[Jimin]
Reí entre todo el barullo de la fiesta al tiempo que sujetaba a Hoseok antes de que tras su cuarta vuelta sobre sí mismo, se balanceara junto a los vasos vacíos que había colocados en triángulo. Todo el mundo le animaba, y él, borracho perdido, lo disfrutaba más que nadie aunque sus logros consistieran en fallar los tiros y tener que seguir bebiendo. Cuando al rato le acercaron otros dos chupitos más, tuve que intervenir, llevándomelo a otro lado sin tanto acceso al alcohol.
La fiesta era en casa de algún alumno de un curso menor. Estaba todo el colegio, incluido Taehyung, quien desaparecía cada dos por tres cuando grupos de chicos se le echaban encima como si de una ola se tratara. Tanto él como Hoseok estaban demasiado borrachos para reparar en la existencia del contrario, o las suyas propias mismamente.
- ¿Ves cómo yo tenía razón? – El mayor, apoyado en mis hombros, se arrastró como pudo hasta un hueco libre en el sofá y dejó caer junto a una pareja que estaba enrollándose. Ni siquiera los miró, solo palmeó sus muslos para que me sentara encima, cosa que obviamente no hice. – Te lo estás pasando bien. Te lo dije.
- En ningún momento me negué a venir –puntualicé cogiendo un sitio sobre el posabrazos.
- Pero pusiste una de esas caras tuyas... –rodé los ojos y me señaló con el dedo, casi rozándome las pestañas. – ¡Algo así, eso! – Volví a repetir el gesto, pero esta vez no pude esconder una divertida sonrisa. – Tienes suerte de tenerme de amigo, ah.
- La gente borracha suele decir lo contrario.
- Pero yo no estoy borracho –lo estaba. Mucho. – Y además, eres tú el controlador de la escuela que no sabe divertirse. Incluso en los partidos, parece que estás en medio de una batalla.
- Estoy concentrado en el juego.
- Solo te digo, que de nada por mi amistad... –puso una mano en mi hombro, contradiciéndose a lo anteriormente dicho de 'no estoy borracho', porque solo con ese gesto, casi se cae del sofá. Cuando se reincorporó, empujó a la chica a su espalda, la cual estaba tan ocupada que o no quiso decir nada, o ni se enteró. – Y ya que soy tan bueeeen amigo, quizás podrías agradecérmelo pasándome los apun-
- Espera un momento.
Eso fue lo que respondí. No un 'No voy a tu clase. Ni siquiera a tu curso' o 'Deja de ser tan vago'. Le pedí que esperara, porque mis ojos acababan de distraerse con una cabellera negra destacando entre la multitud. Cuando me puse en pie, abandonando a mi amigo a su suerte, y comprobando que, ciertamente, el chico que se encontraba bailando al otro lado de la habitación, entre otras ocho personas, era Jungkook.
No tardé ni medio segundo en echar a andar hacia él.
- Ey –intenté parecer casual, rodeándole con un brazo, antes de besarle brevemente en el cuello como saludo y mirar seguidamente a todos los presentes para que les quedara claro que era mi novio. El pelinegro, al verme, no hizo otra cosa que sonreír y abrazarse a mi cuello.
- ¡Jimin! – ni siquiera hacía falta que abriera la boca para que yo oliera el alcohol, pero lo hizo, y lo de que estaba borracho quedó aún más claro si era posible. Suspiré y rodeé su cintura para sujetarle mientras con la otra mano empezaba a abrocharle los botones superiores de la camisa que tenía sueltos.
- ¿Qué haces aquí?
- ¡Es una fiesta! –señaló a su grupo, quienes bailaba a pocos centímetros de nosotros, y me sonrió. – ¡He venido con mis amigos! – fruncí el ceño, molestándome sin saber muy bien el motivo. – Bueno, todos estos no son mis amigos, pero ahora sí. He conocido mucha gente. ¡Y Nayeon me ha ayudado a vestirme!