[Jimin]
Al día siguiente ambos despertamos en mi coche. Bueno, yo desperté en mi coche, con Jungkook encima durmiendo cual bello durmiente, sin ninguna mínima preocupación en su rostro, como si la noche anterior no hubiera estado en un desfase de fiesta en la cual los dos habíamos terminado tan mal que ni siquiera pudimos llegar a casa. De cualquier manera, él llegó a casa, porque con la resaca a mis espaldas, añadí al pelinegro y le dejé en mi piso, en mi cama, entre mis sábanas y el olor a alcohol que desprendía con cada paso.
Inmediatamente, cuando estuve libre, fui a darme una ducha. Una muy fría, dejando durante casi media hora inútil que el agua me cayera por encima en un leve intento de despejarme. Funcionó, no mucho, pero lo hizo. Y con Jungkook funcionó que a la hora el olor del desayuno recién hecho llegó hasta la habitación en la que estaba medio muerto. Revivió al instante, apareciendo por la puerta de la cocina con la baba aún en su comisura.
- ¿Qué hay de comer? –preguntó arrastrándose hasta la silla. Me miró un par de segundos, mientras sus párpados se cerraban, y seguidamente se dejó caer en la mesa con una galleta que segundos antes había agarrado, colgando de su mano. – Me duele todo...
- Toma esto –le dejé un vaso de zumo al lado y seguí cocinando.
Y con cocinar me refería a cocinar. A grandes letras. Casi podía llamársele comida. Había tostadas, galletas, tortitas e incluso una macedonia adornando el centro de la mesa. Ahora me encontraba batiendo el chocolate, y esto último había terminado por despertarme del todo, que era lo que realmente buscaba cuando cogí el primer utensilio.
Cuando tuve la mesa toda colocada, Jungkook se había vuelto a dormir sobre esta, pero ahora con el vaso de zumo a medio beber en su mano y la galleta desperdigada por el suelo. Estaba hecho un desastre, era tan dependiente que no pude hacer otra cosa que sonreír. Era adorable.
- No entiendo por sales de fiesta si luego terminas de estas formas –le recriminé con tono suave mientras me sentaba a su lado. Agarré el zumo y empecé a dárselo yo mismo, algo que él agradeció, agarrándose a mi brazo y pegándose a mí. – Pareces un zombie.
- ¿Estás diciendo que estoy feo? –murmuró con el rastro de baba en su cara. Le miré y en mi mente asentí mil veces. Estaba horroroso, pero seguía pareciéndome adorable. – De todas formas, da igual. Estás para cuidarme.
- Imagina que no hubiera estado en la fiesta.
- Te pensaba llamar luego.
- Imagina que llega a pasar algo antes de eso –esta vez fue una taza de chocolate caliente lo que acerqué a sus labios. Lo probé yo para comprobar que no estuviera muy caliente y luego se lo tendí al menor. – No vuelvas a hacerlo. Si vas a una fiesta, llámame antes.
- Te avisé.
- No lo hiciste.
- ¡Claro que lo hice! –se quejó, arrepintiéndose al momento por el inminente dolor de cabeza que hizo su aparición. Rodé los ojos y esperé con la taza a que las punzadas se marcharan. Cuando volvió a hablar, supuse que el momento había llegado, y le acerqué de nuevo la bebida. – Te avisé hace unos días de que tenía una fiesta.
- Pues no me acuerdo.
- Pues lo hice –mojó una tostada con mermelada en el chocolate, ajeno a mi mirada de '¿Qué barbaridad vas a comerte?' y problema alguno siguió con su cometido hasta que todo desapareció en su estómago. Al segundo intento, le aparté el vaso de chocolate, dejándole solo con la tostada. Hizo amago de quejarse, pero le debió dar pereza y se resignó, dando otro mordisco únicamente al pan. – Y aún que hubiera pasado algo, también estaban mis amigos para cuidarme.
- Ah, claro. Ese Yugyeom.
- Y Jihyo –le limpié los mofletes mientras el masticaba de una forma adorable, hinchándolos como si fuera un conejo. – Y muchos más. Fue casi todo el mundo.
- Ya vi como bailabais...
- ¿Por qué lo dices con ese tono? –preguntó inquisitivo. Alcé una ceja y él alzó la suya al tiempo que daba otro trago al zumo que había abandonado hacía rato, agarrando el vaso con ambas manos. – No hice nada.
- Estuviste dando un espectáculo. Aunque probablemente ni te acuerdes, sabiendo como ibas.
- No di ningún espectáculo. Me lo habrían dicho mis amigos.
- Te lo digo yo.
- ... – me miró con desconfianza un par de segundos, entrecerrando los ojos, mientras yo seguía impasible en mi punto. Solo podía recordarle bailando con Yugyeom como si quisieran hacer fuego entre los dos, y ya notaba como mi cuello comenzaba a tensarse. Tenía que mirar a Jungkook y recordar lo adorable que era para calmarme. Al final terminó poniendo un puchero, con preocupación, valorando mis palabras. – ¿Hice el ridículo?
- Un poco – no había sido exactamente algo vergonzoso de ver, pero que tu novio sedujera a la mitad de la fiesta tampoco podría calificarse de agradable. Pensé en como suavizar las palabras antes de soltarlas. – Todos te miraban, tan solo eso.
- Creo que no iré a más fiestas –terminó declarando, apoyándose en mi hombro.
- Me parece bien –añadí mientras comenzaba a acariciar su cabeza, sonriendo por su elección. Jungkook podría ser realmente coherente cuando se lo proponía, aunque le costara varios intentos. – Y también me parecería muy bien que pasaras por la ducha.
- ¿Me acompañas?
Miré mi taza de café a medio terminar, acaricié las puntas de mi pelo, aún húmedas por la reciente ducha, y no lo dudé ni un segundo.
- Claro.
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¡DUDA EXISTENCIAL!
¿Alguna alma caritativa sabe en qué capítulo de Mírate me dejasteis los comentarios para dedicar capítulos? Llevo casi dos semanas buscándolo y mira que no lo encuentro. Y estoy segura de que lo puse en Mírate (casi segura) (aparte de en Milk fangs) (es que estoy super super super segura, como un 98%)
¡Muchas gracias os requeteamo! <3
