[Jimin]
Fue la primera pelea que tuvimos. No sé si la más grande de todas, pero puedo asegurar que es la que mejor recuerdo. A partir de ese día, lamenté cada noche haber abierto la boca. Lamenté no haberme atado y encerrado en un armario hasta que todo pasara.
- Te he dicho que no puedes sa-
- Aissssssh... –un par de cuadernos cayeron en mi regazo. Suspiré internamente por sus modales, pero decidí mantener la calma. Hasta yo sabía que no era buen momento para una pelea. – Ya he terminado los primeros tres esquemas.
- ¿Y los siete que te faltan? – apartó la vista, sabiendo que de esa no podía escapar.
Las notas de Jungkook habían decaído tanto en los últimos meses que estaban abriéndose paso en el subsuelo. Literalmente, su última nota en un examen tipo test había sido negativa. Esto había desencadenado un ambiente en casa que no beneficiaba a nadie, y por consecuencia, cuando en una de sus peleas -causada por haber pasado la tarde conmigo en lugar de estudiar- sus padres soltaron la idea de que se marchara de casa, pensando que su coherente hijo cambiaría su actitud y no la vivienda, cometieron el mayor fallo que podían haber imaginado.
Y por esa razón el último trimestre Jungkook lo pasaba conmigo.
Y por esa razón yo me sentía en el deber de mejorar sus estudios para defender mis capacidades como novio y mostrar que no le distraía de sus estudios. Pero a Jungkook parecía darle igual.
Cuanto más tiempo pasábamos juntos, mejor aprendía a manejarme. Todo terminaba derivando al sexo, y en el caso contrario, a algún pervertido castigo, es decir, sexo. Nadie le ponía límites, y eso no le beneficiaba.
La cuestión es que yo usé el peor momento para comenzar a ponerlos. Y el peor motivo. Y como excusa podría decir que también estaba a finales de trimestre, a medias de un trabajo global y con Jungkook provocándome inconscientemente con cada paso que daba por mi casa.
- No voy a volver muy tarde, te lo prometo.
- Siete.
- ¡Jimi-
- A las siete aquí de vuelta –expliqué. Era razonable. Era mi casa. Eran mis normas. Y sobretodo, eran los esquemas que a Jungkook le quedaban por hacer y estudiar. Volviendo a esa hora, le daría tiempo a estudiar todo.
- ¡Pero la película empieza a las seis! ¡No me va a dar tiempo!
- Siete.
- ¡Jimin! –exclamó indignado. Cuando vio que surtía efecto, cambió radicalmente su método. Se acercó al sofá y apartó los cuadernos de encima, inclinándose sobre mi cuerpo con una actitud adorable. Realmente sabía como manejarme. – Jimin...
- Siete.
- Hyung... –tragué saliva e intenté mantenerme impasible, pero ya podía sentir su mano acariciando mi cabeza. Literalmente el tema del trabajo global que estaba escribiendo hacía unos minutos ya no existía en mi mente. – te prometo que cuando salga del cine vendré directo hacia aquí.
- ...
- Yugyeom me traerá con su coche, no tardaré ni cinco minutos.
- No – fue un momento clave para que cualquier avance para mi convencimiento se hubiera ido al traste. Agarré mi ordenador e ignorando, o intentándolo al menos, sus caricias, seguí con mi trabajo, clavando mis ojos en la pantalla. – A las siete aquí y punto.
- Porfa...
- No.
- Hyung, porfavor, te prometo que luego haré todos los esquemas.