Capítulo veintidós: ¿Tú otra vez?

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Mark.

Han pasado ya tres días desde mi "reencarnación", he tenido algunos problemas con mi nuevo cuerpo ya que no estaba completamente adecuado a mí pero nada incontrolable. Mis orejas y cola de tigre ya se hicieron presentes, pero mis atributos de demonio aún no asomaron. En estos tres días he cumplido uno de los cometidos que tenía pensado hacer y de los pocos que no cambiaron luego de librarme del hechizo de las brujas.

Quería esperar a que mis alas y cuernos aparecieran antes de seguir adelante con mi plan de ir a New York, pero si sigo esperando no tendré oportunidad de verla. Por lo que sólo me queda preparar mis cosas y emprender viaje.


—Bien. —Suspiré luego de cerrar mi bolso. —Vámonos.


Mel.


Esto de salir a correr luego de las reuniones ya se me había vuelto una costumbre, y solo podía disfrutarlo, aunque el día de hoy me siento rara, como...


—Como si alguien me estuviese siguiendo.


Volteé hacia todos lados a ver si encontraba de dónde venía la persona que me acechaba, pero no encontré a nadie cerca, por lo que solo decidí seguir corriendo tranquilamente. Aunque aún me sentía perseguida, y en este mundo había una sola persona que me lograra perseguir sin que yo lo pudiese descubrir...: Él.


—No seas idiota, Melina,—Me dije a mi misma. — ese tipo está muerto. No te está siguiendo.

—Ah, ¿no? —Juré escuchar su voz burlona en mi oreja, lo cual me produjo un escalofrío a lo largo de mi espina dorsal.

—¿Qué ra...? —Me volteé a buscarlo, pero, de nuevo, él no estaba cerca.


Maldije por lo bajo y volví a correr, otra vez sintiéndome en alerta. Hasta que...


—Hey.


Paré en seco.

No podía ser...

No él.

No podía ser él, debía estar alucinando.


—¿Qué... Qué rayos haces tú aquí? ¿Eres real?


Rió sonoramente, causando en mí un temblor extraño.


—Vine por ti.


Miré directamente a sus increíblemente verdes ojos, esos mismos que jamás perdieron ese brillo tan característico.
Pronto mis sentidos agudizaron y traté de golpearlo en el estómago, a lo que él, con un simple movimiento esquivó ágilmente y luego volteó hacia mí y me tomó por ambos brazos desde la espalda.


—Oye, —Lo oí hablar desde mi espalda. —cálmate... —Susurró en mi oído, a lo que simplemente me estremecí en ese mismo instante. —No vengo a lastimarte.

—¿Dónde está Raidamaru? ¡¿Qué hiciste con él?! —Exclamé preocupada por mi hermano.

—Oh, ¿Rai? En la aldea, ¿por? —Contestó burlón, mientras intentaba zafarme de su agarre, pero era prácticamente imposible, su fuerza era, por demás, superior a la que yo poseía.

Un Lugar Llamado Demon's Wood: El Martirio de MarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora