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—¿Dónde está él?— el pelinegro le preguntó al platino un tanto desesperado, con ojos rojos y aún llenos de lágrimas.

—Ven...— Bambam lo abrazó, sabía que lo necesitaba, y Jinyoung, sin evitarlo, se dejó llevar por la calidez de su amigo pues necesitaba de alguien. Sollozó que nada había sido como parecía, y sollozó más fuerte al mencionar que no quería que Mark lo apartara de su vida por esta razón, una razón que el no tenía culpa de nada.

—¿Dónde está, dónde está, Bam?— los sollozos de Jinyoung se volvieron desesperados.

—Está pensando las cosas, tranquilo.

—Quiero que me escuche. Yo... yo nunca quise, yo sólo tenía ocho años y él no se aburrió de mí hasta que puse un alto... y Mark tiene que escucharme, sé que soy la persona más sucia que él pueda...

—Shh— Bambam lo tomó del rostro y obligó a mirarlo a los ojos. —No eres la persona más sucia, eres de las personas más fuertes que conozco en la vida, así que nunca vuelvas a menospreciarte a ti mismo, ¡Dios, Jinyoung! eres fuerte, muy fuerte.

—Eres la persona más fuerte.

Jinyoung se separó de Bambam al escuchar la voz de su rubio. Lo miró con urgencia, necesitaba que Mark le dijera más que solo eso, algo que tuviera que ver con ambos, pero tampoco queria que llegara a decir que esto era el fin de una corta pero bonita relación.

—Mark...

El rubio tomó de los hombros a Jinyoung y fue bajando sus manos por sus brazos, acariciandolos. Besó su frente y lo abrazó fuerte. Jinyoung escondió su rostro en el pecho del contrario, abrazándole de la cintura y acurrucandose en el calor del rubio.

Bambam sonrió.

ese es mi amigo.

El platino retomo su camino por el pasillo y se alejó de los chicos para que hablaran con calma.

—No tienes que decirme nada, pero te escuché, y te admiro.— habló bajo Mark.

—No, no quiero que me admires, no he hecho nada...

—Lo has hecho...

—No, le temo a la admiración, no lo hagas, por favor, además... no quiero que lo nuestro deje de ser amor y se convierta en pura costumbre por que “me admiras”.

En realidad, Jinyoung tenía miedo a la admiración, pues el de niño admiraba mucho a su padre y quería ser un gran policía como lo era él, pero todo se rompió gracias a la decepción. No quería que Mark en algún momento se decepcionara de él y terminara todo.

—Tranquilo.— Mark besó una vez más la frente del morocho. —No pasa nada.

—¿Aún me amas?— Jinyoung miró los ojos de Mark.

—Eso nunca va a cambiar.

Le besó la mejilla, luego la naríz, la frente, y al final le besó los labios mientras acariciaba sus mejillas con los pulgares. Mark de verdad lo amaba.

—Perdóname por no haberte escuchado, por haberme ido, por decirte que te alejaras, no quiero que te alejes, nunca.

—No me iré. Quiero que vayamos a mi casa hoy.

—No creo que sea buana idea.

—Por favor.— rogó Jinyoung y Mark terminó por asentir.

~

—Sígueme.— indicó Jinyoung caminando por el pasillo de la planta alta de su casa. Entraron a su habitación y dejaron caer sus muchilas.

A los minutos estaban recostados, Jinyoung se encontraba a horcajadas sobre la pelvis de Mark mientas que su oreja estaba pegada a su pecho, escuchando los latidos del corazón de su rubio.

—Cuando comenzó todo tenía 8 años, un día antes había muerto mi madre en un accidente automovilístico, a mí me lo dijeron como tal, como las cosas habían pasado sin tener consideración de que era un niño, mi padre al día siguiente del que enterraron a mi madre vino aquí y dijo que me daría el amor que necesitaba.— Jinyoung sollozó, apretándose al cuerpo de Mark quien le abrazaba con fuerza. —Era realmente cruel conmigo pero él me decía que me quería y que así se demostraba, y creí en él gran parte de mi infancia, siempre me decía que el único que me quería era él, que yo no era nadie y que nadie llegaría a sentir nada por mí y lo creí. Creí que era el único que me daba cariño. Al paso de los años me di cuenta de su asqueroso trato, pero yo me sentía nada para llegar a negarme y así mismo pasó con Jackson. Yo no tuve un amigo como Bambam, no tuve amigos. Me quedé varado en el camino, en medio del túnel, pensaba que para mí no existía la luz... pero luego apareciste e iluminaste mi camino para caminar y salir del túnel en el que estaba.

—¿Ya no lo hace?

Negó. —Una noche cerré y estaba tan molesto porque te perdí que le grité y no volvió. De cualquier manera siempre cierro antes de dormir.

—Nunca me vas a perder.

—Quiero que me hagas el amor aquí, Mark. Quiero reemplazar los malos recuerdos con buenos. Contigo.

—Jinyoung...— Mark lo dudó, no porque no quisiera, sino porque él no tenía experiencia en eso, a lo mucho que había llegado era a masturbarse en su habitación.

—Por favor.

Jinyoung besó a Mark desesperado mientras acariciaba su cintura pasando su mano por debajo de la camisa que llevaba el rubio. El morocho comenzó a mover sus caderas con lentitud, soltando varios jadeos de parte de ambos.

Mark se fué levantando de la cama hasta quedar sentado en este con Jinyoung sobre sus piernas, el rubio se deshizo de la playera blanca que llevaba su novio y por segundos admiró la blanca piel del pelinegro, tan tersa como ya lo había imaginado.
Le besó el cuello, hombros y clavículas escuchando con placer los suaves jadeos de su chico, tan bajos y excitantes.

Mark le tenía debajo suyo, proporcionándole suaves carícias y besos en todo lo largo de su cuerpo, las piernas de Jinyoung abrazaban la cintura de Mark mientras echaba jadeos al aire, sus ojos estaban cerrados y su cabeza inclinada hacia atrás.

—Eres hermoso, Jinyoung.

El pelinegro solo le miró y sonrió, no podía haberse encontrado un mejor chico que Mark.

Y entre tanto amor, Mark se enterró en él con mucha delicadeza, y le besó, le besó mucho, calmando los primeros quejidos de dolor de Jinyoung, que, después de minutos comenzaron a convertirse en gemidos de placer.

Jinyoung nunca llegó a pensar que el estar teniendo relaciones sexuales le llegase a gustar tanto que en el momento sabía que no era simple sexo, no porque lo estaba haciendo con Mark, el hacerlo con el rubio convertía esto en amor, estaban haciendo el amor.

—Te amo, Mark...— dijo el pelinegro en un suspiro al haber terminado y haberse corrido al igual que el rubio.

—No sabes cuán enamorado estoy de ti.— le dijo Mark, sin titubeos.

➼fly with you       【m.j】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora