Sabido

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Maylin se había ido, Sunny se había ido. Azotó la puerta tan fuerte que resultaba difícil pensar que llevaba toda esa fuerza dentro. Las cosas se habían ido al demonio en dos segundos, era un maldito idiota descerebrado. Ni siquiera tenía el ánimo para gritar, quería romper algo. Me moví de donde estaba y me dirigí a la habitación, ahí en el suelo estaban todavía las pinturas que Sunny sostenía, las agarre  y de un solo movimiento volaron hacia la parte contraria de la habitación, sonando estruendosamente contra la pared. De cualquier momento, ¿debía ser este en el que se dignara a aparecer después de semanas sin venir? De todas las maneras en las que pensé decírselo, esta fue la peor. No había podido decirlo o explicarlo siquiera. Me senté al borde de la cama y sostuve mi cabeza, pensando.

-Eres un idiota, Min Yoongi-
Estaba solo en la habitación, sentí un nudo en la garganta al darme cuenta de la sensación de vacío que había quedado después de que Sunny se fuera, el silencio era abrumador, era aplastante. Sabía que no iba a volver, pero no podía dejarlo así. Me volví a levantar, mirar la cama e imaginar que aún estaba dormida no servía para nada, busque mis cigarrillos por toda la casa, necesitaba salir al balcón. Me debatí internamente. ¿Que debía hacer? sentía la necesidad de salir a buscarla, retenerla y mirarla a los ojos, hacer que me escuche,  explicar lo inexplicable. Convencerla a cambio de lo que fuese… Pero por más que así lo quisiese mi cuerpo no lo hacía, tenía miedo de enfrentarla, en este momento ya se habrá dado cuenta de la mayor parte sola, debe sentir que le mentí, que le mentimos. Mi sentido común me decía que debía darle tiempo. Tiempo que terminaría de volverme loco. No podía permitir que Sunny sacara sus propias conclusiones sola tampoco, ella debía saber la verdad y esta vez sí por mí. Mire mi último cigarrillo antes de tirarlo, ya era de noche y estaba empezando a hacer frio, no distinguía si era el humo o mi aliento lo que veía en mi última calada. Si todo se iba a ir a la mierda, lo iba a hacer yo mismo.
  Tome mi chaqueta y salí a la calle, iba a ir a su departamento, pensaba en que le iba a decir, por donde iba a empezar a explicarme cuando  empecé a cuestionarme a mí mismo, no quería pensarlo demasiado, pero tampoco iba a seguir siendo un idiota con ella o conmigo mismo, todo este tiempo complique las cosas más para mí solo por no querer creer lo que mi cabeza me estaba diciendo y era que Sunny, me importaba… más que eso. Moví mi cabeza de un lado a otro, no iba a pensar en eso ahora tampoco, tampoco me iba a servir de nada preparar lo que iba a decir si al final de cuentas tal vez terminaría diciendo todo lo contrario. Pensé en Sunny, no era idiota, sabía muy bien que a Sunny le había costado confiar en mí y saber que en este momento tal vez ella estuviese no solo enojada, si no triste por mi culpa, me llenaba de rabia, quería mantener esto un poco más antes de hablar con ella, pero había esperado demasiado, la había estado reteniendo toda la tarde buscando el momento para decírselo. Pero sabía que en cuanto me pusiera a hablar con ella, todo lo que había pasado esa tarde iba a esfumarse, a veces caminamos y no nos damos cuenta de que estamos caminando justo hacia un foso, no podemos saber el momento exacto en donde hicimos un mal giro o agarramos un camino equivocado, no llegamos a saber nunca donde fue que nos perdimos o dimos un paso en falso. Yo si sabía cuándo había empezado a equivocarme, y saber eso hacía que cada paso que diera fuera más pesado que el anterior, me adentraba en un foso del cual iba a ser casi imposible salir ileso.

Cuando llegue a su departamento dude en tocar, pensé en si hubiese sido mejor llamarla antes para saber cómo estaba, pero era muy probable que no contestara.
-Ya, deja de ser un miedoso y golpea la puerta Suga- Me dije a mi mismo- Enfréntalo.
Llame a su puerta. No hubo respuesta. Insistí, ya había venido hasta aquí, iba a tener que atenderme. Volví a llamar, esta vez golpee a su puerta directamente.
-Sunny, atiende, no me voy a ir hasta que hablemos-.
Seguí golpeando su puerta, pero solo respondía con silencio. Sunny estaba realmente enojada, iba a ser difícil que quisiera hablar conmigo.

-Sunny…lo siento, no sirve de nada lo que te voy a decir, pero es lo más sincero que puedo ahora: intente decírtelo esta tarde, te juro que lo intente pero soy un maldito cobarde. No es excusa para nada, y no pretendo que me perdones o que me respondas, solo quiero que lo escuches de mí, por favor Sunny.
Seguía sin recibir una respuesta, sabía que Sunny tal vez no iba a volver a hablar conmigo y tenía razón, pero no estaba listo. Estaba enojado, no había tenido la oportunidad de explicarme.
-¿Realmente vas a ser así?- Le pregunte a través de la puerta- Sabes que soy terco, si no lo digo ahora no voy a sentirme en paz. Me voy a volver loco Sunny.
Baje la cabeza, iba a irme pero si esa era la última vez que me tenía que parar frente a su puerta, tenía que decirle.
-Antes de venir aquí, me pregunte por qué lo hacía- dije con vos baja pero firme, esperaba que me escuche al otro lado- ¿Por qué tenía que estar viniendo a darte explicaciones? ¿Por qué quería dártelas? No me defiendo soy un imbécil, pero justo por eso, me sorprende que quiera arreglar las cosas, y sé que decir esto, de esta manera, tal vez me juegue en contra. Pero... ¡Maldita sea Sunny! Sabes que no lo haría por nadie. Cada vez que lo pienso, realmente me preocupe por ti en la fiesta. Todas las veces en las que te vas sola a casa, no puedo sentirme tranquilo hasta saber que estas aquí, haciendo algo aburrido. Le partí la cara a ese idiota, y no sé porque lo hice, o si, creo que te imaginas que es lo que se me pasa por la cabeza. Me preguntaste si te estaba usando para darle celos a Meylin, y aunque diga que no, sé que ahora estas segura de eso. Pero no puedo explicar lo mucho que me gustas. No voy a perdonarme lo que te hice, no espero que tú lo hagas, solo... eres importante.
- ¿Crees que podrías repetirlo más tarde cuando ella este en su casa? Sería bueno que lo escuchara.
Di un brinco de la sorpresa y me gire sobre mis talones, ahí estaba el amigo de Sunny recostado despreocupadamente sobre el borde de la baranda, me miraba con una sonrisa que le ocupaba toda la cara al maldito. No podía más que mirarlo con fastidio, pero me había dicho que Sunny no estaba. Tal vez supiera donde estaba. Intenta ser amable Suga.

-Dime dónde esta- Mierda.
-¿Debería? ¿Quiero?- dijo divertido.
-No lo ayudes, es un idiota- Sentí que me subía la sangre. El imbécil de Jungkook había aparecido de la nada detrás del amigo de Sunny.
-¡Tu cierra la boca si no quieres que te la parta de nuevo!
El imbécil se adelantó para golpearme, ya estaba listo para recibirlo, no necesitaba muchas excusas para esto, hasta que lo agarro su amigo.
-Ya basta los dos. Y a ti.- Dijo borrándose toda expresión divertida del rostro- A juzgar por como la vi a Sunny, lo único que debería darte es una golpiza.
-Solo dime dónde está y yo arreglo esto.- Pedí, me sorprendí cuando él respondió sin más.
-Dijo algo así como que iba al rio Han a pensar, no sé en qué parte estará, tal vez tu sí. Ya está muy tarde, asegúrate de traerla a casa.
El amigo de Sunny me dedico una mirada que buscaba ser comprensiva. Jungkook no parecía muy contento con su amigo por decirme, pero me daba igual. Deje que esos dos se hicieran miradas mientras me iba, que estén o no de acuerdo me daba igual, sabía dónde podría encontrar a Sunny. Cuando baje de su edificio subí  a un taxi, quería llegar lo más rápido posible, no estaba seguro si iba a encontrarla allí, ya era tarde y tal vez ya se había ido, o tal vez ni siquiera estuviese en ese lugar, tal vez no lo recordaba, pero tenía que intentar. En el camino recordé mirar mi teléfono pero este estaba apagado, se había quedado sin batería. Estaba tan ansioso que le pedí al chofer que me dejara una calle antes del lugar, si iba a ver a Sunny, necesitaba hacer algo antes.
        Y la encontré, a Sunny parecía que le gustaba elegir lugares nostálgicos. La observe un momento de lejos antes de acercarme, quería poder recordarla así antes de despedirnos. Se había cambiado de ropa, llevaba puesto una sudadera rosa y el pelo recogido, aunque nunca se lo dijera, Sunny siempre lucia hermosa. Tome aire y me acerque. Sunny no se movió cuando me senté a su lado, solo se movió cuando acepto la cerveza que le tendí.
-Aquí te traje el día que nos conocimos- Dije intentando ser parcial.
-Y esta es la misma cerveza-.. Me respondió con la voz un poco rasposa.

Tome un poco de mi cerveza pero ya no podía atrasarlo mas. Me miro y supe que era el momento.

Bultaoreune 불타오르네Donde viven las historias. Descúbrelo ahora