[Jimin]
Cada uno paseábamos por el centro comercial de una forma. Jin, el mayor de todos, iba pegándose a cada escaparate que encontraba de pantalones ajustados y jerseys cinco tallas más grandes. Hoseok, se paraba cada tres pasos a ligar con alguna dependienta o cliente que se encontrara y fuera de su agrado, sin distinción de sexo. Y yo iba esquivando a la gente por instinto mientras mis ojos se clavaban en el móvil y la conversación que tenía con Jungkook.
Cualquiera diría que el motivo de nuestra quedada era encontrar nuevo material deportivo para el equipo del colegio.
- ¡Estos cascos son perfectos! –Jin apareció saliendo de una tienda con dos cascos rosas en cada mano. Ni siquiera sabía porque llevaba tantos solo para enseñarlos. – ¡Y son fuertes! ¡Seguro que al entrenador le encantarán! –iba a responderle cuando de repente la alarma de la tienda sonó tras el mayor de los tres, e inmediatamente un guardia apareció por las puertas, persiguiendo a nuestro amigo, quien del susto lanzó todo el equipamiento rosa al aire.
Miré a Hoseok, preguntándole sin palabras si deberíamos entrar a por nuestro amigo o esperar ahí fuera. No sé si lo entendió o no, pero cuando se sentó en un sillón, junto a chico que esperaba tranquilamente con varias bolsas en su mano, supe que la respuesta sería la última opción. Bajé la vista al móvil y volví a teclear mientras escuchaba la indignada voz de Jin de fondo insultando al guardia.
- Malditos heteros –ignoré a mi amigo, quien probablemente había fallado en su intento con el chico del sofá, y seguí pendiente de la pantalla. Ahora Jungkook me contaba algo sobre el nuevo capítulo de la serie a la que acababa de engancharse. No me interesaba mucho, pero era graciosa la forma en la que se expresaba. Había emoticonos por todos lados. – ¿Qué haces?
- Hablar con Jungkook –se sentó a mi lado e intentó echar un vistazo. Para esquivarle, me apoyé en el respaldo del sillón, impidiendo que viera ni una sola frase. En realidad no había nada interesante, pero eran mis asuntos, y no quería compartirlos. Aunque trataran de Jungkook opinando sobre si el nuevo cambio de vestuario dificultara al personaje sus movimientos o el inesperado y cliché regreso del tercer antagonista. – Por cierto, olvídate de Taehyung.
- ¿Ah?
- Le he mandado fotos con cada persona a la que has intentado tirarte en lo que hemos recorrido de pasillo.
- ¡¿Qué?! – me agarró del cuello de la camiseta. Más con desesperación que amenaza. Solo hizo falta que alzara la vista y le mirara con cara de '¿Qué narices te crees que estás haciendo?' para que me soltara e inclinara la cabeza como disculpa. Aún así, sus nervios no desaparecieron. – ¿Por qué has hecho eso? ¡Amigos antes que tías, por dios!
– Eso es una estupidez –terminé de responder a Jungkook y guardé el móvil ya que acababa de decirme que tenía que acompañar a su madre a hacer la compra. – Taehyung es más amigo mío que tú.
- ...
- Y no es una tía –eché un vistazo a la puerta de la tienda para comprobar si nos devolvían a nuestro amigo ladrón de cascos rosas y nada, por lo que volví a mi otro amigo, el infiel. – Luego te quejarás de los heteros.
- Tienes razón –asintió varias veces y al segundo, volvió a desesperarse, revolviéndose el pelo como si no acabáramos de hacer un descanso. – ¡Amigos antes que tías y tíos, Jimin!
- Eres idiota –me vi en la obligación de expresarlo aunque no fuera a cambiar nada en absoluto. Hoseok lo sabía, y le era indiferente. En verdad, a mi también me era indiferente, a veces hasta me entretenía. – Ya te dije que no iba a permitir que hicieras daño a Taehyung.
