Cap 11 Problemas

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Solo con una mirada, él supo desarmarme. La sonrisa que traía dibujada en mis labios se deshizo instantáneamente en cuanto mis ojos hicieron contacto con los suyos. Un leve temblequeo invadió mi cuerpo por completo, y sentí como este me pesaba de repente. Luego sentí un nudo en el estómago y una leve presión en la garganta, como si se me estuviese cerrando de a poco. Pase por cientos de emociones diferentes. Hasta que de repente sentí unas inmensurables ganas de llorar.

Miré mis manos aun entrelazadas a las de mi novio, y repuse mis ojos sobre Yoongi, quien me miraba con mucha más rudeza que la que antes podría haberme mirado. Vi la comisura de sus labios elevarse. Formando esas sonrisas torcidas tan típicas de él. Lo oí carcajear, pero ya lo conocía lo suficiente, como para saber que lo hacía cuando la situación lo superaba de sobremanera.

Separe mis manos de las de Jin, e intente alcanzarlo. Lo vi meterse las manos dentro de los bolsillos delanteros de sus pantalones, mientras se alejaba.

Y ahí estaba yo, pasmada. Pensando que otra vez tenía de vuelta, todo aquello que había deseado tener. Lo tenía, mientras observaba como el rubio escondía sus ojos bajo su largo flequillo. Preguntándome porque no podía sentirme feliz. Preguntándome porque me sentía como una mismísima mierda.

Unas cuantas gotas cayeron sobre mí, fui egoísta y masoquista quedandome allí, haciéndome sentir como el mismísimo cielo gris.

Abrí los ojos lentamente mientras me iba acostumbrando a la luz.
Me desperte con la respiraciones entrecortada, completamente agitada, y con la traspiracion en la frente. ¿que significaba ese sueño? Me sentí intranquila por un buen rato.
Hacia frío por lo que me acurruque un poco mas las sabanas contra mi cuerpo. Ya no es como que me sorprendiera despertar en casa de suga. Aunque darme cuenta que llevaba su ropa puesta, era nuevo. Sobretodo... ¿estaba usando su ropa interior? Un calor me subió de repente desde el centro de mi cuerpo hasta mi rostro.
Intente pensar en lo ocurrido la noche anterior. Mi memoria era muy vaga y las pocas cosas que recordaba carecían de coerencia. ¿porque habían un campo de flores en la sala? ¿suga me besaba? No, yo besaba a suga ¿Y porque tantos colores? Pose mi mano sobre la cien ejerciendo presion.
Tratando de discernir que era sueño y que realidad.

Podía verme a mi misma eligiendo el vestido que obviamente ahora, no llevaba puesto. Era un vestido rosado versace, que Hana había insistido que usara, yo jamas podría permitirme uno de estos. Y me preguntaba como haría ella para permitírselo una vez que sus padres no la respaldarán mas.
Era un hermoso vestido corto, de espalda descubierta y mangas a los costados.
Hacia mucho tiempo que no me sentía femenina. Y aunque creyera que era demaciado para la fiesta, tenia ganas de sentirme linda.
Me mire al espejo mientras terminaba de ponerme delineador y algo de rush.
Era consciente de que la belleza no era mi fuerte.
Mi cara era demaciado redonda y mis ojos muy grandes para ser asiática.
Suspiraba y me decia que lo mejor de mi misma, era mi personanalidad.

Fue realmente difícil convencer a la madre de Hana. Tuvimos que inventar cientos de escusas tras otras. Alegando que iríamos al casamiento de mi primo, japones en la isla jeju. Todo eso para desaparecer tres dias, sin levantar sospechas.

La Fiesta tenia lugar en la terraza de los chicos. Era temprano, pero era mejor llegar cuando la gente aun no estuviera, sobretodo para ayudar en lo que de necesitara.
Reconocí a Hiel, el chico que deseaba ser igual a Suga. A este, lo conocí la semana pasada cuando por pura idiotez, se me había metido en la cabeza la idea de hablar con Suga a como de lugar,cosa que por demás esta decir, no conseguí.
Había pasado dos semanas desde la ultima vez que vi a yoongi. Dos semanas totalmente tranquilas, en la que tuve que enfrentarme al hecho de que estaba sola, y que eso no era malo. Sino todo lo contrario. Eso me hizo comprender que había muchas cosas que dejaba de lado por los demás. se debió tan bien, a otra situacion, que no sentia ganas de recordar en este momento.
El muchacho de pelo verde, casi turqueza, se acerco hasta mi sorprendido de verme allí, con una sonrisa naciente en el rostro.
Yo le devolví la misma.

Bultaoreune 불타오르네Donde viven las historias. Descúbrelo ahora