El famoso servicio de taxis por Internet llamado Uber había alcanzado gran fama y era utilizado por muchos.
Bueno, casi por muchos. Porque Jungkook pertenecía a ese porcentaje de personas que desconfianban de la nueva moda de conseguir un taxi.
Pero esta noche todo cambiaría.
Jungkook se hacía tarde para la fiesta de su mejor amigo, Jimin. El evento había comenzado aproximadamente hace una hora y él todavía no había salido de casa porque debía esperar a su madre para que lo lleve, pero ella ya estaba tardando mucho.
- ¿Mamá? ¿A qué hora llegas?
- Lo siento, cielo. No voy a poder llevarte, ha ocurrido un accidente y el tránsito tiene dificultades ahora.
- ¿En serio? Pero, ¿qué hago ahora?
- Debes pedir un taxi, cariño.
- Oh no, no pienso hacer eso. ¿Si me violan o secuestran?
- Nadie va a querer secuestrar a un niño con cara de rata, Jungkook.
- ¡Mamá!
La mujer reía en la otra línea. - Pide un taxi por Uber o no irás a la fiesta.
- ¡Es injusto! No sé cómo se hace.
- Déjame hacerlo. Espera en la puerta de la casa, te amo.
La llamada se cortó. Y Jungkook tuvo que esperar diez minutos a la llegada del taxi ordenado por su madre.
El sonido del claxon lo alejó de sus pensamientos e incrementó su miedo. No podía subir a esa cosa, no quería.
- ¿Es Jeon Jungkook?
El menor asintió.
- Vengo a pedido de su madre, la señora Jeon JoonLee.
Jungkook volvió a asentir y subió al auto con inseguridad.
- No debería hacer esto.
- ¿Hacer qué? - preguntó el chófer.
- Subir al auto de un desconocido solo. Podría ser un violador.
- Tienes razón, pero no lo haría. Debo mantener mi trabajo.
- ¿Por qué estoy hablando con usted?
- Porque soy...¿irresistible?
Jeon frunció en ceño. - ¿Irresistible? De seguro es un hombre de cuarenta con mucha barba y panzón.
El desconocido rió. - Se nota que no me has visto, lindo
- ¿Disculpe?
- Disculpado. Soy Kim Taehyung por cierto.
Jungkook suspiró. - ¿Debería saber su nombre?
Taehyung sonrió. - Por supuesto, debes saber mi nombre si tendremos una cita.
- ¡¿Qué?!
- ¿Qué te parece el sábado? Yo te recojo de tu casa. - el conductor volteó a ver a su pasajero aprovechando el tiempo que tenía debido al semáforo.
Jungkook quedó estupefacto. El conductor era un ardiente muchacho de no más de veinte años y muy guapo.
- Entonces, ¿qué dices? - Taehyung retornó a su lugar para empezar a conducir de nuevo.
- Jamás saldría contigo. No-no te conozco y...yo, yo tengo algo que hacer ese día.
El más alto carrasperó.- Oh, es una lástima. Al menos lo intenté. Un chico tan guapo como tú debería salir como un dios como yo.
- Con el ego que te llevas nunca saldría contigo.
- Me lastimas. Pero me gusta ser lastimado por un chico lindo.
- Está loco. - el pelinegro quería salir ya de ese auto.
Ni él ni el conductor volvieron a dirigirse la palabra hasta que llegaron a su destino.
- Listo, debes pagarme.
- Espere, ¿el servicio no incluye el pago por Internet?
- Es la primera vez que usas el servicio del Uber, ¿no?
El menor asintió. - Sí...
Taehyung suspiró cansado. - Bueno, no te cobraré el viaje...
El castaño sonrió aliviado. - ¡Gracias!
- Con la condición de que tengas una cita conmigo el sábado.
- ¿Qué? ¡No!
- Entonces debería llamarle a un policía diciendo que está haciendo un escándalo porque te niegas a pagarme el pasaje.
- ¡No, no, no! ¡Saldré contigo!
El rubio le dedicó un guiño. - El sábado, lindo.
Jungkook salió del auto enfadado, pero fue retenido por el conductor.
- Éste es mi número. - le extendió un papel.
Jungkook lo tomó y caminó rumbo a la entrada de la casa. ¿Por qué le sucedía esto a él? ¿Por qué un chico con la nariz de tucán no puede estar tranquilo?
Pero no lo negaría, Kim Taehyung es el chófer más guapo y caliente que tuvo en su vida.
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Ando inspirada. Todo se lo debo al corte de luz.
