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A veces mentirnos es el único método de salvación porque es más fácil y cómodo vivir con ella que alterar los sentimientos admitiendo esa necesidad de querer estar con alguien más, de entregarle tiempo y espacio.

Y exactamente era eso lo que estaba haciendo WonWoo; buscar excusas.

Tal vez tenía demasiado tiempo libre para pensar, tal vez estaba estresado con esos exámenes que no tenía o estaban pasando mucho tiempo juntos sin importar si ideaban o no nuevos planes para reunir a sus mejores amigos, lo buscaba a él, buscaba a MinGyu para contarle de su vida, de su día a día por más aburrido que fuese, de sus actividades, de sus tareas, de su pasado, de su familia, MinGyu escuchaba las quejas acerca de sus profesores, del almuerzo, de dormir poco a pesar de que no tenía que no era período de exámenes.

Lo que no sabía era que el moreno podía quedarse horas y horas oyéndolo y jamás cansarse porque adoraba verlo emocionado, con sus ojitos brillantes y una sonrisa adornando su rostro cuando le contaba de sus planes a futuro.

O tal vez simplemente se estaba volviendo loco.

Cualquiera de esas opciones era la culpable de que no pudiese dejar de pensar en los labios de MinGyu, de lo cerca de estuvo de él, de la calidez de su cuerpo y de la manera que lo hacía sentir cada vez que lo miraba o le hablaba.

Tenía miedo de experimentar el amor.

Pero las palabras se iban acumulando en su cuerpo transformándose en insomnio, en nudos en la garganta, en oraciones y acciones a medio terminar.

Ese cosquilleo que comenzó en sus manos disminuía al dibujarlo pero sin darse cuenta fue subiendo por sus brazos, por el pecho, instalándose allí y subiendo solo más un poco hasta llegar a sus labios, ahora no bastaba una hoja de papel y un lápiz, no bastaba un lienzo en blanco, quería dibujar los bordes de su boca con sus labios y poder pintarse de los miles y brillantes colores que tenía MinGyu con su personalidad, quería alterar su paleta de grises y averiguar qué podría salir de esa combinación.

Porque sólo con su voz le daba color a su oscuro mundo.

—¿Te puedo hacer una pregunta? —El susurro de MinGyu lo sobresaltó regresándolo de golpe a la realidad.

—No —Contestó el azabache sin mirarlo.

—¿Por favor?

—¿Es respecto al apodo de la fiesta?

—Sí.

—Entonces no —Cerró los ojos unos breves segundos y continuó pintando, sintiendo una penetrante mirada sobre él, MinGyu soltó un suspiro y volvió a la tarea que les había dado la maestra.

—Me gustó —Comentó el estudiante de teatro dejando una pausa en el aire, WonWoo alejó el pincel del lienzo, quedando con la mano arriba, sin ser capaz de girarse a mirarlo, ni siquiera podía enfrentarlo —Quizás más de lo que debería haberme gustado —Musitó el moreno, lo suficiente para que pudiese ser escuchado por su compañero.

Ruborizado, WonWoo bajó la cabeza, dejando el pincel en la mesa que estaba a un lado, unió las manos en su regazo y frunció el ceño al no saber qué no responder.

—Wonnie —Lo llamó en voz baja y el mencionado tensó el cuerpo —Hoy podríamos salir después de clases.

El azabache negó con la cabeza efusivamente.

Meanie ♡ We are Cupid?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora