La cesta

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Cuando mi cuerpo golpeó el helado suelo y la fría brisa rozó mi piel, comencé a toser grandes cantidades de agua.

Mary y John corrieron a mi lado para abrigarme con mantas.
-¡¿(T/N)_____, estás bien?!- dijo John.
-¡Madre mía estás helada!- dijo Mary cubriendo mi cuerpo -personalmente creo que te has portado genial-
-He terminado la última- suspiré.
-Penúltima- sonrió Watson -Dominique no superó a los Gryndilows-
-¡Atención!- gritó McGonagall -El ganador es... ¡El señor Evans!-

Todo el mundo comenzó a felicitarle por aquella maravillosa jugada usando el encantamiento Casco-Burbuja.

La profesora volvió a instaurar la calma en el lugar y continuó hablando.
-No obstante, la señorita Potter hubiese terminado la primera, de no haber sido por su decisión de rescatar no sólo de al señor Holmes si no al resto también, hemos acordado concederle el segundo lugar por su enorme altura moral-
-¡Si!- gritaron mis primos alzándome en brazos.
-¡Eres la segunda!- gritó John.
-Ahora vuelvan al colegio- ordenó la directora.

Todos pusimos rumbo al colegio, pues la noche comenzaría a caer pronto.

En el dormitorio femenino, Mary me miraba con una sonrisa.
-¿Qué?- pregunté extrañada.
-Y dices que Sherlock no te gusta- rió -ahora todo el colegio sabrá tu secreto-
-Bobadas- dije haciendo una pedorreta con la boca.
-Vayamos al comedor- habló -no quiero que me quiten el sitio-

Salimos corriendo y en el Hall del comedor se encontraba un chico con una cesta repleta de dulces y un ramo de flores.

Su uniforme de Slytherin y su espalda le delataron.
-Hola Sherlock- dijo Mary.
-Ah hola- dijo algo nervioso.
-¿Que haces con todo eso?- preguntó ella.
-Son para (T/N)_____- respondió.
-¿Para mí?- me asombré.
-Me has salvado la vida- sonrió -por ello he decidido traerte esto... y también disculparme por mi comportamiento en el baile-
-Al menos lo admites- bufé.
-Si... y estoy avergonzado- suspiró -no debí tratarte así-
-De acuerdo- dije agarrando la cesta y las flores -pero espero que me hayas comprado los suficientes dulces como para ganarte de nuevo mi perdón-
-Descuida- sonrió para abrazarme con fuerza -gracias por salvarme-
-Siempre lo haría- sonreí.
-Ejem... sigo aquí- protestó Mary -me alegra que os volváis a hablar y todo eso pero... ¡TENGO HAMBRE!-
-Perdón- dijimos Holmes y yo al unísono para entrar los tres al gran comedor.

Todos los alumnos, especialmente Adler nos miraban sorprendidos.

Hice caso omiso y me senté en mi lugar para servirme un buen plato de comida.
-Hola altura moral- saludaron Fred y George.
-Hola chicos- dije para salpicar a John con un poco de agua.
-¡Eh!- dijo saliendo de su burbuja.
-De nada John- reí -estabas muy distraido-
-No sé que me pasa últimamente- suspiró -tengo la cabeza echa un lío-
-¿Quieres que vuelva a servirte de consejera?- respondí.
-Con que hagas de Psicóloga me vale- dijo el muchacho.
-Wow- dijo una voz a mi espalda seguida de una gélida brisa -a alguien debes de gustarle mucho-
-Tío Fred- protesté -no urges en mis cosas-
-Ranas de chocolate, grageas de todos los sabores- enumeró el fantasma -jarabe burbujeante, serpientes de regaliz, chocolate... Mmm aquí me huele a chamusquina-
-Es el amor que está en el aire- se burló Mary.
-Estúpida- me sonrojé -sabes que no-
-Desde que terminó la prueba- dijo John -todos dicen que tenéis algo-
-Más quisieran- chisté -lo único que puedo esperar de Sherlock es ser su amiga-
-Ya lo veremos- dijeron los cinco a coro.

En medio de la cena, una hermosa mariposa de papel revoloteó hasta mi vaso.

Al agarrarla, el papel que la formaba dejó ver escrita una nota.

"Hagrid me ha propuesto ir a ver los unicornios a medianoche y McGonagall me ha dado permiso.
Si le pregunto seguramente también te deje asistir ¿Te gustaría acompañarnos?
Si es así preséntate en la cabaña de Hagrid a medianoche.
Atentamente.
Newt Scamander"

Giré mi rostro hacia la mesa de Hufflepuf y sonreí para confirmar mi asistencia.
-A ese chico le gustas- dijo Mary -es muy mono-
-Se le nota a kilometros- replicó George -aunque teneis gustos parecidos-
-Sé de alguien al que no le gusta- respondió John.
-Watson...- respondí.
-Lo digo por Sherlock- habló -ya sabes como es de celoso y aunque no te lo diga le gustas muchísimo-
-No más que un caldero nuevo para pociones- suspiré.
-Yo soy el que pasa la mayor parte del tiempo con él- protestó -¿Crees que no me cuenta ese tipo de cosas? Es más me pidió consejo sobre que regalarte para pedir disculpas y créeme que el muchacho ha puesto mucho esfuerzo en ello-
-Respira John- dijo Mary agarrando los hombros del rubiales -te va a dar un infarto si te sigues poniendo tan rojo-
-Perdón- tosió -me he exaltado un poco-
-No pasa nada- sonreí -pero no es una cita, al menos yo no lo considero así-

Cuando la directora nos ordenó volver a nuestras salas comunes, corrí a pedirle permiso para poder ir con Hagrid, el cual me fue concedido.

Fui a la sala común, subí al dormitorio, dejé la cesta bajo mi cama, las rosas sobre mi mesita y me preparé para salir.
Al bajar a la sala, John estaba sentado en una butaca.
-¿Quieres que hablemos ahora?- pregunté sobresaltándole, pues no se había percatado de mi presencia.
-¡Que susto!- respondió -puedo esperar si quieres-
-Los amigos son lo primero- dije sentándome a su lado en otro sofá disfrutando la calidez de la crepitante chimenea.
-Verás- carraspeó -hay una chica que me gusta mucho, y no sé como decírselo. Además tengo miedo de que me rechace-
-John- dije frotando su brazo izquierdo con suavidad -si esa chica no sabe apreciarte ella se lo pierde-
-Lo sé pero... no consigo lanzarme- suspiró -me resulta muy complicado-
-Mira... apenas falta un mes para que termine el curso- respondí -si no te ves con el valor necesario, puedes esperar al curso siguiente, durante el verano tienes tiempo de pensar como hacerlo-
-Tal vez tengas razón- sonrió -me alegra poder hablar contigo de estas cosas-

Los brazos de John se deslizaron por mi espalda apretándome con fuerza.

Era un chico adorable y me encantaba poder tener charlas así con él, aunque de lo que estaba segura es que aquella declaración seguramente no fuese dirigida a mi mejor amiga.

La magia de la deducción (Parte 4) (Sherlock Holmes y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora