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—Me gustas —Confesó MinGyu con nerviosismo, WonWoo lo miró unos segundos y dio tres largos pasos hacia él, levantando los brazos, acomodando las mejillas del contrario entre sus manos para unir sus labios en ese beso tan esperado por el moreno.

MinGyu rodeó la cintura del azabache pero frunció el ceño al oír una risita, abrió los ojos de golpe y SeungCheol estaba en su cama riéndose a carcajadas por el hecho de que se hubiese confesado a la almohada que estaba abrazando.

Había dejado pasar los días desde que vio a WonWoo pintándolo, necesitaba ordenar sus ideas, quería arriesgase por completo y decir todo lo que sentía pero quizás no valdría de nada al final, WonWoo podría alzar una pared de indiferencia y frialdad al confesarle todo lo que le hacía sentir porque después de todo no sabía la razón por la cual decidió dibujarlo.

No quería ilusionarse.

Pero a veces sólo quería pararse justo enfrente de él, mirarlo a los ojos y decirle cuánto le gustaba y lo mucho que se quería arriesgar sin importar que su corazón saliera destrozado.

Desde ese día cada noche era el mismo sueño, le confesaba que lo quería, WonWoo lo miraba fijamente y se acercaba a él depositando un suave y tierno beso en sus labios, para luego decirle que sentía lo mismo.

Pero después despertaba y deseaba que todo fuese realidad.

Cuando seguían haciendo planes de románticas citas para sus mejores amigos.

Llevaban más de cuarenta minutos en la feria, escondiéndose entre la multitud y entre las casetas para no ser vistos por la pareja que estaban siguiendo y que habían asistido con un engaño para que pudiesen encontrarse allí.

Se sorprendieron gratamente cuando vieron a SeungCheol abrazando al pequeño por detrás para ayudarlo a usar la escopeta y derribar a los patitos de hule.

Pero sus risas estuvieron a punto de delatarlos cuando la pareja se volteó a buscarlos y no les quedó otra alternativa que correr hacia la primera atracción; la rueda de la fortuna, MinGyu entregó los boletos y rápidamente entraron a la cabina asegurándose de no ser descubiertos, se elevaron y desde la altura pudieron verlos.

De pronto MinGyu giró el rostro hacia el azabache perdiéndose en su perfil y en las luces amarillas que se reflejaban en sus ojos en medio de la oscuridad.

—¿Y ya has acabado tu cuadro para la exposición? —Preguntó WonWoo sobresaltando, como si hubiese adivinado que MinGyu estaba a punto de ponerse a babear.

—Pude terminarlo gracias a tus consejos y considero que ha quedado bastante decente —Contestó el moreno mirando hacia adelante, descansando las manos sobre sus piernas —¿Y tú?

—También lo acabe —Respondió sin dar más detalles de su trabajo.

—¿Te gusta pintar desde hace mucho tiempo? —Preguntó con curiosidad.

—Cuando pequeño me llamaban la atención las exposiciones que hacían cada fin de semana cerca de mi casa.

—¿Cerca de tu casa?

—Eran de un artista poco conocido y vendía sus cuadros para poder enviarles dinero a sus hijos, eran pinturas tristes, tengo cada cuadro en mi mente, demostraban lo que sentía —Dijo y miró a MinGyu, el cual agradeció el gesto —Luego comencé a dibujar pero no tenía un gran interés porque creo que no soy muy bueno pero me ayuda bastante para decir lo que mi boca no se atreve a hablar.

Meanie ♡ We are Cupid?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora