1. Bienvenidos a Japón.

58 9 46
                                    


No sabría bien cómo o por dónde empezar esta historia, por lo que he decidido hacerlo desde el principio.


Inglaterra, 1999.

­̶ ¡No quiero irme de mi hogar!

­̶ Elizabeth, Elizabeth, pon atención, ¡es la única opción que tenemos! No podemos quedarnos aquí, Inglaterra es un desastre, ¡ya no podremos criar a nuestro hijo como se lo merece con la crisis que estamos atravesando!

­̶ Pero...

­̶ Por favor, Liz... Por Mark, hazlo por Mark.

Ambos miraron al recién nacido, quien se hallaba durmiendo, ajeno a aquella pequeña discusión.

­̶ ¿A dónde quieres que nos vayamos, Michael?

­̶ Esa es la mujer con la que me casé.

Ambos sonrieron.

(...)

Japón, Osaka.

­̶ Bien Mark, bienvenido a tu nuevo hogar.

­̶ Es una lástima que no haya podido ser exactamente en Osaka...

­̶ Relájate, Liz, aprenderemos a ser felices aquí.

­̶ ¿En medio del bosque?

­̶ Si, en medio del bosque, porque no necesitamos más que nuestra compañía y la salud de nuestro hijito para ser felices.

Ella sonrió.

El también.

6 años después.

­̶ Adiós hijo, ¡pórtate bien en el colegio! ­̶ Decía Elizabeth acariciando su enorme barriga de 8 meses de embarazo.

­̶ ¡Haz muchos amigos, hijo! ­̶ Seguía Michael.

­̶ ¡Síiiii!

Ambos se quedaron viendo como el jovencito de cabellos rubios y penetrantes ojos verdes se alejaba de ellos corriendo hacia la entrada del recinto, empezando una nueva etapa de su vida: la primaria.

­̶ ¡No lo puedo creer! Todo es tan nuevo, tan grande, ¡me siento muy feliz y entusiasmado! ¡Haré muchos amigos y seré muy popular! ­̶ Decía un alegre Mark de tan solo 6 años de edad.

Aunque esos no parecían ser los planes que el destino tenía para mí.

­̶ ¡Hola! Yo soy Nishiki, ¿y tú cómo te llamas? ­̶ Preguntaba un niño de grandes ojos azules, tomando uno de sus pelirrojos mechones de cabello y mirándolo con una enorme sonrisa.

­̶ M-Mark... Soy Mark.

­̶ Pues... ¡hola, Mark! ¿Te gustaría ser mi amigo?

­̶ Ah, pues... Claro. ­̶ Sonrió.

­̶ ¡Bien! Aquí... No me quieren, ¿sabes? Creen que por ser un demonio soy malo, pero eso no es así.

­̶ Woah, ¿eres un demonio?

­̶ Eso... ¿Te molestaría?

­̶ ¡Claro que no! ¡Me encanta!

­̶ ¡¿De veras?!

­̶ ¡Sí!

­̶ Seremos grandes amigos.

­̶ Ya lo creo.

(...)

­̶ Ven Mark, ven a conocer a tu hermano... ­̶ Decía una pacífica Elizabeth, sosteniendo al recién nacido Benjamin en brazos.

Un Lugar Llamado Demon's Wood: El Martirio de MarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora