8.

3.8K 624 272
                                        

[Jimin]

Me asomé a la ventana por quinta vez en lo que llevaba de minuto. Fruncí el ceño y volví a apartar la vista con impotencia, viendo lo mismo que las cuatro veces anteriores. A Jungkook. Más concretamente, a Jungkook hablando con un chico rubio, el cual, a pesar de estar de espaldas, podía asegurar que era Jiho.

No solo hablaban. Jiho tenía la mano sobre su hombro, y ambos reían como si la conversación fuera lo más divertido del mundo. Incluso en un momento pude percibir como Jungkook se sonrojaba y apartaba la vista exactamente como solía hacerlo conmigo.

Mis puños se cerraron sobre ellos mismos, como si tuvieran una garganta en medio, como si realmente estuvieran estrangulando a alguien.

- Profesor –tardé un segundo y menos en alzar la mano, poniéndome en pie echando una última mirada por la ventana, y mirar al mencionado, quien dejó su frase a medio escribir en la pizarra. – No me encuentro muy bien... –eso era cierto. Los celos me estaban recomiendo por dentro. – ¿Podría ir un segundo al baño?

- Claro –sonreí aliviado e hice amago de salir de clase, pero antes de dar un paso, el profesor volvió a hablar. – Nayeon, haga el favor de acompañ-

- ¡No! –exclamé de inmediato, llamando la atención de todos los presentes. El profesor me miró con extrañeza, y no tardé ni medio segundo en probar a mostrar una sonrisa de lo más tranquilizadora que podría existir.– Quiero decir, que no hace falta. Volveré en un segundo.

- Como quieras –sentí como todo mi cuerpo se relajó y asentí, saliendo más calmado por la puerta, y enervándome al instante cuando recordé en verdadero motivo de mi salida. No lo pensé dos veces antes de dirigirme hacia el patio.

Con cada paso, mi cuerpo se tensaba más. Apretaba los dientes, andaba rápido e intentaba que mi mente no se nublara por completo. Solo visualizaba la escena, y tras ella, a mí interviniendo. No pensaba, no quería ni podía tomarme un segundo para razonar. Algo me alertaba de un peligro, algo me decía que tenía que actuar, que me lo querían quitar, y que tenía que dejar claro que eso no iba a suceder.

- ¡Eh! – Entré abriendo de par en par las puertas que daban al patio. Ahora el rubio estaba mostrándole unas fotos en su móvil, y de nuevo, parecía lo más divertido del mundo para ambos. Los dos me miraron y saludaron como si nada, como si no estuvieran ligando en frente de mis narices. Con brusquedad, rodeé con un brazo a Jungkook por los hombros y metí la cabeza en medio, observando aquello que tanto les entretenía del móvil. – ¿Qué es eso tan divertido?

- Nada –respondió Jungkook inmediatamente al notar mi humor. Él podía captarlo con facilidad, al contrario que el rubio, quien seguía sonriendo como un idiota. Me enseñó el móvil y tras observar la foto, fui yo quien le miré con desconcierto. – ¿Qué es esto?

– Yoongi borracho –declaró como si eso lo explicara todo. No lo hacía, y por suerte el pelinegro se adelantó a mejorarlo.

- El chico de la fiesta. El del ponche. –al rubio del grupo se le escapó una carcajada, la cual interrumpió de inmediato cuando le fulminé con la mirada. Volví a mirar a Jungkook, para que siguiera explicándome. – Al parecer luego se emborrachó y se puso a jugar a Mario Kart fumado.

– ¿Eso es la foto? –pregunté sorprendido, ya que a penas se veían unos rayones borrosos. Jamás hubiera pensado que era una persona.

- Yo también estaba fumado –añadió Jiho con despreocupación, mirando la foto y echándose a reír. – Fue graciosísimo. Hizo cuatro veces la carrera en sentido contrario. Teníais que haberle visto.

No sabía que responder, tan solo me aferraba a Jungkook e intentaba pensar que reacción sería la más adecuada, una que no incluyera quedarme con cara de póker observando como mi compañero de equipo se partía de la risa mirando su móvil. Las ganas de darle a entender que líneas no podían cruzarse, aún estaban ahí, pero la situación y el desconcierto no me permitían ponerlas en práctica.

Y por suerte, en ese segundo apareció un profesor. Y se llevó a Jiho de vuelta a clase, ya que al parecer llevaba más de media hora 'en el baño'. Incluso cuando se estaba marchando, no dejaba de reírse. Su despreocupado comportamiento no hizo más que hacerme sentir un idiota al mirar de nuevo a Jungkook. Quizás lo había distorsionado en mi mente, y me costaba tanto aceptar eso, que el enfado se adelantaba al remordimiento.

- ¿Pasa algo? ¿No tienes clase? –preguntó preocupado. Me mordí la mejilla interior con frustración y negué. – ¿No tienes clase? –volvió a preguntar sorprendido. – Quédate conmigo entonces. El profesor me ha echado de clase de gimnasia porque se me ha olvidado el chándal.

- No, no, sí tengo clase –me apresuré a corregir. Sus labios descendieron al instante, formando ese puchero que tanto visitaba su cara cuando quería conseguir algo. – Tan solo bajé a saludarte porque te vi por la ventana.

- ¿No te puedes quedar?

- ¿Te gusta Jiho? –pregunté sin pensar. Me salió solo, tan impulsivamente que incluso sorprendió al pelinegro, quien tardó un par de segundos en volver a hablar. En medio de sus pestañeos, hice a un lado la idea de que pudiera estar exagerando. Existía, era real, pero no quería pensar en ella.

- ¿Jiho?

- El rubio de antes.

- Ni siquiera le conozco –respondió con extrañeza, esta vez para mi sorpresa. – Yo estaba aquí esperando y se me ha acercado a hablar como si nada. Es simpático.

- ¿Simpático? –alcé una ceja.

- ¿Agradable? –intentó corregirse. Mi rostro no cambió, por lo que se acercó para besarme, pero no me dejé, sujetándole del brazo y apartándole. – Ah, auch –se frotó la zona donde le había agarrado y frunció el ceño. – ¿Qué te pasa?

- No dejes que te toque –murmuré con rabia, rememorando la escena. A mí no me engañaba. Si el rubio se había acercado a Jungkook, algo le habría interesado de él. No estaba exagerando. Era pura lógica, era la realidad.

- ¿Estás celoso? –preguntó atónito. Humedecí mis labios y asentí sin avergonzarme en absoluto. – Creo que estás exagerando, hyung. Solo estábamos habl-

- Simplemente, no dejes que te toque. No eres su novio.

Jungkook abrió la boca, probablemente para recriminarme algo, pero la cerró inmediatamente y asintió, agachando la cabeza. Suspiré, relajándome un poco, y le acerqué de nuevo a mí, alzando su rostro y dejando un leve beso en sus labios.

- ¿Quién es tu novio? –pregunté en voz baja, sintiendo casi más su aliento que el mío propio.

- Tú –no se lo pensó ni medio instante.

- Bien.

Al final no volví a clase. Me quedé con él lo que quedaba de hora, y por la tardé repetí en los vestuarios del equipo, las mismas advertencias, pero dirigidas a otra persona. Y me sentí mas tranquilo, más poderoso.

Simplemente, era agradable dejar un hecho en claro. Un hecho como que Jungkook era mío.

Toxic ☠ JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora