Nada fue real, ¿entiendes?

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Hoy en la noche teníamos la celebración del cumpleaños de Roberto. Le había comentado a Evelyn sobre ir para que mis mejores amigos la conocieran, y aunque al principio tenía sus dudas acabó cediendo. Esa tarde estuve en el trabajo, luego de este iría a buscar a Eve y nos iríamos a casa de Roberto.

— Buen trabajo chicos —dijo despidiéndome de ellos.

— Buen trabajo Maxi —contestó Daniela—, ¡nos vemos mañana!

Asentí y me dirigí al auto. Una vez dentro, le mandé un mensaje a Evelyn para que estuviese lista y partí a buscarla. En el camino me fui cantando canciones de The Beatles que sonaron en mi playlist. Al llegar a casa de aquella chica que me traía loco, toqué la bocina dos veces y esperé pacientemente a que saliera.

Un par de segundos después salió, dejándome sorprendido. Había pintado ligeramente sus ojos y sus labios, llevaba una camisa a cuadros de color rojo y una chaqueta de cuero, viéndose radiante. Entró al auto y me saludó con un cálido beso.

— ¿Qué tal el trabajo?

— Agotador. Tuvimos el restaurante lleno. Al menos la propina estuvo buenísima —encendí el auto y partí a casa de mi amigo.

Nos fuimos hablando todo el camino sobre nuestro día. Evelyn me comentó que su abuela, quien vive en Alemania, vendría de visita la próxima semana. Eso me hizo pensar que no he presentado a Evelyn a mi familia. Estoy seguro que mi madre la va a adorar, a mi padre le caerá excelente ya que la música que me gusta es gracias a su influencia, entonces tendrían sobre muchas bandas de qué hablar.

Pasé a buscar a Ignacio, quien al entrar al auto y ver a Evelyn la saludó de manera amistosa.

— Así que tú eres la famosa chica que tiene baboso a mi amigo —bromeó, provocando que me sonrojara.

— ¿Así que lo traigo baboso? —preguntó con gracia.

— No deja de hablar de ti cuando estamos en la universidad.

— Ok. Demasiada información —contesté.

No podía evadir mi vergüenza. La verdad es que sí, Evelyn me tiene baboso y siento la necesidad con Ignacio de contarle lo maravillosa que es mi novia y lo bien que me hace sentir, pero era algo que no le había reconocido a esa chica jamás. Ahora seguro creerá que soy un empalagoso.

Siento su mano tocar la mía y la miro, su hermosa sonrisa estaba presente y no pude evitar sonreírle de vuelta.

Estacioné el auto y los tres nos dirigimos a la casa de Roberto. Tocamos la puerta y segundos después fue el mismo cumpleañero quien nos recibió. Lo abracé deseándole un feliz cumpleaños, y posteriormente presentándole a Evelyn, quien lo saludó cortésmente.

— Así que tú eres la chica que tanto habla Max —dijo sonriendo y mirándola de arriba hacia abajo—, ya veo por qué no deja de hablar de ti.

— Gracias, creo —contestó y se colocó a mi lado.

— ¿Quieres algo de beber? —ella negó con la cabeza.

Le presenté al resto de mis amigos que estaban en la fiesta. La verdad es que no esperaba que Evelyn tuviera facilidad para entablar conversación con esa gente, pero lo hizo. Al cabo de un rato estábamos en extremos opuestos del salón, ella hablaba con unas chicas que eran mis compañeras y yo estaba junto a Matías, quien iba ya en su tercer vaso de alcohol.

— ¿Tú no bebes?

— Estoy manejando —contesté.

— Realmente has cambiado.

¿Con quién se queda el perro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora