho así era como se iban descalificando. Pero también podía pasar lo contrario; la banda podía ser lo suficientemente buena y el público gritaría, aplaudiría y haría cualquier tipo de desmán para comunicar que la querían seguir escuchando y esto se demostraría mostrando a la banda en las pantallas. Es decir, la banda que apareciera en las pantallas continuaría en el concurso.

Pensándolo bien, la forma en que evaluaban a las bandas era la mejor. El público, que es mejor conocedor que cualquier juez, era quien elegía a quien quería seguir escuchando.

El tiempo paso y los jóvenes se fueron aglomerando en donde cada quien consideraba un buen lugar para escuchar a las bandas. Nosotros nos colamos en medio de los tres escenarios, estábamos siendo empujados, golpeados y apretados por toda la bola de muchachada que había y ninguno parecía conocernos.

The Killing RoadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora