Los cuatro jinetes del caos: traducción

Capítulo 11

- La mejor manera de llegar a las pirámides sin ser vistos sería por aquí - dijo Alice señalando un punto en el mapa.- Si podemos pasar por allí sin que nos vean.

- ¿Y cómo propones que hagamos eso? - preguntó Hanna, entrecerrando los ojos con incredulidad - no hay forma de escabullirnos de todas las criaturas.

- Disfraces - dijo Alice moviendo su mano sin importancia - podemos resolverlo después, podría usar mi humo para ocultarnos Danny y yo, Percy puede ir en una pequeña nube de niebla, y estoy segura que tu hielo podía servir de algo.

- ¿En medio de Egipto?.

- De acuerdo, si es necesario siempre puedes ocultarte con Danny y conmigo, lo que tú quieras. Tal vez ir como una bruja - Alice agregó eso ultimo con una sonrisa burlona, Danny se rió suavemente, se imaginaba a Hanna montada en una escoba volando por encima de las pirámides, era gracioso.

Hanna por su parte se estremeció visiblemente y se calló, sus ojos se nublaban con algo similar a la pena. Percy lo notó casi de inmediato y trató de decir lo que estaba pensando. Los últimos días habían sido difíciles para todos, especialmente con Percy, pero se había dado cuenta de que, desde Lucious había sacado a relucir su identidad, sus tres compañeros habían estado actuando de forma extraña. Danny no era tan alegre, Alice no era tan sarcástica, y Hanna, se había retirado tanto en sí misma que no quedaba gran parte de su verdadera personalidad. Hablaba cuando tenía que hacerlo, o cuando tenía que hacer o responder una pregunta, pero eso era todo. Percy deseaba desesperadamente saber que pasaba, pero cada ves que intentaba preguntar, ella simplemente sonreía y se encogía de hombros.

"No te preocupes por eso" era lo único que podía sacar de ella.

Sus muros se estaban derrumbando,  de todos. A medida que su amistad crecía, el deseo de mantener todas sus emociones encerradas se desmoronó, y aunque no era tan malo para Percy como para los demás, cualquiera podría decir que estaban luchado en contra de ellas.

La inminente guerra en el horizonte no estaba ayudando demasiado. Habían estado planeando durante días, pero ninguno de ellos podía negar la idea de marchar al campamento enemigo infestado de monstruos y criaturas de todo tipo no era muy agradable.

Nico y Thalia también habían pasado mucho tiempo con los jinetes durante los últimos días. Después de un poco de persuasión, lograron convencer a Percy y a Hanna para que les enseñara algunas movidas mientras Alice y Danny se sentaban cerca de ellos, sabiendo que probablemente no era la mejor idea practicar un poco con personas que realmente podían morir. Percy compartió algunas de sus aventuras con sus dos primos, quienes escucharon con entusiasmo cualquier cosa que pudiera contarles sobre el mundo exterior.

 - O no - Alice gruñó, sintiendo el humor melancólico de Hanna y atrayendo a Percy de velta al presente.

- Encontraremos alguna manera de entrar furtivamente - dijo Danny - ese no es el problema, el problema es qué debemos hacer después de que entremos.

- Bueno, creo que eso es obvio -. Percy habló por primera vez.- Acercarnos a Lucious. Necesitamos encontrar una manera de encontrarlo rápidamente, para que no desperdiciemos nuestra energía matando a miles de monstruos antes que a él.

- Puedo llevarte a la cámara de Lucious -. Arabella apareció - sé donde está.

Alice asintió - Y sé una forma en la que podemos atravesar a los monstruos rápidamente.

Bien entonces -. Dijo Danny - creo que estamos bastante preparados. Digo que nos vayamos en tres días, eso nos dará suficiente tiempo para prepararnos y descansar.

- Bien - Percy estaba de acuerdo, aunque sus ojos nunca dejaron a Hanna, que se había quedado en silencio.

Con un gesto silencioso de despedida, los cuatro jinetes se dieron a la tarea de irse, salieron de la cabina de Alice y bajo la luz del sol de la tarde. Danny asintió, dio un pequeño y se alejó con las manos metidas en sus bolsillos.