1.1.- Preludio: Alas de luz

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Primeros sketchs de Mara, Miguel y Gabriel de hace tiempo atrás (1/2 años aproximadamente)

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Primeros sketchs de Mara, Miguel y Gabriel de hace tiempo atrás (1/2 años aproximadamente).

La mañana amanecía azul en las rocosas y verdes tierras del distrito norte de Israel, donde el Salvador había caminado hacía ya cientos de años. Los arenosos pasajes de tierra, coronados de piedras calizas, se ensortijaban entre las fértiles extensiones de campos, llanuras y colinas; poblados de los incipientes brotes florales de la primavera. Las nubes galopaban libres por el cielo, donde el astro calcinante comenzaba a asomarse con timidez desde el lejano horizonte envuelto en un halo dorado que invocaba la imagen de la esfera de Infinito.

Súbitamente, el hechizo se hizo trizas. Dos siluetas se recortaban con una trayectoria en dirección a la pequeña población rústica a través del manto de aterciopelado verde. Sus pasos, lentos pero seguros, se dibujaban sobre la mullida hierba, hundiéndose en lo apacible de sus pastos mecidos por la brisa.
A medida que caminaban, el alboroto y el gentío comenzaba a desplegarse por las calles polvorientas y estrechas con el fin de realizar sus quehaceres diarios. Los pueblerinos volvían a ser exiliados del mundo de los sueños y las pesadillas para comenzar con sus extenuantes tareas del día a día de su propia subsistencia. Se palpaba la monotonía, mas para los viajeros aquello resultaba exquisitamente fascinante.

Al contrario que los ángeles o demonios, los humanos carecían de las características protuberancias nacientes en la espalda o los aparatosos cuernos, que amenazaban con profundas heridas y surcos ensangrentados. Resultaba gratificante observar el empeño que aplicaban en sus deberes. La falta de ventajas físicas no los había detenido en el camino de los objetivos, sino que les había obligado a superarse y esforzarse, creando por sí mismos capacidades colosales dignas del reconocimiento que el res infinita se negaba a admitir.

Nepharikuma: Todos hemos estado en la luz alguna vez ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora