La niebla

314 42 2
                                    

Narras tú

Cuando llegué a la cabaña de Hagrid, tanto el semi gigante como Newt me esperaban.

Pusimos rumbo al bosque prohibido en busca de un grupo de unicornios que había tenido nuevas crías.
La niebla era muy densa y espesa dejando apenas visibilidad, a pesar de que la luna brillaba con gran intensidad aquella noche.

Newt tomó mi mano y sonrió.
-Los unicornios son unas criaturas fascinantes- habló el muchacho -muy protectoras-
-Lo sé- sonreí -como casi todas. Aunque no se comparan a un dragón-
-Bueno son especies distintas- rió -pero tienes razón-
-En mi opinión- dijo el semi gigante -ambos seríais grandes magizoologos en el futuro-
-Gracias- sonreímos.

Atendimos a las criaturas y pusimos rumbo de vuelta al castillo.
De camino, tropecé y caí de bruces al suelo frente a un inmenso árbol.
-(T/N)______ ¿Estás bien?- dijo Newt.
-Me he tropezado con algo- dije para girar mi vista y ver una pierna -Dios mío-
-Oh no- dijo Newt acercándose al tronco donde se encontraba el cadáver de un hombre rubio de ojos verdes y espeso bigote -es el señor Bartholy. Es uno de los jueces del torneo-
-Llamaré a McGonagall- dijo Hagrid -No os mováis de aquí. Fang quédate con ellos-

Fang se sentó a mi lado dándome algunos lametones para calmar mis nervios.

A los pocos minutos, McGonagall y Straus acompañados de algunos hombres del ministerio aparecieron con Hagrid.
-Hagrid- ordenó la directora -acompaña a los chicos a sus casas-
-Por supuesto- dijo Hagrid tomándome en brazos, pues mi tobillo me dolía -vámonos-
-¿Quién haría esto?- preguntó Newt.
-Nadie lo sabe- respondió el semi gigante -pero McGonagall lo solucionará todo-

Primero acompañamos a Newt y luego Hagrid me dejó en mi sala común.

Con cuidado, apoyé mi pie en el suelo pero me dolía demasiado.
No podía ir a la enfermería, pues no quería molestar a Pomfrey la cual seguramente estaba sumida en un profundo sueño.
-Por la mañana vendré a buscarte- dijo Hagrid con un dulce susurro -por ahora intenta descansar-
-Gracias Hagrid- sonreí saltando los escalones -Nos veremos a primera hora. ¡Buenas noches!-
-Buenas noches- respondió mientras el cuadro se cerraba tras de si.

Lentamente me dirigí a mi cama contemplando como mis compañeras descansaban tranquilamente ajenas a todo lo que acababa de suceder.

Tras ponerme el pijama, me acurruqué entre las suaves sábanas y me evadí del dolor para poder descansar al menos un rato.
Me levanté a primera hora de la mañana con mucho cuidado para que mis compañeras no supieran nada.

Una vez me arreglé y adecenté mi cama, bajé las escaleras con muchísimo cuidado de no apoyar el pie, pues estaba algo inflamado.
Al salir de la sala común, vi como Hagrid subía los últimos escalones.
-Buenos días pequeña- sonrió.
-Buenos días Hagrid- sonreí -¿Has podido dormir?-
-Con todo este asunto... no mucho la verdad- respondió agarrándome en brazos -¿Y tú?-
-Bastante bien- dije mirando el tobillo -creo que es un simple esguince-
-Pomfrey nos lo confirmará- rió con suavidad -esperemos que no sea muy grave. ¿No querrás perderte tu partido contra Krum Verdad?-
-¡Ni en un millón de años!- protesté -iré aunque tenga ambas piernas rotas-
-Vale, vale- habló tras una risotada.

Caminamos por aquellos largos pasillos manteniendo una charla agradable entre los dos.

Cuando llegamos a la enfermería, la señorita Pomfrey ya lo tenía todo preparado.
-Ya era hora de que llegaseis- protestó descalzando mi pie haciéndome algo de daño -lo siento Potter-
-No importa- sonreí suavemente -el Quiditch me ha enseñado a aguantar bien-
-Veamos- dijo palpando mi tobillo y girándolo suavemente -¿Te duele?-
-Un poco- respondí -sobretodo al apoyar-
-Bien- dijo agarrando un bote extraño de una estantería -solo es un leve esguince, nada fuera de lo común. Aplícate esto antes de irte a dormir también y mañana por la mañana-
-Gracias- dije mientras me untaba aquel ungüento de color verde moco y ponía una venda para sujetar el tobillo -¿Podré jugar hoy?-
-Te aconsejaría descanso pero...- suspiró con una sonrisa -¿Qué sería de Gryffindor sin su mejor buscadora?-
-¡Muchas gracias señorita Pomfrey!- dije abrazándola con fuerza.
-Venga vamos al gran comedor- dijo Hagrid -tienes que reponer fuerzas-

Aquella pomada había echo que el dolor se disipase y que pudiese andar con bastante normalidad, aunque con una leve cojera.

Al entrar por las grandes puertas, mis amigos se me echaron encima.
-¡Han encontrado un cadáver en el bosque!- dijeron a coro -¿Qué te pasa en la pierna?-
-Lo sé- reí para sentarme -y no es nada, podré jugar esta tarde-
-Que suerte tienes al jugar con Krum- habló Watson.
-Ejem- carraspeó Mary.
-No es tu caso Mary- dijo molesto -pídele un autógrafo de mi parte-
-Vale- sonreí -¿Quieres algo tú Sherlock?-
-No- sonrió -tan solo que...-
-¿Si?- pregunté mientras los gemelos se giraban con rostro emocionado.
-¿Podrías venir conmigo a estudiar a la biblioteca?- sonrió -tengo algunas dudas de la clase de criaturas mágicas-
-Sin problema- respondí mientras los gemelos soltaban un gruñido de incredulidad -después del partido nos vemos-

Terminé de desayunar y fui a buscar mis cosas a mi dormitorio.

Tenía que admitir que el partido me emocionaba mucho pero a la vez me ponía demasiado nerviosa. Enfrentarme al mejor buscador del mundo en un partido así era un tremendo honor y no quería defraudar a mis amigos y compañeros de equipo.

Me puse mi traje y agarré mi escoba con firmeza. Me miré en el espejo y tomé aire profundamente.
"Vamos Potter, céntrate. Solo es otro partido más, no hay nada que tenga que preocuparte" me repetía a mi misma intentando calmar aquel nerviosismo que me comía por dentro.

El sol brillaba con intensidad cuando me dirigía hacia el campo y la temperatura era bastante agradable. A medida que me iba acercando al campo, podía escuchar los gritos de emoción de la gente ya colocada en las gradas, pero parecía que a nadie le importaba la muerte de aquel hombre.

Una vez estuvimos todos reunidos formamos dos filas para salir al campo en donde, en aquella ocasión, éramos los anfitriones del evento.

La magia de la deducción (Parte 4) (Sherlock Holmes y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora