capítulo 16

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- ¡Percy! - El grito agudo de Hanna resonó a través de las paredes de la pequeña habitación, atrayendo la atención del hombre. Estaba rodeada por todos lados, con los ojos entrecerrados por el odio mientras balanceaba su alabarda en un amplio arco, empujando a los monstruos hacia atrás.

Varios minutos caminando a través de oscuros túneles habían demostrado que llegar a Lucious sería más difícil de lo que creían. El lugar estaba realmente plagado de monstruos, bestias escondidas en cada rincón y grieta. Percy intentó ignorar la sangre que manchaba su camisa mientras se hacía paso hasta llegar a Hanna, una herida reciente le dolía aturdiendo a Percy cuando la sangre caía en sus ojos. Maldita sea, ¿cuánto tiempo estarían atrapados allí?.

Alice entró también, con su largo pelo negro manchado con sangre seca, aunque Percy no sabía a quien pertenecía. La dagas volaron de sus manos, incluso cuando su espalda quedó desprotegida y una cuchilla sin filo cortó por donde pasaba la espina dorsal. - ¡Alice! - Danny pronto apareció a su lado, sus ojos se oscurecieron de preocupación y odio.

Percy los dejó a los dos en el caos, sabiendo que podían cuidarse solos, sus ojos se concentraron en el pelo rojo de Hanna. La sangre goteaba por su mejilla por un corte en su rostro, haciendo juego con otras heridas que se esparcían por su cuerpo. - ¡Hanna! - Él la llamó, atrapando su atención. El agua brotó de sus manos, creando una camino para que la corriente creara un camino hacia abajo, envolviéndola alrededor de su cintura.

- ¿Estás bien? - Preguntó en voz baja, sus ojos vagaron desde el rasguño de su mejilla hasta la sangre que goteaba sobre sus dedos por un corte en su estómago.

Ella asiente, sin aliento y agotada, sus poderes de hielo se debilitaron con el calor. - Si.- Percy besó suavemente la comisura de la boca de Hanna, saboreando el hierro de la sangre.

- ¡Percy. Hanna! ¡Son demasiados! ¡ Nunca saldremos de aquí a tiempo! - La voz de Alice sonó, se notaba la angustia en su tono. Su figura encorvada se podía ver a través de la refriega mientras que Danny la cubría por detrás.

- ¿Qué sugieres que hagamos? - Percy volvió a llamar, pero no fue respondido con palabras. E lugar de eso, el fuego saltó del cuerpo de Alice, las llamas azules y ondulantes derritieron la carne de cualquier monstruo que fuese lo suficientemente estúpido como para acercarse.

La habitación se calentó, la condensación se formó en el aire cuando el agua bajo el control de Percy comenzó a evaporarse.

- ¡Kira! - El grito de Alice se elevó sobre los gritos, y Percy vio que el pájaro se lanzaba hacia ella, entrando y saliendo de las llamas mientras aterrizaba sobre el hombro de su dueña. El alivio brilló en su rostro cuando Alice se dio cuenta de que su amiga estaba ilesa.

Parecía como si el pájaro influyera en su magia de alguna manera, porque las llamas crecían, subiendo y cubriendo las paredes, Percy no pudo evitar sentirse ligeramente fascinado cuando serpientes y leones y un lobo intimidatorio salieron del fuego, sus cuerpos se movían entre susurros mientras atacaban a cualquier cosa que se cruzaba en su camino.

Eran hermosos.

Y su perdición.

- ¡Percy! - Hanna llamó, el miedo se apoderó de su garganta cuando una sombra de una bestia se deslizó detrás de la espalda de Percy. Tenía colmillos puntiagudos brillando mientras sonreía, sabiendo que ganaría.

Hanna luchó para llegar hasta él, balanceando su alabarda alrededor de su cabeza, despejando un circulo a su alrededor mientras trataba de avanzar. Lo encontró una vez más en el mar de gritos justo cuando la hoja curva se elevaba en el aire, Percy no podía escapar de un destino que ahora se reflejaba en sus ojos.

Los cuatro jinetes del caos: traducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora