𝑻𝒂𝒈 ¦ 𝑆𝑡𝑎𝑛 𝑈𝑟𝑖𝑠

7

Llegué corriendo al aula C. Ya había terminado el horario escolar, hoy nos tocaba limpiar los salones. Me sentía terrible por lo de hoy con Stan, de seguro él pensaría que soy otra hueca más del montón cuando no es así.
Era obvio que se molestó porque al salir de clase pasó a mi lado y ni siquiera me miró.

—¡Stan, siento llegar tar...!—no pude acabar de hablar al ver a Gretta limpiar junto a Stanley—¿Tu qué haces aquí?—dije extrañada.

—Creo que es obvio, estoy limpiando junto a tu amado judío—contestó.

Vi la pesadez y la resignación en la mirada de Stan ante aquel apodo. Esa chica es despreciable.

—Lo siento, es que al no verte en el balneario junto a las demás orcas me sorprendí—contesté con sinceridad.

Vi a Stan sonreír y omitir una carcajada, creo que Gretta lo notó porque se vino a toda marcha hacia mí y me tomó de la blusa levantandome unos centímetros del suelo.

—Yo tendría más cuidado siendo tu, ahora no tienes a tu hermano ni a tu amiguita ruda para protegerte.

Sonreí con amplitud.

—Si... yo que tu soltaría esta blusa porque es de mi "amiguita" y es su favorita—reí—, las dos sabemos qué pasa con las que se meten con Maggie Bullock.

La ballena me soltó con brusquedad y yo caí al suelo como una tarada. Stan se acercó a mí con rapidez y me ayudó a pararme, supongo que su caballerosidad le ganó a su enojo.

—Ja, dicen que eres la más ruda de todas, yo te veo como otra rubia hueca más...

Gretta estaba de espaldas a nosotros, sobre el escritorio de la profesora Finch había un vaso de vidrio... metí mi mano dentro de la manga de mi blusa, de esa forma no me cortaría, Stan me miraba con curiosidad.
Tomé el vaso...

—¿Jana, qué haces?—creo él ya sabía lo iba a pasar y no le gustaba mucho, Uris era un chico de «amor y paz».

—¡Oye, Gretta!—le grité.

—¿Qué quieres, zorra?

Ni bien se dio la vuelta rompí el vaso de cristal contra su mejilla. Por la fuerza en que se dio el impacto ella cayó al suelo, pero no llegó a desmayarte.

—No soy una zorra, escúchame, Gretta, no te volverás a meter con ninguno de los dos—con mi dedo nos señalé a Stan y a mi—, y si le dices a algún profesor sobre lo que pasó con ese vaso...¡te juro que Henry te enterrará su navaja en tu cuello de ballena y alimentará a las focas del acuario con tu carne!—grité, tomé mí mochila y continúe mi monólogo de Reina Malvada—ahora...vamos Stan, Gretta acabará por nosotros y si no lo hace hablaré con el director y le contaré los abusos que ella comete.

Tomé de la mano a Stan, quien estaba más que anonado por la escena y dije...

—¡Bye, Bye, orca!—sin más cerré la puerta del aula C.

Me di la vuelta, vi que él miraba hacía un punto fijo, dirigí hacía allí mi vista encontrándome con nuestras manos entrelazadas. Al instante lo solté.

—Lo siento—sonreí—, cuando me enojo soy bastante impulsiva.

—No hay problema, es que pasó demasiado rápido—contestó—¿estás segura de que no dirá nada?

—Sí, ella sabe que mi hermano es capaz de todo y más cuando tiene que ver conmigo—espeté mientras caminabamos hacia la salida—lamento haberte ignorado hoy, es que Gretta me estaba viendo y si ella le decía a Henry que nosostros dos...

Me quedé callada, ¿qué estabas a punto de decir? ¿que teníamos algo? ¡Dios! estoy loca.

—¿Que tu y yo qué?—preguntó, parecía esperanzado, tal vez también le gusto.

Piensa lo que dirás Jana...

—¿Quieres salir conmigo?—pregunté jugando con las mangas de mi blusa.

Stanley parecía muy sorprendido ante mi propuesta.

—¿Q-Qué?—tartamudeó.

—Que... si... quieres... salir...—comencé a hablar despacio, al instante me interrumpió.

—Entendí, no soy retrasado ¿si?

Sonreí, sí que se enoja con mucha rapidez.

—¿Quieres o no, idiota?—reí con una amplia sonrisa.

—¡Claro que sí!—me sonrió ampliamente, se ve lindo cuando sonríe—¿a dónde quieres ir?

—Está bien, hace unos días me dijiste que en tu casa no habrá nadie este fin de semana... ¿verdad?

Pareció sorprendido al escuchar eso, okay... espero no haya pensado nada raro.

—S-Sí, ¿te parece si vienes y vemos una película o algo?

—Genial, mañana.

[...]

—¡Stan vas a debutar!—gritó Richie mientras me tomaba de la camiseta y me agitaba.